Ejercicios con ritmo y agua
El centro Virgen de la Esperanza, pionero en musicoterapia e hidroterapia, ense?a las t¨¦cnicas a familiares
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Una sesi¨®n de musicoterapia no tiene por qu¨¦ adormilar a sus participantes. Buena muestra de ello la da Manuel Guirado, responsable de su aplicaci¨®n en el centro Virgen de la Esperanza de M¨¢laga. Coge la guitarra y, acompa?ado por una gran sonrisa, te pregunta cantando c¨®mo te llamas o te pide que bailes al son de un rock and roll. En menos de un minuto se gana al auditorio y lo pone a bailar. "Hay que abrir los canales de comunicaci¨®n, reforzar el aprendizaje y enfocar las canciones a cada momento", explica. No se trata de ense?ar m¨²sica, sino de utilizarla para aprender a relacionarse con los dem¨¢s.
Este centro de atenci¨®n especializada, que depende de la Diputaci¨®n de M¨¢laga, fue uno de los primeros en rendirse al poder de las melod¨ªas. Se benefician de la terapia, utilizada desde 1988, adultos con discapacidad intelectual residentes, usuarios de su unidad de d¨ªa y ni?os, de cero a cinco a?os, con retraso en el desarrollo o riesgo de padecerlo. "Algunos vienen a clase dos veces por semana, pero tambi¨¦n los hay que se saltan los horarios y repiten", explica Manuel.
Si la m¨²sica provoca un c¨²mulo de sensaciones, la libertad de movimientos del agua llega a desatar pasiones. En el centro -que tiene un presupuesto anual de cinco millones de euros- cuentan con una piscina de tres alturas y una peque?a gr¨²a que facilita la inmersi¨®n de los ba?istas que carecen de movilidad. En su agua, convenientemente climatizada, ponen en pr¨¢ctica un programa de ejercicios adaptado al medio acu¨¢tico. "El contacto es de cuerpo a cuerpo y siempre hay una persona con ellos", explica Pilar Carmona, que lleva trabajando en hidroterapia "de toda la vida". "Antes hac¨ªamos los ejercicios en una tanqueta y los movimientos eran muy limitados", relata.
Javier, de unos veinte a?os, se ejercita en el agua y sonr¨ªe. En los bordes hay esponjas de colores y al fondo una gran cantidad de juguetes de pl¨¢stico. El l¨ªquido est¨¢ a 34?. "Camina para que te veamos", anima Pilar desde una banda. Fuera, su vida transcurre en silla de ruedas. Sin embargo, en el agua consigue desplazarse con m¨¢s facilidad.
Los ejercicios relajan, activan la circulaci¨®n y corrigen malas posturas. "Tambi¨¦n hacen mucho por la autoestima", a?ade Pilar, que no puede evitar llamar "chicos" a internos que pasan la treintena. "Como llevo toda la vida con ellos, a veces se me pasa y los trato como si fueran ni?os".
El ambiente del edificio, en el que trabajan 99 empleados, es asombrosamente familiar. Tienen un paciente al que llaman "el abuelo", porque es el que m¨¢s tiempo lleva con ellos y les cuesta despedirse de familias con las que han trabajado en Atenci¨®n Temprana, secci¨®n que atiende a ni?os hasta los cinco a?os. "Terminas por conocerlos a todos y no puedes evitar encari?arte", cuenta Encarnaci¨®n Rodr¨ªguez, responsable de este ¨¢rea que pretende dar una respuesta r¨¢pida a ni?os con retraso en el desarrollo o riesgo de padecerlo.
Mario y Jos¨¦ son dos de los 86 menores que atienden. Tienen dos a?os y una lesi¨®n cerebral les impide mover los m¨²sculos del cuello como corresponder¨ªa a su edad. Durante una hora sus madres los dejan en un parque infantil de grandes dimensiones adornado con moqueta de colores vistosos, pelotas y juguetes de trapo.
Las auxiliares trabajan suavemente con ellos. Les incorporan con ayuda de una cu?a y practican ejercicios posturales o de seguimiento visual de objetos y personas. "Hay que tener mucho mimo porque hay d¨ªas que vienen especialmente quejosos", cuentan.
En el Virgen de la Esperanza, llevan 29 a?os trabajando con discapacitados intelectuales. Se trata de un centro sustentado por los impuestos de la ciudadan¨ªa en el que prestan especial atenci¨®n a los familiares. "Ellos tambi¨¦n requieren el apoyo institucional", asegura la directora, Mari ?ngeles Garc¨ªa Bernal. Tratan de normalizar su vida con excursiones que proporcionen un respiro o programas de formaci¨®n para que los t¨¦cnicos ense?en a los familiares las terapias y puedan practicarlas en sus casas.
Ayer organizaron una jornada de puertas abiertas para dar a conocer la actividad diaria del centro. Por la tarde, los familiares asistieron a una peque?a fiesta. Observaron los cuadros pintados en musicoterapia, las palomitas que han cocinado en el taller dom¨¦stico y bailaron a ritmo del rock, animados por Manuel Guirado.
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