El comercio mundial, a la espera de las elecciones en EE UU

La marcha hacia una mayor liberalizaci¨®n del comercio mundial est¨¢ en punto muerto. Las elecciones generales de noviembre en EE UU est¨¢n frenando cualquier avance en las negociaciones en el seno de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Tanto los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo como la Uni¨®n Europea no est¨¢n dispuestos a mover un dedo hasta que Washington diga algo concreto en el tema comercial, adem¨¢s de las buenas intenciones pol¨ªticas que la Casa Blanca deja caer en cada reuni¨®n que se celebra por el mundo.

El Grupo de los 20, encabezado por China, India y Brasil, acord¨® la semana pasada en S?o Paulo no hacer ning¨²n tipo de concesi¨®n hasta que no haya avances en el desmantelamiento de las ayudas al sector agr¨ªcola. La UE considera que con la reforma que ha hecho de su pol¨ªtica agraria com¨²n (PAC) y con el compromiso que ha asumido de reducir los subsidios a la exportaci¨®n, ha hecho un aporte m¨¢s que suficiente para desbloquear las negociaciones.

La OMC se propone acabar las negociaciones para la cumbre de 2005 en Hong Kong

Las miradas, pues, se dirigen a EE UU. El Gobierno estadounidense no ha manifestado ning¨²n compromiso para reducir sus subvenciones a las exportaciones y las ayudas internas al sector agr¨ªcola. Washington ni siquiera ha mencionado alguna medida en el tema de los subsidios a los productores de algod¨®n, a pesar de que su pol¨ªtica ya ha sido declarada ilegal por dos dict¨¢menes (el definitivo se conoci¨® el viernes pasado) de la OMC, y de que el fin de las ayudas a este cultivo beneficiar¨ªa a 10 millones de agricultores en ?frica.

El 31 de julio vence el plazo para que la OMC alcance un pacto en el cap¨ªtulo agr¨ªcola que permita cerrar para el 31 de diciembre la ronda de negociaciones puesta en marcha tras la cumbre de Doha de noviembre de 2001. La posibilidad de que haya un acuerdo en un mes y medio es nula y a lo que aspiran los delegados de los 147 pa¨ªses miembros de la OMC es a "sacar un comunicado que asegure que seguimos negociando", explicaba un delegado africano. Esto, en t¨¦rminos de la OMC, significa que los pa¨ªses quieren cerrar la ronda de Doha durante la pr¨®xima cumbre de Hong Kong, que se celebrar¨¢ dentro de un a?o.

El problema que ven en la OMC es que si la Casa Blanca no es capaz de tomar una decisi¨®n, hacer algo m¨¢s que un gui?o en las pr¨®ximas seis semanas, ser¨¢ muy dif¨ªcil que se avance algo antes de noviembre. Si el presidente Bush sale derrotado en las urnas, se perder¨¢ otro a?o hasta que el nuevo Gobierno tome las riendas de la negociaci¨®n comercial. Y a¨²n cuando Bush renueve su mandato, es bastante probable que su actual secretario de Comercio, Robert Zoellick, no contin¨²e en su cargo, por lo que su sucesor tambi¨¦n requerir¨¢ tiempo para hacerse con los temas. A?adido a esto, tampoco se espera que su hom¨®logo europeo, Pascal Lamy, siga al frente de su cartera tras la renovaci¨®n de la Comisi¨®n Europea, a finales de octubre.

Cualquier avance en las negociaciones comerciales tras el fracaso de la cumbre de Canc¨²n del pasado septiembre estaba supeditado a que la UE y EE UU se comprometiesen a reducir los subsidios a la agricultura. Si Bruselas considera que ya ha hecho su parte y Washington no hace nada, las negociaciones permanecer¨¢n congeladas. El G-20 tiene una postura m¨¢s moderada respecto a la liberalizaci¨®n de la agricultura, de la que tiene el grupo Cairns de grandes exportadores agr¨ªcolas, que ped¨ªa la apertura total del sector. Aunque hay miembros coincidentes en Cairns y en el G-20, este ¨²ltimo grupo reconoce, al igual que la UE, el car¨¢cter cultural y social de la agricultura.

"El G-20 s¨®lo est¨¢ dispuesto a avanzar por tres caminos", explicaba una fuente de la representaci¨®n brasile?a en Ginebra, "en la eliminaci¨®n de los subsidios a la agricultura, reducci¨®n de las ayudas internas y en el acceso a los mercados". Este ¨²ltimo punto, el de los aranceles a las importaciones, est¨¢ condicionado a que se avance en el tema agr¨ªcola. Los pa¨ªses ricos quieren que los menos desarrollados rebajen sus aranceles a las importaciones de productos industriales, mientras que estos ¨²ltimos tambi¨¦n reclaman de los industrializados un recorte de las tarifas para los productos agr¨ªcolas. Todo el mundo coincide que es importante reducir las tarifas arancelarias, pero en la OMC sabe que no habr¨¢ ning¨²n avance en este campo hasta que no haya alguno en el tema de subsidios y ayudas agr¨ªcolas.

Todo se reduce a este tema. Tanto, que la UE ya ha tirado la toalla en su intenci¨®n de que se negocien los llamados cuatro temas de Singapur (protecci¨®n a las inversiones, garant¨ªas para la libre competencia, transparencia en los concursos p¨²blicos y facilidades para el comercio). Otra cuesti¨®n que deber¨¢ aplazarse si se quiere llegar a un acuerdo es el tratamiento preferencial que propuso la UE para los 40 pa¨ªses m¨¢s pobres. Muchos pa¨ªses latinoamericanos, en especial los centrales, han puesto el grito en el cielo porque algunos de ellos, a pesar de ser muy pobres, quedar¨ªan excluidos de estas ventajas que ofrece Bruselas. Estos pa¨ªses sostienen que la OMC no discrimina y que si los grandes hacen concesiones, que las hagan de una vez y para todos. As¨ª est¨¢n las cosas en la OMC.