Una joya del g¨¦nero bastardo

Las librer¨ªas norteamericanas bien surtidas suelen tener un espacio dedicado a la llamada "novela gr¨¢fica", donde se encuentran ¨¢lbumes de c¨®mic con una cierta pretensi¨®n literaria. La distinci¨®n es pertinente, aunque suele irritar a los puristas de uno y otro lado. M¨¢s all¨¢ de las aventuras de superh¨¦roes y villanos, existe un grupo de dibujantes que gustan de contar c¨®mo son los monstruos y fantasmas que pueblan nuestra vida cotidiana. Dicho sea de paso, hace d¨¦cadas que esta tendencia existe en Europa, especialmente en la bande dessin¨¦e francesa, pero en Estados Unidos ha ganado adeptos gracias a la influencia, sobre todo, de Robert Crumb y Art Spiegelman. Entre estos nuevos novelistas gr¨¢ficos cabr¨ªa citar a Adrian Tomine, Daniel Clowes, Joe Sacco y, especialmente, Chris Ware, el autor de Jimmy Corrigan. El chico m¨¢s listo de la tierra.

Publicada primero por entregas en diferentes revistas, Jimmy Corrigan es, seg¨²n su autor, una narraci¨®n "medio autobiogr¨¢fica". Cuenta la historia de un chico -Jimmy- sin autoestima y escasa capacidad de acci¨®n, que ha crecido bajo el control de una madre posesiva. Un buen d¨ªa, en la oficina donde trabaja, recibe una llamada de su padre expresando sus deseos de conocerle. Jimmy tiene entonces 36 a?os, vive solo y aletargado, en Chicago, aunque su madre le sigue controlando desde la residencia donde est¨¢ ingresada. La visita al padre en un pueblo de provincias, desata en Jimmy los recuerdos de su infancia y, asociada a ellos, la bater¨ªa de pesadillas y angustias que han obstruido su vida. Gracias al encuentro con el padre, pues, conoceremos a cuatro generaciones de la familia Corrigan: los destinos de Jimmy, su padre, su abuelo y su bisabuelo son desplegados ante el lector como una serie de interferencias entre el pasado y el presente. De fondo Chicago va creciendo como una gran ciudad industrial, y en primer t¨¦rmino vemos siempre ese rostro estupefacto y retra¨ªdo que tienen todos los Corrigan. Jimmy Corrigan es, ante todo, un libro triste. Chris Ware construye una trama compleja y novel¨ªstica, s¨ª, y la verbaliza en unos dibujos de colores atractivos, preciosos. Tambi¨¦n su estilo narrativo es innovador y fascinante: nos gu¨ªa a trav¨¦s de la ordenaci¨®n de los dibujos en las p¨¢ginas y sabe trazar una sintaxis especial, con vi?etas principales y vi?etas subordinadas. Su l¨ªnea es clara, limpia, y gusta de recrearse en los detalles. La vida cotidiana de los suburbios puede concentrarse en el dibujo de un paquete de cereales, o en un anagrama de McDonald's contra un cielo nevado de invierno. Una mujer en la ventana parece salida de un cuadro de Hopper, as¨ª como los colores de una tarde de primavera. Chris Ware sabe combinar en su historia un mont¨®n de influencias asimiladas. Cuando hace falta, no elude la narraci¨®n verbal (y ah¨ª su estilo se arrima a Henry James).

El ¨²ltimo n¨²mero de la publicaci¨®n literaria norteamericana McSweeney's, que dirige el escritor Dave Eggers, est¨¢ dedicada a la novela gr¨¢fica y con los a?os parece destinada a convertirse en una antolog¨ªa de referencia. La cuidada edici¨®n, precisamente, ha ido a cargo de Chris Ware, quien escribe en la introducci¨®n que los c¨®mics no son un g¨¦nero, son un lenguaje en evoluci¨®n, una "forma bastarda, mitad arte mitad escritura". Jimmy Corrigan es una buena muestra de este ideario.