Historia de un pueblo cerrado
La literatura finlandesa en lengua finesa apenas tiene reconocimiento en Espa?a. Aparte de la epopeya Kalevala, recopilaci¨®n de cantos populares de los bardos transmitidos de generaci¨®n en generaci¨®n y recogidos, ordenados y ensamblados por Elias L?nnrot (Alianza, 1992), y de una novela extraordinaria: Los siete hermanos, de Alexis Kivi (Alfaguara, 1988), ambas pertenecientes al siglo XIX, s¨®lo han llegado hasta nosotros un famoso best seller, Sinhu¨¦ el egipcio, de Mika Waltari -de quien se public¨® alguna otra obra en los a?os cincuenta-, el premio Nobel F. E. Sillanp??, editado en Aguilar en la colecci¨®n de premios Nobel, y una novela de Veijo Meri publicada por Carlos Barral. Hablamos de lengua finesa, para diferenciar la literatura finesa en lengua sueca, un ejemplo de la cual es Sally Salminen (Katrina, Ediciones del Bronce, 2001). Y no recuerdo a ning¨²n otro autor editado en espa?ol hasta este Arto Paasilinna de Anagrama.
EL MOLINERO AULLADOR
Arto Paasilinna
Traducci¨®n de ?rsula Ojanen
y Eduardo Vila Santos
Anagrama. Barcelona, 2004
264 p¨¢ginas. 14,50 euros
El molinero aullador es una novela escrita de manera sencilla, casi de cuento popular adaptado a nuestros d¨ªas. En realidad es una f¨¢bula en la que los personajes son m¨¢s bien esquem¨¢ticos, donde hay caracterizaciones, pero no caracteres, que a veces tiene algo de humor gui?olesco. Cuenta la historia de un noble bruto, Gunnar Huttunen, que compra un molino y se instala a vivir en un pueblito fin¨¦s; es un pueblo cerrado, de mentalidad agr¨ªcola, pero metido en pleno siglo XX. Dispone de autoridades (alcalde, comisario), fuerzas vivas (el m¨¦dico, el comerciante, el director del banco), administraci¨®n (el gobernador de la provincia, instituciones sanitarias y escolares), etc¨¦tera, ninguna de las cuales se libra de la ¨¢cida pluma de Paasilinna a cuenta de sus enfrentamientos con el noble bruto, que es una mezcla de conservador de la naturaleza y hombre libre de convenciones, un alma simple, pero desquiciada cuya caracter¨ªstica m¨¢s singular es que, cuando no puede m¨¢s, se pone a aullar por las noches dejando al pueblo insomne. La novela se divide en dos partes: la primera cuenta su instalaci¨®n y su encuentro con la encantadora Sanelma (una especie de asesora agr¨ªcola adscrita a la administraci¨®n) hasta el momento en que es internado en un manicomio; la segunda relata su fuga del manicomio y su vida en los bosques, perseguido por las autoridades del pueblo. De Huttunen s¨®lo sabemos que llega al pueblo y lo que le vemos hacer y decir, nada m¨¢s.
La f¨¢bula es un g¨¦nero que se diluye en cuanto se emparenta con el ingenio. Una f¨¢bula, que puede nacer de una idea ingeniosa que ejemplifica un mensaje (por ejemplo, La zorra y las uvas), dif¨ªcilmente alcanzar¨¢ un alto nivel si se queda en lo ingenioso. Lo ingenioso es como la estrella fugaz en el cielo: una atractiva curiosidad que fascina al momento y luego se desvanece; la insistencia ser¨ªa espantosa por saturaci¨®n; el cielo, en cambio, muestra consistencia: por mucho que cambie, su sentido permanece.
La f¨¢bula se apoya en la repre-
sentaci¨®n simb¨®lica, tanto de personajes como de escenarios, y su eficiencia est¨¢ directamente relacionada con la capacidad de alcanzar lo verdaderamente significativo. Paasilinna escribe con sentido del humor, elige una especie de rebelde natural, lo enfrenta a lo institucional y lo acompa?a hasta lo imposible. El relato es ciertamente divertido, pero desigual; hay secuencias encantadoras y otras demasiado previsibles. El relato de la mezquina actitud del m¨¦dico del pueblo, por ejemplo, es bastante obvio; en cambio, cuando Huttunen asalta el banco donde tiene retenida su cartilla, el humor brilla e incluso se permite un remate tan gracioso como hacerle despedirse diciendo: "No me f¨ªo de los bancos en los que sin un rifle no le permiten a uno retirar su propio dinero". La alternancia entre el ingenio barato y las iluminaciones literarias se mantiene razonablemente hasta que Huttunen escapa del manicomio; despu¨¦s, de vuelta al pueblo, privado de su molino y refugiado en los bosques, va consumando una especie de integraci¨®n en la Naturaleza en la que lo acompa?an su amada Sanelma y el cartero Piittisj?rvi, que lo mantienen al tanto del mundo cercano. Pero hay que decir que, una vez que monta la destiler¨ªa clandestina del cartero (otra excelente muestra del mejor ingenio, la historia de este artilugio), la novela empieza a hacerse pesada, lo previsible se instala cada vez m¨¢s y el final -da la sensaci¨®n de que no sab¨ªa bien por d¨®nde salir una vez que lleva las cosas al extremo- pretende ser el ¨²ltimo golpe de ingenio y es, simplemente, un portazo que cierra la novela de golpe. En definitiva, ¨¦sta es la historia de un alma simple y noble literalmente machacada y escarnecida por una sociedad de fingidores, c¨ªnicos, aprovechados y biempensantes que convierte la rareza en enfermedad, que no admite otra forma de ser que la socialmente correcta y que esconde su podrido modo de ser bajo una serie de normas que no admiten lo misterioso, lo singular o lo extraordinario. Llevada esta representaci¨®n al extremo de la f¨¢bula hay que reconocerla como una novela entretenida, a veces demasiado evidente y tan bien intencionada como correctamente resuelta. Una vez m¨¢s, ?rsula Ojanen nos provee de una traducci¨®n directa del fin¨¦s, como ya hiciera con las dos obras maestras del XIX mencionadas al principio. Esa suerte tenemos.
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