Con los tornos en la calle
Una conocida ceramista malague?a se queda sin un lugar donde guardar su obra y los enseres de su taller
Escalona ha pasado toda su vida con arcilla entre los dedos. A sus 62 a?os, tiene una larga trayectoria como ceramista creativa, en la que ha luchado por la recuperaci¨®n de tradiciones y de la cultura popular. Vive en un cortijo en Las Lagunas (Mijas) y est¨¢ a punto de ser desahuciada porque no puede demostrar la titularidad de la vivienda, heredada "de palabra" de un t¨ªo. El problema no es que tenga que irse, sino que ha almacenado un patrimonio mobiliario, de herramientas y trabajo propio enorme, que no tiene donde llevar.
Sus hijos fueron el pasado fin de semana a vender parte de sus piezas al rastrillo de Fuengirola. "Las est¨¢n tirando, porque ellos no saben lo que valen, si les ofrecen 10 euros, lo venden", cuenta deshecha. Carmen est¨¢ a punto de perder el sentido de su vida. Ve c¨®mo su trabajo se rompe al embalarlo, y le entra la desesperaci¨®n. Entre sus figuras hay homenajes a escritores y poetas, como Federico Garc¨ªa Lorca, Blas Infante, Mar¨ªa Zambrano o Pablo Picasso, belenes navide?os y 11 plazas de toros de grandes dimensiones, una de las cuales le cost¨® hasta dos a?os de trabajo. Hace unos meses gan¨® el Premio al P¨²blico en un certamen de la Asociaci¨®n de Escultores y Pintores de Madrid y trabaja en la Casa Museo de Mijas, que le ha dedicado una sala sobre los antiguos oficios del municipio. "Su trabajo es minucioso, bell¨ªsimo, de una poes¨ªa extraordinaria", explica Yolanda Puche, profesora de cer¨¢mica en la Escuela de Arte de San Telmo. Carmen recrea escenas con figuras en movimiento, especialmente fr¨¢giles.
Su casa es un taller, que bien podr¨ªa convertirse en museo. Tiene dos hornos de le?a ¨¢rabes, dos tornos de pie, arcas o un carro del siglo XVIII, entre otros objetos. Cuando apenas hab¨ªa construcciones en Mijas Costa, su cortijo - llamado el Lagar de Don El¨ªas- hizo de escuela. Su hermana Aurelia, que era la maestra, daba all¨ª las clases. Se mudaron cuando ella era peque?a, all¨¢ por los a?os cincuenta, y desde entonces no se ha movido de all¨ª.
Paga el recibo del agua, la basura y durante los ¨²ltimos a?os, la electricidad. Su t¨ªo se la dio a su padre "de palabra". Cuando muri¨®, una compa?¨ªa compr¨® el terreno al administrador de su viuda y despu¨¦s de varios juicios la obligan a marcharse. "Han construido naves y f¨¢bricas de m¨¢rmol y han dejado la casa completamente rodeada", explica Carmen. Hace unos d¨ªas su abogado le pidi¨® que firmara la renuncia a seguir viviendo all¨ª y se neg¨®. "Cuando venga la polic¨ªa el d¨ªa 6 me ir¨¦, mientras tanto no firmo ni un papel".
El lagar se ha convertido en un lugar de excursi¨®n para escuelas e institutos, tambi¨¦n la visitan j¨®venes de la Asociaci¨®n de Discapacitados de Mijas. "Esto es una gloria", relata emocionada. Le gustar¨ªa convertirlo en un centro de arte y que la dejaran vivir en ¨¦l.
Por el momento, el Ayuntamiento le ha ofrecido parte de una nave para guardar algunos muebles. Tiene una casa, compartida con sus hermanos, en Co¨ªn, pero est¨¢ llena de goteras. "Necesitar¨ªa echarla abajo y no tengo un duro". Dentro de dos semanas se quedar¨¢ en la calle con una deuda de 7.200 euros, por las costas de un juicio que gan¨®. Una abogada de Madrid le dijo que lo ¨²nico que le queda es el pataleo, pero a Carmen le flaquean las fuerzas. "Si salgo viva de esp¨ªritu, de cuerpo saldr¨¦ echa mixtos".
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