Carmen Iglesias elogia la ¨¦tica y la est¨¦tica de Pombo
La historiadora contest¨® el discurso de ingreso a la RAE del escrior santanderino
"?lvaro Pombo ha hecho una elecci¨®n de s¨ª mismo en la que la apuesta por la verdad es pivote de todo lo dem¨¢s", dijo la historiadora y acad¨¦mica Carmen Iglesias ayer por la tarde en la Real Academia Espa?ola, al contestar el discurso de ingreso del nuevo miembro que fue presentado por Luis Mateo D¨ªez, Francisco Rico y Luis Mar¨ªa Anson. Pombo ocupa el sill¨®n j, en sustituci¨®n del que ocupaba el cient¨ªfico humanista Pedro La¨ªn Entralgo (1908-2001).
El discurso de Pombo, que entr¨® acompa?ado de Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron y Carlos Castilla del Pino, fue un viaje por lo que ¨¦l mismo llam¨® una "esquem¨¢tica autobiograf¨ªa". Un recorrido que empez¨® por un homenaje a La¨ªn Entralgo, de quien record¨® su importancia para Espa?a al liberar, junto con otros compa?eros de su generaci¨®n, los primeros vientos de necesidad de aperturismo dentro del franquismo en los a?os cincuenta. Un hecho que se entrelazaba con aquello que La¨ªn signific¨® en su formaci¨®n adolescente y universitaria, tanto como historiador como pensador y escritor, que le invit¨® con sus textos a adentrarse en el mundo real, religioso y literario con otra perspectiva.
Poco a poco el autor de La cuadratura del c¨ªrculo y El cielo raso se adentr¨® en los territorios de la verosimilitud y la verdad, t¨ªtulo de su discurso, en la literatura. De la cantidad y la clase de verdad que acompa?a a las novelas. Y para ello convoc¨® ideas y voces de William James, Rilke, Gadamer, Heidegger, Mill¨¢n Puelles, Foucault, Sartre, Cervantes, Nietzsche, Ortega y Gasset o Gore Vidal. Una explicaci¨®n que podr¨ªa quedar dilucidada cuando dice que "el amor es una obra del coraz¨®n que confiere realidad a lo que, en realidad, no existe". Unas palabras que son una defensa y reivindicaci¨®n de la verdad, y de la verosimilitud como v¨ªa para acercarse a la verdad, a lo real. Porque, para Pombo, "la belleza de una obra de arte, de una obra literaria, no residir¨ªa meramente en su belleza, sino en algo m¨¢s originario, en la fulguraci¨®n del ser".
En su turno, Carmen Iglesias destac¨® el amplio espectro de los intereses del escritor, "adem¨¢s de su genialidad creativa" y su sentido del humor. La historiadora y acad¨¦mica record¨® que el autor santanderino es ya considerado un autor de culto que se ha ganado su prestigio alejado de grupos y corrientes porque no compite con nadie m¨¢s que consigo mismo. "Poseedor de una escritura que combina registros muy variados, en los que cabe la reflexi¨®n filos¨®fica y la parodia humor¨ªstica, el vanguardismo y experimentalismo po¨¦tico, una gran veta fant¨¢stica y la profundidad de un pensamiento ¨¦tico y coherente; junto con el divertimento y la alegr¨ªa de lo provocador e irreverente".
Todo lo anterior, hizo ¨¦nfasis Iglesias, Pombo lo aborda siempre desde el imperativo ¨¦tico de la b¨²squeda de la verdad. Un sello de lo que la acad¨¦mica define como el "n¨²cleo de la filosof¨ªa y po¨¦tica pombianas". Una forma de ver la vida de alguien que no soporta "el hablar mal de la realidad. (...) Amar, pues, las cosas en s¨ª, aceptar el mundo, pero al tiempo distanciarse y ser responsable
como si fuera creaci¨®n nuestra y, por tanto, modificable o mejorable". En su discurso, la historiadora aprovech¨® para unirse a la opini¨®n de Pombo de que la novela hist¨®rica no existe. Una aclaraci¨®n que viene bien ahora con la proliferaci¨®n de libros con esta ¨¦tiqueta, en los que, seg¨²n Iglesias, "su verdad pertenece a otra dimensi¨®n, tan importante o m¨¢s que la historia, pero diferente. Ambas perspectivas son complementarias para la comprensi¨®n de la realidad, pero no pueden ser confundidas". Por eso aplaude la opini¨®n del nuevo acad¨¦mico, para quien las novelas son buena o mala literatura, "con independencia de que se refieran o reproduzcan ¨¢mbitos o personajes hist¨®ricos de los queno podamos prescindir".
Entre los acad¨¦micos se encontraban escritores como Vargas Llosa, P¨¦rez-Reverte y Luis Goytisolo, pero entre el p¨²blico se situaron tambi¨¦n autores como Juan Edurdo Z¨²?iga, Bel¨¦n Gopegui, Luis Antonio de Villena, Alejandro G¨¢ndara y el editor de Anagrama, Jorge Herralde.
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