PSOE y PP se juegan m¨¢s que unas europeas
Mayor Oreja ha cuestionado la victoria socialista del 14-M y Borrell ha esgrimido la guerra de Irak
Ni el PSOE se juega el Gobierno, del que no hace ni dos meses que ha tomado posesi¨®n, ni el PP tiene la posibilidad de regresar ahora a La Moncloa. Sin embargo, parece como si en las elecciones europeas, en las que tienen derecho a voto m¨¢s de 34,5 millones de espa?oles, el PSOE y el PP hubiesen apostado a todo o nada. La campa?a ha sido virulenta, ha proliferado el insulto y se han implicado los dos principales l¨ªderes, Mariano Rajoy, secretario general del PP, con dedicaci¨®n absoluta para respaldar a Jaime Mayor Oreja, y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, presidente del Gobierno, que ha participado en nueve actos en apoyo a Jos¨¦ Borrell.
Y es que el resultado de hoy tiene unas implicaciones pol¨ªticas que van m¨¢s all¨¢ de los votos y esca?os que cada partido coseche en el Parlamento Europeo, hasta completar los 54 que corresponden a Espa?a sobre un total de 732 para 25 pa¨ªses. Los socialistas parten con ventaja en las encuestas. Pero saben que un estrechamiento de los cinco puntos de ventaja sobre los populares que obtuvieron el 14 de marzo y, mucho m¨¢s, una derrota, dar¨ªa vuelo al PP para apuntalar el discurso que Mayor ha dise?ado en esta campa?a. El primer candidato del PP intenta restar legitimidad al resultado de las elecciones generales, con el argumento de que los socialistas "manipularon" los sentimientos de los espa?oles tras el atentado perpetrado por terroristas islamistas tres d¨ªas antes de los comicios.
Discurso de revancha
La consecuencia inmediata ser¨ªa la consolidaci¨®n en el PP del discurso de la revancha, con un fuerte aumento de la presi¨®n sobre el nuevo Gobierno. Es probable que sectores del PP interpretaran que el Ejecutivo ha sufrido una moci¨®n de censura, pese a llevar gobernando menos de dos meses. Tratar¨ªan de que la ciudadan¨ªa d¨¦ por cerrada la fase de estado de gracia y entrar¨ªan a saco contra las vacilaciones y los problemas propios de un equipo novel, que a¨²n necesita conjuntarse. La victoria del PP reforzar¨ªa las posiciones m¨¢s agresivas en este partido, que las creer¨ªan ver legitimadas tras una campa?a electoral dura, en contraste con la templada que protagoniz¨® Rajoy para el 14-M.
Por el contrario, el mantenimiento o el aumento de la ventaja por encima de los cinco puntos que el PSOE obtuvo sobre el PP el 14-M reforzar¨ªa el nuevo Gobierno, al restar al PP el argumento de que el voto de las generales fue una anomal¨ªa. El PSOE, igual que el PP, sabe que unas elecciones europeas tienen un significado diferente, pero una victoria socialista ser¨ªa interpretada por ambos partidos como un apoyo de los ciudadanos a las primeras decisiones pol¨ªticas del Gobierno.
El principal partido de la oposici¨®n se ver¨ªa obligado a aflojar la presi¨®n. El PP, que tiene convocado un congreso al regreso del verano, tendr¨ªa que replantearse la estrategia de oposici¨®n radical y deslegitimadora de la victoria socialista del 14-M.
Estas claves pol¨ªticas han marcado las dos ¨²ltimas semanas. Mayor Oreja, coherente con los objetivos de su partido, ha dise?ado una campa?a electoral que parec¨ªa m¨¢s pensada desde el debate sobre la comisi¨®n de investigaci¨®n de los sucesos en torno al 11-M, que la pr¨®xima semana se inicia en el Congreso, que en la discusi¨®n sobre la Constituci¨®n europea.
El primer candidato del PP ha desarrollado un discurso dom¨¦stico y agresivo en el que ha recuperado, incluso, la caricatura tradicional que el PP hizo del PSOE a mediados de los a?os noventa, desde la oposici¨®n, en la que presentaba a los socialistas como un compendio de "paro, despilfarro y corrupci¨®n". Su prop¨®sito ha sido movilizar a una militancia desmoralizada tras la sorpresa del 14-M. Frente a Mayor Oreja, que ha acusado reiteradamente a Borrell de mentir e incluso de haber tenido que renunciar como candidato a la presidencia del Gobierno por un caso de corrupci¨®n, la m¨¢xima agresividad que se ha permitido el candidato socialista ha sido recordarle reiteradamente la implicaci¨®n del ex presidente Aznar y su partido en la guerra de Irak.
Ha sido la de Mayor Oreja una campa?a de regreso al pasado, adobada con su discurso b¨¢sico en pol¨ªtica nacional, seg¨²n el cual el principal enemigo es el terrorismo, que es una deriva del nacionalismo. Pero se ha encontrado con la paradoja de que sus principales rivales, Jos¨¦ Borrell y Rosa D¨ªez, n¨²meros uno y dos de la lista del PSOE, son dos exponentes del socialismo m¨¢s cr¨ªtico con el nacionalismo y, adem¨¢s, D¨ªez comparte con Mayor Oreja militancia en el grupo vasco ?Basta Ya!, que capitanea Fernando Savater. Ni siquiera eso ha impulsado al candidato del PP a modificar su discurso.
Borrell se ha quejado, al final de la campa?a, de que le ha resultado imposible centrar sus debates con Mayor Oreja en el futuro de la Uni¨®n Europea, tras la ampliaci¨®n a 25 pa¨ªses, y la inminente firma de la Constituci¨®n.
A cambio, algunos mensajes han quedado diferenciados. As¨ª, frente a la tesis de Mayor Oreja de que todos los terrorismos son iguales y hay que exportar a Europa, por tanto, la f¨®rmula espa?ola contra ETA para afrontar el terrorismo islamista, Borrell ha aclarado que este terrorismo tambi¨¦n se nutre de la situaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo y del apoyo incondicional de George W. Bush a Ariel Sharon.
Tambi¨¦n ha quedado n¨ªtida la diferencia sobre la actitud con que ambos partidos se presentan en Europa. Mayor Oreja aboga por una defensa de los intereses de Espa?a frente a Alemania y Francia, mientras Borrell entiende que esa defensa se hace mejor dentro de una estrategia general de colaboraci¨®n con los dos grandes y no en la pelea permanente.
Izquierda Unida (IU) pretende recuperar una parte del voto que el 14-M se le desplaz¨® al PSOE y, con este objetivo, ha hecho una campa?a cr¨ªtica hacia los socialistas. Galeusca -que integran CiU, PNV y BNG- compite con la izquierda nacionalista de Europa de los Pueblos -ERC, EA y Chunta Aragonesista-, mientras Coalici¨®n Europea -CC, PA y Par- trata de sobrevivir.
La participaci¨®n ser¨¢ una clave de la jornada. En 1999 las europeas coincidieron con las municipales y auton¨®micas y vot¨® el 64% de los electores.
Volvieron los debates
Las elecciones europeas han marcado otro hito. Despu¨¦s de 11 a?os volvieron los debates cara a cara en televisi¨®n entre los dos principales candidatos y, adem¨¢s, por partida doble, igual que en las elecciones generales de 1993. Entonces, Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se enfrentaron, tambi¨¦n en Tele 5 y Antena 3. Fue la primera y la ¨²ltima vez.
La similitud con aquel doble enfrentamiento de 1993 acaba en la elecci¨®n de las dos cadenas escogidas. Los celebrados los d¨ªas 1 y 8 de junio entre Mayor Oreja y Borrell estuvieron muy lejos de la pasi¨®n pol¨ªtica que suscit¨® su precedente. En 1993, Gonz¨¢lez y Aznar se jugaban el Gobierno. Pero, adem¨¢s, el doble cara a cara de esta campa?a m¨¢s que un debate fue un mon¨®logo, por las reglas de juego tan r¨ªgidas que fijaron los dos candidatos.
Lo importante es que se celebraron, con un elevado ¨ªndice de audiencia, adem¨¢s. Borrell pudo jactarse, en su primer enfrentamiento televisivo con Mayor Oreja, de que si volv¨ªan los debates a la televisi¨®n era porque Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hab¨ªa ganado las elecciones generales del 14-M.
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