La magia de Juan Tamariz es tema de estudio en universidades norteamericanas
El artista act¨²a ocho d¨ªas en la Sala Villarroel de Barcelona
El mago Juan Tamariz estar¨¢ ocho d¨ªas en la sala Villarroel. No es frecuente poderlo ver en un escenario barcelon¨¦s. Hac¨ªa cuatro a?os que no los pisaba. El telespectador inadvertido que contempla una breve actuaci¨®n suya en, por ejemplo, Un, dos, tres es posible que no sepa que est¨¢ viendo a uno de los grandes maestros del ilusionismo mundial. Es una persona afable, que no reviste de ninguna solemnidad su erudici¨®n sobre el enga?o m¨¢gico - "miento mucho", dice-, y su arte es estudiado en facultades de Bellas Artes norteamericanas. A una de ellas ha sido invitado para dar un seminario de dos semanas.
En 1971, Tamariz promovi¨® un manifiesto por una magia m¨¢s adulta. En el documento se contemplaba "con tristeza" la decadencia de los espect¨¢culos de magia, la degradaci¨®n del p¨²blico ("cada vez m¨¢s, va releg¨¢ndose la magia para p¨²blicos infantiles o intelectualmente poco formados") y el menosprecio reinante sobre este arte. ?Siguen igual las cosas? "No. Aquella pobreza art¨ªstica de la magia, que s¨®lo serv¨ªa para bautizos y comuniones, ha cambiado. Creo que ahora la magia tiene m¨¢s dignidad art¨ªstica", coment¨® a este diario.
En el texto se ped¨ªa m¨¢s investigaci¨®n, la b¨²squeda de un nuevo p¨²blico, m¨¢s experimentaci¨®n... Tamariz es el primero en dar ejemplo. Aunque presume falsamente de vago, porque raciona sus actuaciones en p¨²blico, se reserva cada verano para pensar en su arte, inventar nuevos efectos, nuevas rutinas. "Me vaciar¨ªa si s¨®lo actuara". Tambi¨¦n investiga. Est¨¢ trabajando en las ra¨ªces m¨¢gicas de la poes¨ªa de Joan Brossa y ha viajado a Colonia y Buenos Aires tras el rastro documental del gran Fregoli. "Todo lo que sea indagar en la interioridad del arte beneficia al arte y te beneficia a ti mismo". Precisamente Brossa tiene la mejor definici¨®n del espect¨¢culo m¨¢gico. Seg¨²n el poeta, este arte est¨¢ reservado al p¨²blico inteligente porque, seguro de su inteligencia, no teme acudir a un sitio donde se trata de enga?arlo. Se deja enga?ar. En cambio, el espectador tonto, temeroso de ser descubierto en su tonter¨ªa, prosegu¨ªa Brossa, es aquel que s¨®lo busca descubrir el truco para no quedar en evidencia, como el tonto que es. Tamariz comparte las palabras de Brossa, aunque matiza los adjetivos. "Preferir¨ªa hablar del p¨²blico sensible m¨¢s que inteligente. Con todo, es cierto que el inteligente tiene m¨¢s recursos para disfrutar sin complejos".
Tamariz tom¨® prestado de un amigo mago un neologismo que define su po¨¦tica: la dramagia. "La idea es la combinaci¨®n de la magia con emociones dram¨¢ticas. Sin emoci¨®n, la t¨¦cnica desnuda pierde encanto. Precisamente el martes di una charla en Barcelona, en una asociaci¨®n de magos, y la centr¨¦ en la emoci¨®n en la magia. Es esencial". En la magia no hay copyright, pero los buenos magos respetan el secreto de los otros. "Al cabo de unos a?os de hacer un truco, lo publicas o lo cuentas. Y los otros publican o cuentan los suyos. As¨ª vamos aprendiendo entre todos".
En sus montajes, Tamariz frecuenta la broma, el chiste. Y al mismo tiempo, defiende la solemnidad del misterio como elemento central de la magia. Una combinaci¨®n arriesgada. "Me gusta quitarle hierro al misterio, que no se pueda relacionar con lo esot¨¦rico. Admito que busco un dif¨ªcil equilibrio entre el humor y el misterio".
Ayer Tamariz dio una rueda de prensa en la Sala Villarroel para presentar su espect¨¢culo Magia potagia. El t¨ªtulo lo lleva arrastrando desde hace unos 10 a?os, pero el espect¨¢culo va cambiando. Porque se cansa de algunos trucos, porque "la empat¨ªa con el p¨²blico es distinta en cada funci¨®n". "Lo voy cambiando. Llevo un estuche de viol¨ªn con 12 horas de trucos y el espect¨¢culo es de dos. El p¨²blico interviene mucho y lo modifica. En cada funci¨®n hay una parte jazz¨ªstica, creativa, de improvisaci¨®n, que me entusiasma". El nombre del espect¨¢culo tiene buscadas resonancias infantiles. "Me retrotrae a cuando era un ni?o, a la ilusi¨®n y a la broma".
Maestro en la magia de cerca, aquella que se hace con una baraja y una mesita, colocarse en un escenario tiene obvias dificultades t¨¦cnicas. "Hace unos d¨ªas estuve en el Kursaal de San Sebasti¨¢n ante 1.800 personas y yo, en el escenario, con una baraja". En Barcelona, explic¨®, habr¨¢ espiritismo, una invocaci¨®n al m¨¢s all¨¢, "pero siempre desde la ficci¨®n, el arte". Al final, coger¨¢ su baraja. "Para que pueda verse tranquilamente me sirvo de una c¨¢mara min¨²scula y una pantalla que permite ver los detalles de la manipulaci¨®n". Su ¨²ltimo reto ha sido hacer magia desde la radio. Como resultado de esta experiencia editar¨¢ el pr¨®ximo a?o un audiolibro.
Tamariz concluy¨® la rueda de prensa con unos breves pero incre¨ªbles efectos m¨¢gicos. Cogi¨® su baraja ("tiene un enorme simbolismo, son unas cartulinas que sirven para la codicia, el juego, la magia...") e hizo que una periodista cogiera del mazo, sin ver las cartas, la que ella misma hab¨ªa pensado un momento antes. Era obvio que se estaba pisando la frontera de lo imposible. Tanto, que otra espectadora, con un bello candor, casi po¨¦tico, le pregunt¨®: "?Pero siempre hay truco?".
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