"Los hispanos asimilan el credo americano lenta y dif¨ªcilmente"
El profesor Huntington no es un entusiasta de los viajes ni del correo electr¨®nico, as¨ª que la ¨²nica forma de hablar con ¨¦l en estos momentos es por tel¨¦fono. La entrevista, de una hora de duraci¨®n, se realiz¨® por este medio.
Pregunta. En su libro ?Qui¨¦nes somos? habla del credo americano como la se?a de identidad nacional de Estados Unidos. ?C¨®mo lo definir¨ªa?
Respuesta. El credo americano es un t¨¦rmino que fue creado por el soci¨®logo sueco Gunnar Myrdal en los cuarenta para describir lo que ¨¦l consideraba las creencias pol¨ªticas b¨¢sicas de los estadounidenses. Para Myrdal, estas creencias inclu¨ªan, y cito textualmente, "la dignidad esencial del individuo humano, la igualdad fundamental de todos los hombres y los derechos inalienables a la libertad, la justicia y una oportunidad justa". Aquellas ideas, claro est¨¢, fueron expresadas de forma elocuente y en t¨¦rminos similares por Jefferson en nuestra Declaraci¨®n de Independencia, y han sido reiteradas una y otra vez por los l¨ªderes de Am¨¦rica. Me parece importante subrayar que este conjunto de creencias fue producto de la sociedad angloprotestante que se forj¨® en los siglos XVII y XVIII.
"Existe un problema real entre los hispanos con el tema de la educaci¨®n. No ponen mucho ¨¦nfasis en la ense?anza, y las cifras son a¨²n peores si aislamos a los mexicanos americanos"
"Los hispanos representan entre el 12% y el 13% de la poblaci¨®n de EE UU, pero en los ¨²ltimos a?os han sido responsables del 50% del crecimiento de la poblaci¨®n"
"Inmigrantes y observadores europeos del siglo XIX dicen que Am¨¦rica es una tierra de trabajo y que el individuo se define por su trabajo. Creo que esto sigue siendo as¨ª"
P. Si EE UU basa su unidad en esos principios y hasta ahora han podido ser compartidos por oleadas de inmigrantes de Europa o Asia, ?por qu¨¦ cree que no pueden ser asimilados por la inmigraci¨®n hispana?
R. No digo que no puedan ser compartidos. Creo que en gran medida son compartidos por los hispanos, en particular por aquellos que eligieron emigrar a EE UU y que, hasta cierto punto, sienten atracci¨®n por los valores del credo. Pero creo que, tal y como subrayo en mi libro, hay distinciones culturales fundamentales, especialmente entre los mexicanos y los estadounidenses.
P. ?Cu¨¢les son?
R. Voy a citar a varios mexicanos de primer rango para aclarar estas distinciones. Carlos Fuentes, el novelista m¨¢s importante de M¨¦xico, dice que su pa¨ªs tiene una herencia mixta espa?ola e ind¨ªgena combinada con una cultura cat¨®lica, mientras que EE UU tiene una cultura protestante que dice que tiene su origen en Mart¨ªn Lutero. El fil¨®sofo Armando C¨ªtoro dice que la actitud mexicana y, a?ade, la actitud de los mexicanos americanos se puede expresar con frases como "qu¨¦ m¨¢s da", "de nada sirve trabajar duro", "el s¨ªndrome del ma?ana" y "nada merece demasiado la pena". As¨ª es como ¨¦l mismo resume la cultura mexicana. Jorge Casta?eda hace algo muy parecido al hablar de las inmensas diferencias entre M¨¦xico y Am¨¦rica.
P. ?Podr¨ªa darnos su propia definici¨®n?
R. Es que no creo que yo pueda mejorar lo que estos mexicanos han dicho acerca de su propia cultura.
P. Volvamos al tema inicial. ?Por qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil que los hispanos compartan el credo americano que lo fue para los polacos jud¨ªos, por ejemplo?
R. Tal y como expongo en mi libro, los inmigrantes que llegaron a EE UU, en cierta medida, se ve¨ªan atra¨ªdos por el credo y cre¨ªan en ¨¦l. Se convirtieron al punto de vista americano. Creo que esto est¨¢ ocurriendo sin duda con los inmigrantes mexicano- americanos, pero creo que hay toda una serie de factores que van a hacer de esa conversi¨®n a los valores americanos un proceso mucho m¨¢s dif¨ªcil y lento. Los mexicanos pueden mantener, y de hecho mantienen, lazos muy estrechos con su pa¨ªs de origen, van y vuelven continuamente. La inmigraci¨®n mexicana es muy diferente a las oleadas previas en que los inmigrantes cruzaban miles de millas de oc¨¦ano para llegar hasta aqu¨ª.
P. ?Eso supone una gran diferencia?
R. Pues claro que s¨ª. Hasta la I Guerra Mundial, los inmigrantes cruzaban el oc¨¦ano y les era muy dif¨ªcil mantener el contacto con sus sociedades de origen. La mayor¨ªa se quedaba en EE UU. Los que por alguna raz¨®n no estaban a gusto, o ven¨ªan fundamentalmente para ganar dinero y volverse a sus casas, ten¨ªan que tomar esa decisi¨®n de volver. Pero los mexicanos americanos no tienen que tomar esa decisi¨®n, pueden tener residencia y lazos personales en M¨¦xico y en EE UU al mismo tiempo, y doble nacionalidad, y cada vez m¨¢s, doble ciudadan¨ªa. Adem¨¢s hay que a?adir el dato de que, por primera vez en nuestra historia, tenemos una oleada masiva de inmigraci¨®n ilegal.
P. Adem¨¢s de la cercan¨ªa, ?cree que hay otras dificultades espec¨ªficas?
R. Insisto en que la asimilaci¨®n es posible, pero hay grandes dificultades, debido tambi¨¦n a la actitud de los mexicanos y de los hispanos en general hacia la ense?anza. Un 36% de los estudiantes hispanos en la escuela secundaria no terminan sus estudios. Comp¨¢relo con un 16% entre los negros americanos y un 8% entre los blancos americanos. As¨ª que existe un problema real entre los hispanos con el tema de la educaci¨®n, y, por alguna raz¨®n, creo que forma parte de su cultura. No ponen mucho ¨¦nfasis en la ense?anza, y las cifras son a¨²n peores si aislamos a los mexicanos americanos.
P. ?No cree usted que eso puede cambiar en el futuro?
R. Existe una gran preocupaci¨®n por este fracaso escolar entre los estudiosos mexicanos e hispanos en EE UU, que hacen grandes esfuerzos por cambiar esta tendencia. Pero esto significa cambiar las actitudes existentes en la cultura de los inmigrantes hispanos y eso no es f¨¢cil. Los mexicanos tienen que estar dispuestos a trabajar fuerte y a seguir en la escuela; en este pa¨ªs no llegas a ninguna parte si no terminas la escuela secundaria. Y si realmente quieres salir adelante, tienes que ir a la Universidad, y el hecho es que menos del 4% de los mexicanos americanos van a la Universidad, frente al 22% de los americanos en general; as¨ª que no van a salir adelante si no aceptan la importancia de la educaci¨®n.
P. Pero ?no ser¨¢ responsabilidad tambi¨¦n de las pol¨ªticas educativas, becas y ayudas que proporcione el Gobierno?
R. Probablemente haya cosas que se pueden hacer para intentar animar a los estudiantes para que no dejen la escuela. Probablemente haya alg¨²n tipo de ayuda econ¨®mica, que sin duda es una de las razones para abandonar los estudios: la creencia de que un chico o chica de 16 a?os tiene que ganar dinero para ayudar a la familia. Creo que algunas formas de ayuda econ¨®mica y el fomento del empleo ser¨ªan cosas ¨²tiles. Pero, de nuevo, creo que no se trata simplemente de una cuesti¨®n econ¨®mica, sino de una cuesti¨®n cultural, y ah¨ª los cambios tienen que venir desde dentro de la comunidad hispana en EE UU.
P. Pero el problema educativo es com¨²n a todos los grupos subdesarrollados y pobres. No parece que los italianos que inmigraron a EE UU hace 70 u 80 a?os pensaran en estudiar, sino en trabajar.
R. En primer lugar, los italianos vinieron en gran medida antes de la I Guerra Mundial. La guerra interrumpi¨® el flujo migratorio e inmediatamente el Congreso aprob¨® leyes que recortaban dr¨¢sticamente la inmigraci¨®n, en especial desde Italia. As¨ª que hubo muy poca inmigraci¨®n italiana en los a?os veinte y treinta. Y el hecho de que se cortara la inmigraci¨®n jug¨® un papel central en la asimilaci¨®n relativamente exitosa de los inmigrantes italianos. ?se es otro aspecto de la inmigraci¨®n mexicana: que es persistente. La comunidad hispana, en general, est¨¢ creciendo, y seg¨²n va creciendo, hay menos incentivos para su asimilaci¨®n. Una prueba interesante de esto es que en 1990 hab¨ªa 166 peri¨®dicos de habla hispana en EE UU. Hoy hay m¨¢s del doble, 344.
P. ?Eso es malo?
R. No estoy diciendo que sea bueno o malo. Pero contrasta con lo que ocurri¨® con la prensa de idioma extranjero con las oleadas previas de inmigrantes. En Nueva York, durante la I Guerra Mundial, hab¨ªa peri¨®dicos en y¨ªdish y en italiano, pero fueron desapareciendo bastante r¨¢pido, porque la inmigraci¨®n ces¨®. Ahora tenemos un flujo continuo de inmigrantes, y no s¨®lo eso, sino tambi¨¦n un crecimiento de la poblaci¨®n hispana debido a una tasa de fertilidad m¨¢s alta. Los hispanos representan entre el 12% y el 13% de la poblaci¨®n de EE UU, pero en los ¨²ltimos a?os han sido responsables del 50% del crecimiento de la poblaci¨®n. Para el a?o 2040 representar¨¢n m¨¢s del 25% de la poblaci¨®n americana.
P. Hablemos m¨¢s del credo americano. ?Cree usted que es exclusivo de la cultura angloprotestante?
R. No. Obviamente, el credo se presenta como un conjunto de principios universales a los que cualquier persona en cualquier sitio se podr¨ªa adherir. Pero no cabe duda de que es un componente central de la identidad nacional americana, y fue creado por la cultura angloprotestante.
P. ?Cu¨¢les son los elementos m¨¢s significativos de esa cultura?
R. Creo que sin duda, claramente, el idioma ingl¨¦s, el cristianismo y el sentimiento religioso. Los americanos son uno de los pueblos m¨¢s religiosos del mundo, mucho m¨¢s que gente de otras democracias industrializadas.
P. ?Dir¨ªa que los mexicanos no son muy religiosos?
R. No lo s¨¦. Hay cifras acerca de esto en mi libro. Veamos. M¨¦xico est¨¢ entre los pa¨ªses m¨¢s religiosos del mundo. En una lista de 42, est¨¢ en el d¨¦cimo puesto, mientras que EE UU est¨¢ en el quinto.
P. ?Ser¨ªa de ayuda que los mexicanos olvidaran el espa?ol y hablaran en ingl¨¦s?
R. En ese caso ser¨ªan m¨¢s como los americanos.
P. ?Ser¨ªan como los americanos?
R. Ser¨ªan m¨¢s como los americanos.
P. Pero no ser¨ªan realmente americanos...
R. S¨ª, si se olvidan de su idioma y hablan ingl¨¦s y se mudan a Estados Unidos y adoptan la cultura americana y, en especial, los dos elementos de la cultura angloprotestante que subrayo en mi libro, el individualismo y la ¨¦tica del trabajo, adem¨¢s de la creencia de que la gente tiene tanto la habilidad como la responsabilidad de conseguir reformas sociales.
P. Fukuyama dice que ahora, en Estados Unidos, quienes mantienen la ¨¦tica del trabajo son los coreanos y los latinos.
R. En el libro cito a inmigrantes y a observadores europeos del siglo XIX que dicen que Am¨¦rica es una tierra de trabajo y que el individuo se define por su trabajo. Creo que esto sigue siendo as¨ª.
P. ?Es posible que los angloprotestantes no quieran compartir el credo americano y que por ese motivo excluyan a las dem¨¢s comunidades?
R. Es cierto que en el pasado, en nuestra historia, hemos tratado de excluir a otras gentes. Nos gusta considerarnos una naci¨®n de inmigrantes, pero, de hecho, a menudo hemos sido muy hostiles con la inmigraci¨®n. Hubo mucha segregaci¨®n y discriminaci¨®n y hostilidad con los irlandeses que llegaron aqu¨ª a mediados del siglo XIX. Tambi¨¦n hubo mucha hostilidad con los italianos y los polacos y los jud¨ªos que vinieron antes de la I Guerra Mundial. Hoy d¨ªa, los hispanos no se enfrentan a nada parecido a la hostilidad con que se encontraron las oleadas previas de inmigrantes porque la sociedad americana ahora hace mucho hincapi¨¦ en la tolerancia, y existe un gran ¨¦nfasis en el multiculturalismo por parte de cierto sector de la sociedad. Hay un sentir, expresado por los intelectuales, de que no est¨¢ bien tratar de americanizar a los inmigrantes. Es un fen¨®meno muy nuevo.
P. ?Cree que la expansi¨®n de la religi¨®n evang¨¦lica entre las comunidades hispanas ayudar¨¢ a que asimilen esos principios que usted llama valores norteamericanos?
R. S¨ª, creo que la expansi¨®n del cristianismo evang¨¦lico entre los hispanos es un fen¨®meno fascinante. Tambi¨¦n se est¨¢ dando en Latinoam¨¦rica, en Centroam¨¦rica. El protestantismo evang¨¦lico se est¨¢ extendiendo de forma muy r¨¢pida. Y se est¨¢ dando una expansi¨®n similar de latinoamericanos que emigran a EE UU, y eso ser¨ªa un factor importante en su asimilaci¨®n. Me gustar¨ªa subrayar, sin embargo, que la mayor¨ªa de los cat¨®licos americanos han asimilado esta cultura angloprotestante. No tienes que ser un cristiano evang¨¦lico para tenerla.
P. La lista de v¨ªctimas americanas en Irak incluye a muchos hispanos. ?Hay una contradicci¨®n en el hecho de que est¨¢n muriendo por EE UU, pero al mismo tiempo se les niega la condici¨®n de aut¨¦nticos americanos?
R. Creo que sufren mucha menos discriminaci¨®n y hostilidad que las oleadas previas de inmigrantes. Lo que hacen al alistarse en el ej¨¦rcito, y luchar y morir, es precisamente lo que hicieron los inmigrantes anteriores para integrarse y establecer su derecho a ser tratados como americanos a t¨ªtulo de igualdad. ?se ha sido un papel decisivo en la asimilaci¨®n de los inmigrantes en tiempos pasados.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece la idea de que EE UU necesita una amenaza interna o externa, una Moby Dick, para sentirse un pa¨ªs unido, y que cuando esta amenaza no existe, se la inventa?
R. Creo que las guerras y los enemigos externos han jugado papeles fundamentales en el desarrollo de las identidades nacionales en todos los pa¨ªses a lo largo de la historia. Es un fen¨®meno universal. Desde luego, es cierto de Estados Unidos. La guerra civil fue realmente el conflicto que nos convirti¨® en una naci¨®n; antes pens¨¢bamos en este pa¨ªs como una simple uni¨®n de Estados diferentes, y la gente sent¨ªa lealtad por el Estado de Virginia o el de Massachusetts, no por la naci¨®n americana. La guerra civil trajo consigo lo que yo llamo el siglo del nacionalismo americano, que dur¨® hasta los a?os sesenta. Entonces, por varias razones, se dio mayor importancia a las identidades subnacionales, ¨¦tnicas, raciales, culturales y de g¨¦nero, y la identidad nacional perdi¨® su significado fundamental. El final de la guerra fr¨ªa tuvo su papel en esto, porque en los cincuenta y sesenta est¨¢ claro que nos defin¨ªamos a nosotros mismos como el l¨ªder del mundo libre frente a la URSS y el comunismo ateo; aquello fue algo fundamental para la definici¨®n de la identidad americana. Pero desapareci¨®. Ahora, desde el 11 de septiembre, nos enfrentamos a un enemigo nuevo representado por el islam militante y por una red relativamente peque?a pero extensa de c¨¦lulas de militantes isl¨¢micos, cuyo objetivo prioritario es EE UU. Eso nos ha devuelto el sentimiento de identidad nacional americana. Mientras los americanos perciban una amenaza por parte de este nuevo enemigo, su sentido de identidad ser¨¢ muy fuerte.
P. ?Dir¨ªa que la comunidad hispana representa una amenaza interna y que el terrorismo isl¨¢mico es una amenaza externa?
R. No lo plantear¨ªa as¨ª. Creo que estamos hablando de dos fen¨®menos muy diferentes. Los musulmanes militantes quieren destruir EE UU. Si consiguen armas de destrucci¨®n masiva, no creo que haya ninguna duda de que las utilizar¨¢n. Esto es algo totalmente diferente al proceso pac¨ªfico de inmigraci¨®n hispana a EE UU.
P. Entonces, ?cu¨¢l es la amenaza planteada por la inmigraci¨®n hispana en EE UU?
R. No considero que la inmigraci¨®n hispana sea una amenaza en sentido real. Lo que yo digo es que plantea un reto a lo que han sido los elementos clave de la identidad nacional americana, porque si las tendencias actuales contin¨²an, seremos cada vez m¨¢s un pa¨ªs de dos idiomas y dos culturas. Cada d¨ªa vemos m¨¢s pruebas del aumento del uso del espa?ol en nuestra sociedad, y en muchos aspectos se est¨¢ convirtiendo en un idioma igual al ingl¨¦s. ?ste es un cambio importante en la identidad nacional americana. ?Es un cambio para mejor o para peor? Dif¨ªcil saberlo. Desde luego, supone una gran diferencia y nos har¨¢ m¨¢s parecidos a Canad¨¢, B¨¦lgica o Suiza, pa¨ªses donde hay dos o m¨¢s idiomas y dos o m¨¢s culturas.
P. Existe actualmente en Europa una comunidad de cinco millones de musulmanes. ?Usted cree que suponen una amenaza para la identidad europea?
R. Est¨¢ claro que los europeos s¨ª lo piensan. No hay m¨¢s que ver lo que est¨¢ sucediendo en Francia, el Reino Unido o Italia. Todo este conflicto por el velo en Francia es se?al de lo sensibles que son los franceses con el tema de su identidad nacional y de c¨®mo consideran que estas escolares musulmanas con sus velos suponen una amenaza. A m¨ª me parece bastante rid¨ªculo, pero a los franceses, evidentemente, no. La identidad nacional francesa est¨¢ tan estrechamente vinculada a la idea del laicismo que entiendo por qu¨¦ lo ven como una amenaza a esa tradici¨®n.
P. ?Considera que en Europa el problema para asimilar la inmigraci¨®n es la religi¨®n y que en EE UU es el idioma y la cultura?
R. As¨ª es, as¨ª es. Se trata de la inmigraci¨®n musulmana, que es una inmigraci¨®n de una religi¨®n muy diferente, mientras que la mayor¨ªa de los inmigrantes que llegan a EE UU, desde luego los mexicanos, son cristianos.
P. Muchos europeos no quieren que se mencione a Dios en la Constituci¨®n. No ven la religi¨®n como un rasgo "europeo".
R. No creo que los polacos apoyen ese punto de vista. Algunos europeos no quieren que se mencione a Dios en la Constituci¨®n, ni el cristianismo tampoco. Pero los datos apuntan a que la mayor¨ªa aprobar¨ªa ese tipo de menci¨®n.
"La guerra de Irak me pareci¨® una mala idea"
SAMUEL HUNTINGTON, de 77 a?os, adem¨¢s de ser un pol¨¦mico analista pol¨ªtico y de conseguir que sus libros se conviertan en ins¨®litos ¨¦xitos de venta, es un experto en temas militares y de seguridad y un oponente activo contra la guerra en Irak.
"Yo ya dije que me parec¨ªa una idea p¨¦sima. Si nos met¨ªamos en una guerra con Irak, ser¨ªan en realidad dos guerra. Una, la primera, se desarrollar¨ªa de forma muy r¨¢pida y derrotar¨ªa a Sadam Hussein, a su r¨¦gimen y a su ej¨¦rcito. Pero la segunda guerra ser¨ªa contra el pueblo iraqu¨ª, y esa nunca la podr¨ªamos ganar. Y en eso estamos ahora mismo".
Las torturas cometidas por los soldados estadounidenses ("abusos", como prefiere denominarlas) le merecen una condena total. Cree que reflejan "decisiones muy poco afortunadas por parte de altos mandos militares" y "una psicolog¨ªa abominable por parte de los soldados que llevaron a cabo los abusos".
"Deseo fervientemente que podamos retirar la mayor¨ªa de nuestras tropas en Irak en cuanto se celebren elecciones para un nuevo gobierno nacional, a principios del a?o que viene". Lo m¨¢s importante ahora, defiende, es la resoluci¨®n de Naciones Unidas, "aceptable para los grandes miembros permanentes del Consejo de Seguridad y para los iraqu¨ªes" y que consiga traspasar lo m¨¢s r¨¢pidamente posible tanto las responsabilidades de gobierno como los asuntos de seguridad.
El profesor se rie ante la pregunta de si habla espa?ol o alguna otra lengua, adem¨¢s del ingl¨¦s: "Estudi¨¦ espa?ol en el colegio pero no me atrevo a decir que lo hablo. Tambi¨¦n estudie franc¨¦s y algo de alem¨¢n. Al menos, puedo leer en franc¨¦s. El alem¨¢n es un idioma mucho m¨¢s dif¨ªcil".
"No veo ninguno de esos 344 peri¨®dicos en espa?ol que se editan en Estados Unidos y de los que hemos hablado, pero creo que podr¨ªa llegar a entenderlos. El problema es que ya tengo bastante trabajo con mantenerme al d¨ªa de lo que dicen los peri¨®dicos de habla inglesa".
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