El lince y el ¨¢guila llegaron a la Pen¨ªnsula junto a los primeros seres humanos
El lince y el ¨¢guila imperial no son originarias del bosque mediterr¨¢neo, como se pensaba, sino que aparecieron en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica hace s¨®lo un mill¨®n de a?os, al mismo tiempo que los primeros seres humanos primitivos, y lo hicieron empujados desde las estepas en busca de comida, seg¨²n un estudio hecho p¨²blico hoy por el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
El trabajo, realizado por Miguel Ferrer y Juan Jos¨¦ Negro, demuestra que el ¨¢guila imperial ib¨¦rica y el lince ib¨¦rico, dos especies consideradas tradicionalmente originarias del bosque mediterr¨¢neo, huyeron de las estepas europeas hacia el sur en busca de alimento, empujadas por los hielos del Cuaternario. El conejo ib¨¦rico salv¨® al lince y al ¨¢guila imperial de la extinci¨®n, reteni¨¦ndoles hasta la actualidad en territorio peninsular. La investigaci¨®n se publica en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Conservation Biology.
El lince y el ¨¢guila imperial, que tienen especies gemelas en las estepas eurasi¨¢ticas, est¨¢n adaptados a cazar en espacios abiertos y especializados en mam¨ªferos terrestres de peque?o y mediano tama?o. Las t¨¦cnicas de an¨¢lisis de ADN han permitido datar con bastante precisi¨®n la separaci¨®n de los dos pares de especies en torno al mill¨®n de a?os, en el Pleistoceno temprano, a comienzos del Cuaternario.
Esta ¨¦poca de la Tierra se caracteriz¨® por cambios clim¨¢ticos sin precedentes, altern¨¢ndose etapas de intensas glaciaciones con per¨ªodos interglaciares de car¨¢cter m¨¢s c¨¢lido, como el actual. Ante estas condiciones atmosf¨¦ricas, los autores concluyen que el ¨¢guila de estepa sigui¨® los desplazamientos de sus presas habituales cuando huyeron del avance de los hielos.
La fracci¨®n de la poblaci¨®n que emigr¨® hacia Oriente Pr¨®ximo y el sur de Asia no debi¨® encontrar grandes problemas para esperar el retroceso de la glaciaci¨®n en compa?¨ªa de sus presas. Los que emigraron Italia y Grecia se extinguieron por falta de presas, y en la pen¨ªnsula se salvaron gracias al conejo.
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