?Igualdad?
Actualmente, estoy afrontando una de las experiencias m¨¢s dif¨ªciles y traum¨¢ticas que una persona puede vivir. Estoy en un proceso de separaci¨®n matrimonial y tenemos dos hijos peque?os a los que ambos queremos mucho.
Sobre todo en los ¨²ltimos tres o cuatro a?os, he recogido yo a los ni?os del colegio, merendamos, jugamos, vamos al ba?o y, algunas veces, preparamos la cena. Estos momentos los he podido compartir ocasionalmente con mi esposa porque, por diversos motivos, no llegaba antes de las 20.00.
El tiempo que paso con mis hijos es para m¨ª el suceso m¨¢s enriquecedor y satisfactorio de mi vida. La responsabilidad de cuidarles nunca la he considerado un sacrificio, sino que, al contrario, ha sido motivo de orgullo haber asumido el "papel de madre". Siempre he pensado que tanto hombre como mujer tienen los mismos derechos a satisfacer sus deseos de promoci¨®n profesional. Desde esta profunda convicci¨®n, siempre he procurado facilitar al m¨¢ximo la posibilidad de que mi compa?era pudiera desarrollarse profesionalmente.
Ahora bien, cuando nos planteamos que nuestro matrimonio no funciona, mi mujer decide quedarse con la guardia y custodia de los ni?os -bien es cierto que con un amplio r¨¦gimen de visitas-, esgrimiendo dos argumentos: el biol¨®gico de "ser la madre" y el de presi¨®n, blandiendo el porcentaje elevad¨ªsimo de sentencias en las que se le concede a la mujer. Los profesionales consultados coinciden en la dificultad de que el padre la obtenga judicialmente, salvo que se demuestre que es "una mala madre". En este caso, no es as¨ª.
Con total indefensi¨®n, me pregunto si basta con querer o hay que valorar objetivamente qui¨¦n debe quedarse con la guardia y custodia. Lo l¨®gico ser¨ªa conced¨¦rsela al progenitor que m¨¢s haya convivido con los ni?os, entendiendo que esto equivaldr¨ªa a variar lo menos posible la situaci¨®n de los menores y a protegerlos de la estupidez de los adultos.
Como conclusi¨®n a mi carta, pedir¨ªa a todas las personas que creen firmemente en la igualdad de g¨¦neros que reflexionen tambi¨¦n sobre la injusta discriminaci¨®n de los padres por razones de sexo y sobre el chantaje de mujeres liberales que utilizan su condici¨®n de madre, cuando es de su inter¨¦s.
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