Massive Attack y Jeff Mills triunfan en el final del S¨®nar
El festival se salda con cerca de 86.000 visitantes
La densa m¨²sica de Massive Attack, la contundencia de Jeff Mills, el malabarismo musical de Kid Koala y la fuerza expresiva de Beans fueron algunos de los detalles de la ¨²ltima jornada nocturna del S¨®nar, que cerr¨® sus puertas en la ma?ana de ayer con el sol ya sumado a la fiesta de la Fira 2. En una noche que result¨® m¨¢s entretenida e interesante que la precedente, el techno y el hip-hop marcaron una pauta que s¨®lo se salt¨® Massive Attack. El festival se salda con cerca de 86.000 visitantes.
Massive Attack logr¨® mantener la atenci¨®n de la muchedumbre que se dio cita en el escenario principal del complejo con un concierto s¨®lido que est¨¦ticamente apost¨® por la penumbra. Con cerca de 86.000 visitas, el festival ha visto secundada por el p¨²blico una programaci¨®n que en esta edici¨®n incorporaba factores de riesgo.
Entre esos factores de riesgo no se contaba precisamente Massive Attack, una formaci¨®n ya cl¨¢sica, de la que se supone ha escrito sus mejores p¨¢ginas. Ellos cumplieron a rajatabla con su papel de estrellas y, a diferencia de la noche anterior, el p¨²blico ya estaba dentro de la Fira 2 antes de medianoche, api?¨¢ndose frente al escenario principal en espera de la banda de Bristol. En poco m¨¢s de una hora de concierto, Massive Attack hicieron cierto aquello de que quien tuvo retuvo, y sin llegar a realizar un concierto esplendoroso, cumplieron notablemente su cometido. Para el recuerdo, algunos cl¨¢sicos como Karmacoma o Unfinished sympathy, dos gemas en un concierto de sonidos densos, atm¨®sferas opresivas y derivaciones hacia el reggae m¨¢s humeante y oscuro.
M¨¢s tarde, tras el set de Miss Kittin sustituyendo al del cancelado Carl Cox, el S¨®nar vivi¨® su momento Mills. El pinchadiscos norteamericano es como alguien de la casa, orlado con tal prestigio que la mera aparici¨®n de su imagen en las pantallas del recinto ya gener¨® un estruendo descomunal entre el p¨²blico. El rey estaba all¨ª. Como siempre, result¨® impecable, manejando esas manos que parecen aptas para la microcirug¨ªa por encima de tres platos de los que extra¨ªa todo su jugo. Est¨¦ticamente, la sesi¨®n se completaba con im¨¢genes de 2001. Odisea del espacio, acentu¨¢ndose el contraste entre naves desplaz¨¢ndose ingr¨¢vidas y elegantes por el espacio y el tremendo retumbar de maquinaria propio del techno acelerado de baile. Mills us¨® tambi¨¦n im¨¢genes para jugar con ellas acompas¨¢ndolas al sonido, virguer¨ªa que facilita un lector de DVD que se puede utilizar para hacer scratch con im¨¢genes.
Y scratch del fino fue el que realiz¨® otra de las figuras de la noche, Kid Koala. Con base en el hip-hop, el pinchadiscos canadiense fue m¨¢s all¨¢ de las malabaristas demostraciones de habilidad de otros turntablistas, convirtiendo su habilidad en m¨²sica, no en circo. Tremendo, encargado de abrir la noche con un concierto que result¨® brillante y Tote King fueron las excelentes aportaciones nacionales a un cartel de hip-hop de altura.
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