El juicio de Sadam, paso clave en el traspaso de poder
El confinamiento, la custodia y el proceso del ex dictador a¨²n no est¨¢n resueltos ante la transferencia de soberan¨ªa en Irak
A la salida del aeropuerto de Bagdad, la carretera discurre paralela a un largo muro coronado con alambre de espino y salpicado de torres de vigilancia. Rodea uno de los centros penitenciarios m¨¢s custodiados de Irak. Asad, como muchos iraqu¨ªes, est¨¢ convencido de que Sadam Husein se encuentra al otro lado. "Se lo tiene merecido; en su tiempo esta c¨¢rcel era a¨²n peor que la de Abu Ghraib, pero como no la visitaban los organismos internacionales, nadie ten¨ªa noticia", asegura este padre de familia que espera ansioso el d¨ªa que el dictador se enfrente a juicio por sus tropel¨ªas. A 10 d¨ªas del traspaso de soberan¨ªa, aumentan las c¨¢balas sobre el destino del ex presidente iraqu¨ª, pero Asad a¨²n tendr¨¢ que esperar.
EE UU parece resuelto a que sea un tribunal iraqu¨ª el que se encargue de Sadam
Pocas personas saben realmente d¨®nde est¨¢ encerrado Sadam. Desde que fuera capturado el 13 de diciembre del a?o pasado, su paradero se ha convertido en uno de los secretos mejor guardados del planeta. "En territorio iraqu¨ª", responden los portavoces de las fuerzas de ocupaci¨®n cada vez que un periodista les pregunta por su localizaci¨®n. Tras la visita inicial de varios miembros del Consejo de Gobierno para certificar su identidad, s¨®lo sus carceleros y los miembros de la CIA y el FBI que le han interrogado han tenido un contacto continuado con ¨¦l.
Los miembros del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), que le han visitado en dos ocasiones, mantienen la m¨¢s absoluta reserva. Dos abogados nombrados por la familia, el jordano Mohamed Rashdan y el franc¨¦s Emmanuel Ludot, han denunciado que se les niega el acceso. Como Sadam, otro centenar de "detenidos de alto valor" que tambi¨¦n han sido clasificados de prisioneros de guerra, esperan dondequiera que est¨¦n un destino plagado de interrogantes. Se trata de los 44 detenidos de los 55 de la lista de m¨¢s buscados y varias decenas m¨¢s de altos cargos del r¨¦gimen depuesto.
- El juego pol¨ªtico. Sadam, que no ha vuelto a ser visto en p¨²blico desde las infames im¨¢genes de su revisi¨®n m¨¦dica, se ha convertido en el s¨ªmbolo m¨¢s visible de las dificultades que para los ocupantes entra?a la transferencia de poder al nuevo Gobierno iraqu¨ª. "Los ocupantes nos entregar¨¢n a Sadam y al resto de los detenidos de alto valor lo antes posible", asegur¨® esta semana el primer ministro del Gobierno transitorio, Ayad Alaui. "Cuando haya la seguridad adecuada", se apresur¨® a contestarle el presidente George W. Bush. Mientras que las autoridades locales contemplan su entrega como consustancial a la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa, EE UU tiene dudas sobre la capacidad de los iraqu¨ªes para "encarcelarle con seguridad y enjuiciarle".
- La custodia. Los portavoces norteamericanos en Irak ya han encontrado una triqui?uela ling¨¹¨ªstica para hacer posible lo imposible. "Podr¨ªamos transferir su custodia legal y mantenerle bajo nuestra vigilancia", explican. Entre bambalinas, se est¨¢ trabajando para proceder a la entrega formal de Sadam al Gobierno transitorio y que ¨¦ste solicite de inmediato la ayuda de EE UU para custodiarle. Si ¨¦sa f¨®rmula no prospera, Washington puede aducir que las hostilidades no han concluido y apoyarse en la resoluci¨®n 1.546 de la ONU. Su texto establece que la Fuerza Multinacional que va a permanecer en Irak a partir del 30 de junio puede seguir manteniendo detenidos. Las autoridades militares norteamericanas ya han anunciado que entre 4.000 y 5.000 presos permanecer¨¢n en su poder.
- La ley internacional. "Su caso es como el de todos los dem¨¢s prisioneros de guerra", asegura Nada Dumani, la portavoz del CICR en Bagdad, tratando de evitar la impresi¨®n de que el ex presidente pueda recibir un trato especial. Seg¨²n la Convenci¨®n de Ginebra, los prisioneros de guerra que no est¨¢n acusados de otro crimen deben ser liberados al concluir las hostilidades. Eso es lo que ha pedido el CICR, que se le libere o se le acuse formalmente antes del 30 de junio. Se esperan cargos de genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad. La lista de quienes desean verle ante un tribunal es larga (los kurdos, los chi¨ªes, Ir¨¢n, Kuwait...). Pero EE UU parece resuelto a que sea un tribunal iraqu¨ª, con asesoramiento internacional, el que se encargue de ¨¦l. La ley iraqu¨ª permite la pena de muerte, lo que suscita cr¨ªticas internacionales, pero satisfar¨ªa a la poblaci¨®n local.
- El juicio. "Es una tarea monumental", ha declarado Salem Chalabi, el abogado al que el ahora disuelto Consejo de Gobierno encarg¨® la formaci¨®n del tribunal. Chalabi, sobrino del l¨ªder del Consejo Nacional Iraqu¨ª, Ahmed Chalabi, fue uno de los fundadores de Indict, una organizaci¨®n dedicada a recoger pruebas contra el r¨¦gimen de Sadam. Jugadas del destino, Salem Chalabi, como en su d¨ªa el dictador al que desea procesar, no duerme dos noches en el mismo lugar y trabaja desde una oficina secreta. No es paranoia. Cinco de los posibles jueces han muerto asesinados en el pasado a?o. Otros potenciales candidatos no quieren ni o¨ªr que se menciona su nombre. La mitad del presupuesto inicial, varias decenas de millones de d¨®lares, se est¨¢ gastando en seguridad.
Los miembros del tribunal se enfrentan, adem¨¢s, al reto de tener que equilibrar la exigencia de los iraqu¨ªes de un juicio r¨¢pido y ejemplar con un nuevo modelo de justicia imparcial y homologable. La organizaci¨®n Human Rights Watch ya ha expresado sus dudas de que el sistema judicial iraqu¨ª est¨¦ preparado para empezar a juzgar cr¨ªmenes contra la humanidad el pr¨®ximo oto?o tal como se ha anunciado. "Mientras contin¨²e la actual situaci¨®n de violencia, el juicio va a tener que esperar", se?alan varios observadores. Inasequible al desaliento, Chalabi prepara las ¨®rdenes de detenci¨®n de los ex gobernantes iraqu¨ªes para lograr su entrega por parte de los ocupantes.
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