Los d¨¦ficit sanitarios de Catalu?a
Existen en Catalu?a tres d¨¦ficit sanitarios. Uno es el d¨¦ficit entre el gasto p¨²blico que la Generalitat de Catalu?a realiz¨® en sanidad en el a?o 2003 (884 euros por habitante) y el gasto p¨²blico sanitario promedio del resto de Espa?a (903 euros). Este d¨¦ficit de 19 euros por habitante responde sobre todo a las prioridades del Gobierno de CiU en la Generalitat, que ten¨ªa plena potestad para distribuir el gasto p¨²blico como deseara. En contra de la imagen tan extendida y promovida por los medios p¨²blicos de la Generalitat (controlados por CiU hasta este a?o), el Gobierno conservador no se caracteriz¨® por su sensibilidad social. En realidad, el gasto p¨²blico sanitario por habitante es de los m¨¢s bajos de Espa?a.
El otro d¨¦ficit sanitario que tiene Catalu?a es con la UE-15. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Idescat, la agencia estad¨ªstica de la Generalitat, Catalu?a se gasta en sanidad por habitante 1.049 unidades de poder de compra o upc (el valor de la moneda estandarizado para poder comparar el valor adquisitivo de la moneda en varios pa¨ªses. Es un valor ligeramente superior al euro). Este valor incluye no s¨®lo el gasto en sanidad de la Generalitat, sino tambi¨¦n el de otras instituciones de Catalu?a, como las diputaciones y los municipios. Este valor es mucho m¨¢s bajo que el promedio de la UE-15, 1.504 upc. Este d¨¦ficit de gasto sanitario entre Catalu?a y la UE, equivalente a 460 upc por habitante, ha aumentado desde 1993 y muy en particular desde 1996, como resultado de que el gasto p¨²blico (incluido el sanitario) ha crecido mucho m¨¢s lentamente en Catalu?a y en Espa?a que el promedio de la UE como consecuencia del pacto de estabilidad y los presupuestos pactados entre el PP y CiU, que han alcanzado el equilibrio presupuestario cero a costa de que tanto la Catalu?a social como la Espa?a social (incluidas la Catalu?a y la Espa?a sanitarias) est¨¢n entre las que tienen un gasto p¨²blico menor. En realidad, el d¨¦ficit de gasto p¨²blico sanitario entre Espa?a y la UE aument¨® el 30% durante los a?os de coalici¨®n entre el PP y CiU (1996-2001).
El tercer d¨¦ficit es el fiscal entre Catalu?a y Espa?a, que es la diferencia entre lo que Catalu?a aporta al Estado espa?ol y lo que recibe. Este d¨¦ficit, que debe existir por motivaciones solidarias con el resto de Espa?a, es excesivo y debe corregirse. Tal d¨¦ficit se presenta con frecuencia como la causa del d¨¦ficit sanitario catal¨¢n con la UE-15, lo cual es cierto s¨®lo en parte. Si Catalu?a tuviera el sistema tributario del Pa¨ªs Vasco (y mantuviera las prioridades del Gobierno vasco), Catalu?a tendr¨ªa s¨®lo 92 upc por habitante m¨¢s, lo cual es muy insuficiente para cubrir el d¨¦ficit de 460 upc por habitante de Catalu?a respecto a la UE-15. Catalu?a, cuyo nivel de riqueza es pr¨¢cticamente el del promedio de la UE, tiene un gasto sanitario p¨²blico que es s¨®lo el 70% del promedio de la UE-15. Es evidente que el gasto p¨²blico sanitario catal¨¢n es excesivamente bajo. Hay ahora un nuevo d¨¦ficit sanitario, que es el descubierto en la auditor¨ªa que ha hecho el nuevo Gobierno de la Generalitat, un d¨¦ficit presupuestario de nada menos que 1.200 millones de euros (de un presupuesto total de 6.000 millones) que representa una enorme soga al cuello para la Generalitat y que requiere pronta resoluci¨®n.
Para cubrir estos grandes d¨¦ficit se est¨¢n haciendo varias propuestas. Una, hecha por voces pr¨®ximas al Gobierno conservador anterior, es aumentar el gasto privado, incrementando la privatizaci¨®n de la sanidad catalana. Catalu?a, sin embargo, ya tiene un gasto privado muy elevado y parece desaconsejable que se intente resolver el problema del d¨¦ficit sanitario aumentando todav¨ªa m¨¢s la financiaci¨®n privada, que adem¨¢s reproduce la polarizaci¨®n p¨²blico-privado que caracteriza la sanidad catalana y que contribuye a la pobreza de lo p¨²blico.
La otra alternativa es el incremento del gasto p¨²blico a trav¨¦s de impuestos, sean ¨¦stos directos (basados en el tramo catal¨¢n y espa?ol del IRPF) o finalistas indirectos. Entre estos ¨²ltimos, el m¨¢s apropiado es el impuesto sobre el tabaco, que, de ser alto (como deber¨ªa ser), desincentivar¨ªa a los j¨®venes para fumar, la epidemia de mayores proporciones entre la juventud en nuestro pa¨ªs. El Gobierno de la Generalitat puede aumentar el IRPF, pero no tiene potestad sobre los impuestos del tabaco (competencia exclusiva del Gobierno central).
De ah¨ª que la Generalitat haya recurrido al ¨²nico impuesto sobre el que s¨ª tiene potestad. El impuesto sobre el consumo de gasolina (2,4 c¨¦ntimos por litro), lo cual le permitir¨ªa recaudar alrededor de 70 millones de euros, cantidad importante pero muy insuficiente para cubrir aquellos d¨¦ficit, lo cual no deber¨ªa desaconsejar este impuesto ecol¨®gico (siempre y cuando se tomaran medidas protectoras de los transportistas y agricultores, que resultar¨ªan especialmente afectados por tal impuesto). En realidad, la gasolina en Catalu?a es la cuarta m¨¢s barata del Estado espa?ol, que tiene el precio de tal producto m¨¢s bajo (despu¨¦s de Grecia) de la UE-15.
A la larga, sin embargo, tales d¨¦ficit deben resolverse con un cambio de prioridades del Gobierno de la Generalitat (y es alentador que en los nuevos presupuestos para el a?o 2004 el gasto p¨²blico por habitante en sanidad haya ascendido el 20% y sea de 1.045 euros, con lo que el gasto sanitario p¨²blico financiado por la Generalitat ha pasado del 4,1% del PIB en el a?o 2003 al 4,6% en 2004) y un incremento del gasto p¨²blico, basado primordialmente en un aumento de los impuestos directos y tambi¨¦n indirectos finalistas. Catalu?a no puede alcanzar los niveles de confort y calidad europeos que su nivel de riqueza le permite sin converger tambi¨¦n en el gasto sanitario p¨²blico.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la UPF.
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