Copas y ampliaciones portuarias
Aunque te¨®ricamente las obras de la Copa no deber¨ªan interferir con los planes de una posible ampliaci¨®n portuaria, lo cierto es que los caminos de ambos proyectos se han cruzado y la discusi¨®n ahora abierta, en torno al futuro del puerto de Valencia, tiene suficiente importancia para que se aproveche la ocasi¨®n para debatir con frialdad y rigor.
Es un hecho, para bien o para mal, que en los estudios se asume la compatibilidad de ambas obras; s¨®lo un ejemplo: el canal previsto "da un bocado" a la ampliaci¨®n, cuyos planes llegaban hasta la Malva-rosa y sin la ampliaci¨®n en la rec¨¢mara, cabr¨ªa un canal con menor impacto. Miren por d¨®nde, la Copa ha tenido ya dos efectos informativamente beneficiosos: la salida a la palestra p¨²blica de los planes de ampliaci¨®n portuaria y la confirmaci¨®n de que Generalitat y Ayuntamiento, fotos aparte, van a ser meros espectadores. Por ello, urgencias del 2007 aparte, hay que pedir informaci¨®n solvente y debate sosegado. Igual que en otros puertos, vecinos y competidores..
Valga el caso de Marsella, que ha constatado que mientras Valencia, fruto de una pol¨ªtica inteligente de varios equipos, entre 1985 y 2002, aument¨® su tr¨¢fico de contenedores en un 500%, ellos s¨®lo lo hac¨ªan en un 66%. Decisi¨®n: ampliar para recibir m¨¢s buques portacontenedores, con nuevas terminales, equipadas con p¨®rticos de gran capacidad, que le permitan seguir en el grupo de los grandes puertos, buscando llegar al mill¨®n y medio de contenedores, cuando hoy no llega a los 700.000. El debate consiguiente all¨ª es apasionado, aunque vivo y limpio, con alcaldes y sociedad civil anim¨¢ndolo. Representantes independientes, comunistas y socialistas de la zona est¨¢n por el proyecto emanado desde Par¨ªs, pero no por ello dejan de preguntarse por las consecuencias que ello va a tener. Un buen resumen del estado de la discusi¨®n, la hac¨ªa un militante del Fondo Mundial para la Naturaleza: "Es duro oponer desarrollo y medio ambiente. Tenemos mucho empleo ligado a la calidad del territorio, como turismo y agricultura, y hay que preguntarse cu¨¢ndo las nuevos empleos empiezan a destruir otros. La calidad de vida tambi¨¦n es un recurso". Ser¨ªa interesante que este debate se oyera aqu¨ª, sobre todo si tenemos en cuenta que all¨ª se habla de 90 hect¨¢reas y de 360 millones de euros, cuando aqu¨ª s¨®lo en Valencia son 187 hect¨¢reas y en Sagunto otras 73, y 900 millones de presupuesto total.
Aclaremos que mientras Marsella recibe una gran proporci¨®n de contenedores con destino final tierra adentro, los de Valencia, en su gran mayor¨ªa, est¨¢n destinados a ser reembarcados (de aqu¨ª la importancia de ser escala de rutas trasatl¨¢nticas) o son producto de nuestra propia capacidad exportadora, como la cer¨¢mica. Ello explica tanto que el puerto haya crecido con unas comunicaciones tan pobres como las que aqu¨ª tenemos, como que lo del "puerto de Madrid" por ahora sea un poco mito. Aqu¨ª el 100% de los contenedores no reembarcados se transportan por carretera, en Marsella son el 80% con el con el objetivo de bajarlo al 60% (30 por ferrocarril y 10% por v¨ªa fluvial). Obviamente, la intermodalidad es un tema a plantear en paralelo con la posible ampliaci¨®n de Valencia.
Con todo ello, algunas cosas deben ser explicadas y debatidas:
-?Cu¨¢l es la dimensi¨®n de la ampliaci¨®n que debemos plantearnos especialmente cuando la ZAL est¨¦ operativa?
-?Cu¨¢ntas de las actividades del puerto y de las mercanc¨ªas que no viajan en contenedor pueden ser llevadas a Sagunto y qu¨¦ coste supone?
-?Cu¨¢l es la compatibilidad entre un megapuerto y las sugerentes urbanizaciones marinas que se est¨¢n proyectando?
-?Hay suficientes garant¨ªas de ordenaci¨®n del territorio para no repetir otras experiencias que estigmatizan nuestro litoral?
-?Qu¨¦ pol¨ªtica de intermodalidad mar¨ªtimo-ferroviaria hay planteada, frente al hecho de que los accesos terrestres hacia el norte planteados son inasumibles?
El futuro portuario del eje Valencia- Sagunto-Castell¨®n es prometedor, pero no puede nacer sobre la base de un puro desarrollismo. Puede ser nuestro futuro, pero es nuestra costa, nuestra historia y nuestra idiosincrasia. Por ello, dimensionemos bien las decisiones.
Tienen una gran responsabilidad ante las futuras generaciones, los que avalaron una candidatura para la Copa de Am¨¦rica sin un modelo claro para el d¨ªa despu¨¦s, y no debemos aceptar que urgencias debidas a incapacidades de planificaci¨®n, acaben sacrificando algo m¨¢s que oportunidades.
Ante el mutis presupuestario de Generalitat y Ayuntamiento, es el momento de pedir al Gobierno del Estado que est¨¦ a m¨¢s altura que ambos y que tengamos un plan respetuoso y respetable.
Copa y ampliaci¨®n no son independientes, ?lo fue el AVE de Sevilla de la Expo,?, ? la nueva Barcelona de la Olimpiada? Afortunadamente para ellas no y ahora toca ilusionarnos a nosotros.
Acabemos con una parte de la receta:
1. Estudios y sobre todo concursos claros y transparentes.
2. Vacunarse, quien todav¨ªa no lo est¨¦ en Valencia, contra especuladores.
3. Una justificaci¨®n coste-beneficio solvente de la ampliaci¨®n. No se puede a golpe de coyuntura hacer desaparecer lo que la naturaleza y la historia han puesto entre el Mediterr¨¢neo y la Pen¨ªnsula.
4. Definici¨®n de un modelo de movilidad, sostenible y defendible en Europa.
Gregorio Mart¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n de la Universidad de Val¨¨ncia.
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