Inspiraci¨®n en EE UU
Advertencia: todas las pruebas documentales del viaje que se relata a continuaci¨®n han desaparecido. Ni rastro de fotos, cintas o billetes de avi¨®n. As¨ª que hay licencia para sospechar que el relato del padre de la productora El Terrat y presentador de Una altra cosa (TV-3) puede ser una pura elucubraci¨®n. ?Reclamaciones? Dir¨ªjanse al sujeto en cuesti¨®n.
Casi no le hab¨ªa salido la barba cuando dio un salto y se plant¨® en EE UU.
S¨ª, era el a?o 1985. Ped¨ª un cr¨¦dito de 300.000 pesetas para hacer ese viaje, una fortuna. El objetivo era conocer Nueva York, Nueva Orleans, Florida, Los ?ngeles y San Francisco. Y lo que desubr¨ª fue otra concepci¨®n del espect¨¢culo televisado, brillante y con esp¨ªritu de divertir con calidad. Me cambi¨® el chip.
Aquel chico de Reus no era muy viajado por entonces, ?verdad?
Lo m¨¢s largo que hab¨ªa hecho era viajar a Madrid y Andorra, as¨ª que me sent¨ªa muy cosmopolita. Dorm¨ªa en residencias de estudiantes de la organizaci¨®n YMCA, y recuerdo que compr¨¦ un radiocasete para grabar programas de radio de las distintas ciudades.
Adivino que sonaba jazz en las emisoras de Nueva Orleans.
De all¨¢ me quedo con Bourbon St., desde luego, y un garito donde tocaban m¨²sicos de jazz viejecitos sentados en el suelo. Era s¨²per cutre y estaba a tope de gente.
Lo de Nueva York no debi¨® ser tan rom¨¢ntico.
La ciudad entonces era m¨¢s sucia, m¨¢s ca¨®tica que cuando luego regres¨¦, en 1998. Recuerdo que iba por la calle con la paranoia de que fijo me iban a asesinar. Naturalmente, no pas¨® nada.
Pero respir¨® tranquilo en Florida y California, supongo.
La verdad es que la zona sur de Florida es residencial y carece de personalidad. Los ?ngeles no me pareci¨® tener mucho atractivo; pero me gust¨® San Francisco, la ciudad m¨¢s europea, con esa impresi¨®n inmediata que da de ser una ciudad libre.
En esos a?os ¨¦ramos a¨²n muy catetos los espa?oles...
Claro, lo que ve¨ªa all¨¢ me parec¨ªa el colmo de la modernidad. L¨¢stima que se me hayan perdido todas las fotos y cintas que grab¨¦, pues m¨¢s parece un viaje so?ado.
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