La abstenci¨®n permite al PP gallego recuperarse frente a la izquierda
La fuerte bipolarizaci¨®n se consolida en Galicia a un a?o de las auton¨®micas
El campo frente a la ciudad, el interior frente a la costa, los mayores frente a los j¨®venes. Todos los estudios revelan desde hace tiempo en Galicia una fuerte dualidad social que, a grandes rasgos, reproduce la confrontaci¨®n entre derecha e izquierda. El bando conservador, encarnado en solitario por el PP, hab¨ªa cedido en las ¨²ltimas elecciones municipales y legislativas frente al progresista, en el que compiten el PSOE y el BNG. El PP recuper¨® su liderazgo el pasado domingo y volvi¨® a superar en votos a la suma de sus dos rivales. La diferencia, en todo caso, fue m¨ªnima y mantuvo un mapa electoral bipolarizado, en lo pol¨ªtico y lo geogr¨¢fico, ante el pr¨®ximo inicio de la carrera para las auton¨®micas de 2005.
Las europeas devolvieron el ¨¢nimo al PP gallego tras la desmoralizaci¨®n por los resultados del 14-M. Los populares lograron una victoria incontestable, con el 48% de los votos emitidos, un resultado que de reproducirse milim¨¦tricamente en unas auton¨®micas les garantizar¨ªa su quinta mayor¨ªa absoluta en el Parlamento auton¨®mico desde la primera victoria de Manuel Fraga, en 1989. El PP consigui¨® adem¨¢s invertir la tendencia de las dos ¨²ltimas convocatorias electorales y super¨® por poco m¨¢s de 1.200 votos a la suma de socialistas y nacionalistas. "Hemos demostrado que nos movemos entre el 46% y el 50% y no es posible descabalgarnos de ah¨ª", expresaban ayer algunos an¨¢lisis internos del partido. Una situaci¨®n que devuelve al PP gallego la tranquilidad para afrontar el delicado trance de buscar un sustituto a Fraga, si es que ¨¦ste mantiene su prop¨®sito de retirarse, de lo que no est¨¢n muy seguros algunos dirigentes populares.
Un an¨¢lisis m¨¢s pormenorizado de los datos muestra, sin embargo, que el PP no se ha recuperado totalmente de las fisuras que dej¨® al descubierto el 14-M. La principal es su retroceso lento pero constante en las zonas urbanas. Su triunfo del pasado domingo se debe en buena medida a la mayor movilizaci¨®n del electorado rural. En los ¨²ltimos 25 a?os, se ha producido en Galicia un curioso fen¨®meno por el que la abstenci¨®n se ha traspasado del campo -casi indiferente a las urnas en la etapa de la transici¨®n- a la ciudad. Pero aunque en las dos provincias con mayor peso del rural, Lugo y Ourense, ya votasen desde hace tiempo m¨¢s que las de A Coru?a y Pontevedra, plazas fuertes de la izquierda, las diferencias geogr¨¢ficas nunca hab¨ªan sido tan significativas como el pasado domingo. La participaci¨®n en Ourense, la ¨²nica provincia interior, super¨® en ocho puntos porcentuales a las de A Coru?a y Pontevedra. Mientras en algunos municipios rurales la abstenci¨®n apenas super¨® el 40%, en zonas de la costa s¨®lo acudieron a las urnas uno de cada cuatro electores. El PP moviliz¨® m¨¢s a los suyos, y una parte de los votantes de la izquierda prefiri¨® la playa y la Eurocopa.
En ese aspecto, las europeas han ratificado a la izquierda gallega la lecci¨®n que ya les hab¨ªa dejado el 14-M. Sus posibilidades de poner fin en el oto?o de 2005 al largu¨ªsimo mandato del PP en la Xunta dependen de la capacidad para aumentar la participaci¨®n en las ciudades, que en las auton¨®micas de 2001 no alcanz¨® el 60% del censo, y para atraer una parte del voto "mayor y rural", como apunt¨® ayer el l¨ªder de los socialistas gallegos, Emilio P¨¦rez Touri?o.
Aunque sus rivales tratan de emborronar el resultado del PSOE destacando que ha retrocedido tres puntos porcentuales respecto al 14-M, el avance socialista resulta espectacular en comparaci¨®n con las europeas de 1999. Los socialistas se declaran ya como los ¨²nicos capaces de encabezar la alternativa al PP en 2005, despu¨¦s de que el BNG confirmara el domingo las p¨¦simas noticias que hab¨ªa recibido en marzo. Los nacionalistas, que en la d¨¦cada anterior hab¨ªan llegado hasta el 25% en algunos comicios, han retrocedido progresivamente hasta estancarse por debajo del 15%. De momento, la direcci¨®n nacionalista prefiere maquillar la derrota. "Hasta las auton¨®micas a¨²n queda una vida", dijo ayer su l¨ªder, Anxo Quintana.
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