Sir Stuart Hampshire, fil¨®sofo de Oxford
El fil¨®sofo sir Stuart Hampshire, que muri¨® el pasado d¨ªa 13 a los 89 a?os, contribuy¨® al estudio de la filosof¨ªa moral y del pensamiento en una serie de relevantes ensayos acad¨¦micos y de difusi¨®n general publicados en la segunda mitad del siglo XX. Entre sus obras, sobresale una revisi¨®n de las ideas de Spinoza, de 1951, de corte definitivo para sucesivas generaciones de pensadores, adem¨¢s de Thought and Action, de 1959, Two Theories of Morality, de 1977, y Public and private morality, del a?o siguiente.
Fil¨®sofo de la escuela de Oxford, Hampshire centr¨® su actividad profesional en esta prestigiosa universidad brit¨¢nica, salvo por ciertos periodos de docencia en Londres y Princeton. Su estancia en Estados Unidos coincidi¨® con las protestas estudiantiles contra la guerra de Vietnam, y con su talante liberal y principios socialistas, Hampshire logr¨® apaciguar los ¨¢nimos de revuelta que iba propag¨¢ndose por el resto de los campus universitarios.
Stuart Newton Hampshire naci¨® en octubre de 1914 y se form¨® en el colegio de Repton, Derbyshire, antes de acceder al Balliol College de Oxford. Estudi¨® inicialmente Historia, pero, en 1936, se licenci¨® en Filosof¨ªa con la m¨¢s alta nota. Ese mismo a?o comenz¨® a impartir clases en la misma universidad. A Oxford regres¨® intermitente, como profesor y, m¨¢s tarde, como rector del Wadham College, tras pasar unos a?os de docencia en University College London y en la Universidad de Princeton.
Durante la II Guerra Mundial, se alist¨® en el Ej¨¦rcito, con la graduaci¨®n de sargento, pero sus servicios fueron pronto requeridos en Bletchley, sede oficial del espionaje brit¨¢nico. Entre las misiones que dejaron una huella duradera en su conciencia fueron los interrogatorios que condujo con oficiales nazis. Hampshire sol¨ªa recordar un caso concreto en el que tuvo que interrogar a un intelectual franc¨¦s, acusado de traici¨®n, que le ped¨ªa el perd¨®n de la pena capital a cambio de su colaboraci¨®n. "En la guerra no puede uno ponerse a pensar. Yo no puedo mentir a un hombre al que le van a matar a la ma?ana siguiente", dijo a?os despu¨¦s.
De su etapa en la secci¨®n de inteligencia se le atribuye la redacci¨®n de un informe sobre divisiones entre los generales y el partido nazi, que podr¨ªa favorecer un golpe de Estado promovido por los aliados. El documento fue censurado por uno de sus superiores, Kim Philby, despertando sospechas en el joven analista a?os antes de que se delatara a este ¨²ltimo como esp¨ªa sovi¨¦tico. En los a?os sesenta, el propio Hampshire fue investigado bajo sospecha de contraespionaje propiciada, entre otros motivos, por su amistad con Guy Burguess, otro miembro del notorio c¨ªrculo de esp¨ªas de Cambridge.
Con la paz Hampshire retom¨® la docencia, adem¨¢s de centrarse en sus ensayos. Era un escritor prol¨ªfico, interesado en ¨¦tica y est¨¦tica, psicolog¨ªa y filosof¨ªa del pensamiento. Pero tambi¨¦n se aproxim¨® a otras ramas, en concreto a la cr¨ªtica literaria. Public¨® en diarios y revistas y su revisi¨®n sobre Doctor Zhivago, junto con ensayos sobre Henry James, James Joyce, Wittgenstein y Virginia Wolf se destacan en los obituarios publicados estos d¨ªas en la prensa brit¨¢nica.
Amigo de Isaiah Berl¨ªn, con quien mantuvo un constante debate sobre Kafka, Hampshire contribuy¨® a la puesta en marcha de Index on Censorship, importante publicaci¨®n brit¨¢nica en contra de la censura. Entre sus colegas fil¨®sofos se gan¨® la enemistad del reconocido A. J. Ayer al robarle a su mujer, Renee, con quien Hampshire se casar¨ªa en 1961 tras un sonado divorcio resuelto en los tribunales. Tras la muerte de Renee se cas¨® con la fil¨®sofa Nancy Cartwright.-
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