Un pianista sensacional
El encuentro con un artista de la talla y categor¨ªa de Lang Lang es una experiencia que, probablemente, registramos media docena de veces en nuestra vida musical. Por mi parte, pienso en la primera aparici¨®n de Benedetti Michelangelli, con el Concierto de Grieg, en la revelaci¨®n de Barenboim casi ni?o, o en los casos tan singulares como definitivos de Argerich o Mar¨ªa Jo?o Pires. As¨ª, escuchar a este pianista de Shen Yang (China, 1982) en un programa an¨¢logo al que diera no hace mucho en el Carnegie Hall justifica una salida a los medios universales de la gran m¨²sica absolutamente sensacional, pues Lang pasar¨¢ muy pronto a la historia y a la leyenda.
Despu¨¦s de explicar, desde una simplicidad intimista asombrosa, las Variaciones Abegg, op 1, de Schumann, las puertas del "milagro" se abrieron de par en par a las m¨¢s ricas sensaciones y experiencias est¨¦ticas. Son¨® luego el gran Haydn, el hond¨ªsimo y trascendente Haydn, en su Sonata en do mayor, entendido por Lang Lang desde la esencial coyunda de la actualidad y la historia, pues se consigui¨® el m¨¢s estrecho abrazo entre el "clave" y el "piano", instrumento exaltado al m¨¢ximo por las potencias interiores de Chopin en el Nocturno en re bemol o las de su coet¨¢neo admirador, Franz Liszt, en sus dos dimensiones: la que podr¨ªamos denominar chopiniana del Liebestraum n? 3, m¨²sica enamorada de la paz y del sosiego, aireada en sus sonidos, su mel¨®dica y sus silencios, y la espectacularidad de las Reminiscencias de Don Juan, de Mozart, plenitud del m¨¢s alto virtuosismo pian¨ªstico de su tiempo y, acaso, de todos los tiempos. Frente a semejante despliegue vino a nuestra mente la cr¨ªtica que hiciera Pablo Piferrer en 1845, a?o del viaje triunfal de Liszt por la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, cuando resume: "Liszt lo ejecuta todo con una naturalidad, ligereza y facilidad tales que se cree componer realmente un solo ser con el instrumento". Habr¨ªa que anotar, sin embargo, una diferencia entre el viejo Liszt y el joven Lang Lang: el primero hac¨ªa m¨²sica genialmente desde una actitud en la que la vanidad se alzaba a modo de componente sustancial; esta nueva personificaci¨®n de Liszt venida de Oriente erige su arte con la simplicidad de "buenos d¨ªas". En medio de la arm¨®nica pluralidad, pudimos disfrutar de una peque?a obra encantadora de Tan Dun, compositor chino contempor¨¢neo (1957), que no renuncia al m¨¢gico laberinto de la escala pentat¨®nica pero la matiza hasta convertirla en modelo de expresividad y lecci¨®n de buen orden. En resumen, con Lang Lang la m¨²sica y su pr¨¢ctica se agrandan y enriquecen.
Scherzo-Deutsche Grammpophon
Lang Lang, pianista. Obras de Haydn, Schumann, Chopin, Liszt y Tan Dun. Auditorio Nacional. Madrid, 11 de junio.
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