M¨¢s que un partido
Holanda y Alemania, dos conjuntos irreconciliables, se enfrentan con el recuerdo de la final del Mundial de 1974 al fondo
Treinta a?os despu¨¦s de La Naranja Mec¨¢nica, los enfrentamientos entre Holanda y Alemania contin¨²an siendo m¨¢s que partidos de f¨²tbol. Para Franz Beckenbauer, por ejemplo, el encuentro de hoy acabar¨¢, como es costumbre, con la victoria germana. "Holanda se derrota sola porque se roba su propia calidad", ha dicho en una afirmaci¨®n que escuece, y mucho, en el bando rival, que perdi¨® (2-1) la final de la Copa de Mundo de 1974 precisamente ante el equipo del kaiser despu¨¦s de haber protagonizado un campeonato deslumbrante presidido por el f¨²tbol total.
La afrenta de Beckenbauer vino precedida de una declaraci¨®n que, no por repetida, resulta menos desafiante del delantero centro holand¨¦s Van Nystelrooy, heredero de Van Basten, hijo, a su vez, de Johan Cruyff, director de aquel equipo orange que enamor¨® incluso a aqu¨¦llos a los que no les gustaba el f¨²tbol durante el decenio de los 70. "Los encuentros contra Alemania nos motivan de manera especial", precis¨® el ariete del Manchester United; "no se olvida f¨¢cilmente cuanto ocurri¨® en la Segunda Guerra Mundial".
Cruyff: "La selecci¨®n holandesa tiene muchas estrellas. Me pregunto si podr¨¢ formar un equipo"
Y as¨ª podr¨ªan estar una y otra parte hasta el juicio final porque son irreconciliables. A Alemania siempre le ha gustado jugar con la mirada puesta en el marcador y Holanda est¨¢ tan ensimismada en la pelota que le sobran hasta las porter¨ªas. "Lleg¨® un momento en el que, en vez de a meter el bal¨®n dentro del marco, jug¨¢bamos a ver quien le daba a la cruceta", confiesa Cruyff cuando se le pregunta por el ensimismamiento de aquel a?orado conjunto, integrado por futbolistas irreconciliables del Ajax y el Feyenoord, capaces de desplegar en la cancha unos movimientos que ninguna pizarra consigui¨® recoger.
Una y otra selecci¨®n son esclavas, de alguna manera, de aquella final de 1974. Holanda sigue enamorada del juego y Alemania del resultado y entre medias, cuando se encuentran, se atizan. Hay quien recuerda todav¨ªa a m¨¢s de un jugador holand¨¦s mof¨¢ndose de la zamarra alemana en las semifinales del Europeo de 1988, disputado en M¨²nich, y a nadie se le ha olvidado el crochet de Rijkaard a V?ller en el Mundial de Italia 1990. Rudi V?ller es hoy el seleccionador alem¨¢n, el mismo que ha advertido a sus muchachos de que tendr¨¢n que ser duros con los holandeses: "Hay que darlo todo en este partido".
Jugar¨¢, por supuesto, Kahn, que hoy justamente cumple 35 a?os y no se perdonar¨ªa en la vida perderse un partido contra Holanda. Y tambi¨¦n se alinear¨¢ como ¨²nico delantero Kuranyi porque V?ller quiere dar consistencia a la l¨ªnea de medios para que Ballack se sienta c¨®modo. El truco alem¨¢n, sin embargo, est¨¢ en los faros, en los laterales Friedrich o Hinkel y Lahm, que en la Eurocopa pasar¨¢n la prueba del algod¨®n.
Alrededor de Holanda hay muchas inc¨®gnitas. Cruyff ha sintentizado muy bien el problema: "La selecci¨®n actual no es tan buena como la que gan¨® el torneo en 1988. Tiene muchas estrellas, pero me pregunto si ser¨¢ capaz de formar un equipo".
Dick Advocaat est¨¢ metido en el asunto y, de momento, no paran los lamentos. El seleccionador parece dispuesto a seguir el modelo de Rijkaard en el Barcelona y dispondr¨ªa de un solo delantero, Van Nistelrooy, y de un extremo, Van der Meyde, mientras que Van der Vaart ejercer¨ªa de Ronaldinho y Sneijder llevar¨ªa el mando del equipo.
"Los n¨²meros dicen que soy el m¨¢ximo goleador de la historia de Holanda y el entrenador ni me ha llamado a consulta como ha hecho con otros compa?eros para decirme los motivos por los que presuntamente no voy a jugar. Yo he crecido en el 4-3-3; Van Nilstelrooy, no", se ha quejado Kluivert. "Yo tampoco entiendo mi suplencia", ha a?adido Makaay: "Juego en el Bayern M¨²nich y los alemanes me temen especialmente". Van Nistelrooy ni se ha inmutado y, pensando en su gran capacidad goleadora, ha respondido simplemente: "Ganar¨¢ quien marque el primer gol".
Frente al escepticismo que despiertan ambas selecciones por sus derrotas en los dos ¨²ltimos partidos amistosos, se impone el recuerdo y la a?oranza. Holanda y Alemania evocaran hoy el duelo de 1974, justamente 30 a?os despu¨¦s que La Naranja Mec¨¢nica se presentara p¨²blicamente en un partido contra Uruguay.
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