Los misterios de la germinaci¨®n

El departamento de Biolog¨ªa Vegetal de la Escuela Polit¨¦cnica Superior de Gandia investiga desde hace unos a?os la manera de incrementar la capacidad de germinaci¨®n natural de las semillas forestales, para su uso posterior en recuperaci¨®n de zonas devastadas por incendios o erosi¨®n. Un trabajo, desarrollado principalmente en laboratorio, que ha dado sus primeros frutos. Enrique Sanchis y Mariano Fos, miembros del equipo de investigaci¨®n de la universidad gandiense, han constatado que el envejecimiento de la cubierta de la semilla en diversas especies de la familia de las cist¨¢ceas, conocidas como jaras o estepas, favorece su germinaci¨®n.

Circunstancia que difiere de las semillas comerciales (como el ma¨ªz, las lentejas o los garbanzos), cuya germinaci¨®n disminuye con el paso del tiempo. En el estudio, que se desarrolla en colaboraci¨®n con la Generalitat y los Viveros Municipales de El Saler, han participado F¨¦lix P¨¦rez, catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, y Sonia Orengo, alumna de Ingenier¨ªa T¨¦cnica Forestal. El resultado fue presentado en el congreso Seed Ecology 2004, celebrado recientemente en Grecia.

El descubrimiento es un avance importante para conseguir uniformizar la germinaci¨®n de especies forestales, un proceso que har¨ªa m¨¢s rentable la producci¨®n de estas plantas en viveros y su posterior utilizaci¨®n en procesos de reforestaci¨®n en zonas incendiadas, explica Sanchis. Los estudios se han centrado en una especie de plantas conocidas como cist¨¢ceas, una familia de matorral mediterr¨¢neo que suele aparecer en zonas degradadas o alteradas. Son especies con r¨¢pido rendimiento que se adaptan a vivir en condiciones de baja fertilidad. "En contra de lo se pensaba con otras especies, nos hemos llevado la sorpresa de que la capacidad de germinaci¨®n de estas plantas aumenta con el paso del tiempo", se?ala el investigador.

Uno de los objetivos del experimento es conseguir su cultivo en viveros. "El problema de estas especies es que su germinaci¨®n es irregular", agrega Sanchis, por lo que las investigaciones se dirigen a conseguir "uniformizar la germinaci¨®n". Hay semillas, como las de los tejos, que pueden estar germinando durante varios a?os en una misma bandeja de semilleros. "Si consigo que haya uniformidad ser¨ªa suficiente para que esta especie sea rentable". Este procedimiento de reproducci¨®n es, seg¨²n el investigador, m¨¢s favorable que la multiplicaci¨®n por esquejes. Este ¨²ltimo sistema "resta biodiversidad" a una misma especie, y var¨ªa su capacidad de respuesta frente a enfermedades, gusanos, bacterias o virus, en contraste con la reproducci¨®n mediante la selecci¨®n de semillas.

El suelo de zonas incendiadas mantiene durante a?os la composici¨®n de plantas anterior a la devastaci¨®n. Esto es debido a que en el subsuelo permanece un campo de semillas. "Hemos descubierto adem¨¢s que hay una fracci¨®n de semillas de germinaci¨®n r¨¢pida. Su misi¨®n es mantener la poblaci¨®n de la misma especie", indica Sanchis.

Paralelamente a estos trabajos, la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia desarrolla, desde 1998, un experimento de repoblaci¨®n en el Rinc¨®n de Ademuz. En este estudio se han utilizado m¨¢s de de 25 especies de plantas. "Estamos viendo que las plantas forestales, los primeros a?os de su vida se desarrollan hacia abajo. Tienen que garantizarse el suministro de agua en el verano, la ¨¦poca mala del a?o en el ambiente mediterr¨¢neo. Al cabo de dos a?os empiezan a desarrollar la parte a¨¦rea y visible", relata Sanchis. El investigador recuerda que la flora espa?ola es la m¨¢s rica de Europa. S¨®lo en el Alto Mijares, en Castell¨®n, el profesor Roberto Rosell¨® contabiliz¨® m¨¢s de 1.200 especies. Para Sanchis, en las repoblaciones, adem¨¢s de plantar pinos o encinas hay que optar por especies aut¨®ctonas, recuperar el matorral existente antes de la degradaci¨®n. Las cist¨¢ceas abren grandes posibilidades, y su espectacular floraci¨®n las hace id¨®neas para esta actividad.