Tarifa connection
La hija de Bush, que lleva un tiempo viajando secretamente por Espa?a, vuelve a ser noticia. El servicio de inteligencia norteamericano, que hab¨ªa hecho todo lo posible porque "la ni?a del presidente" pasase inadvertida durante su estancia en nuestro pa¨ªs por miedo a posibles atentados (tambi¨¦n intentaron que pasase desapercibido lo que ocurre en sus c¨¢rceles en el extranjero con los aficionados a la fotograf¨ªa), ha vuelto a hacer aguas.
Hace pocas semanas fue porque estaba haciendo el camino de Santiago, lo que no lleg¨® a saberse con certeza es si la plegaria ritual era encontrar novio o que salga ardiendo todo el material que tiene Michael Moore en casa y que le da para tres pel¨ªculas m¨¢s.
Ahora ha sido en Tarifa. La acci¨®n comienza cuando los dos atl¨¦ticos premios Nobel de Astrof¨ªsica que la peque?a Bush tiene como escoltas, dos tipos grandes, con todo grande, desde sus pistolas hasta el hueco que dejan sus neuronas en sus cavidades cerebrales, deciden dar caza y enca?onar a dos ladronzuelos de m¨®viles en ba?ador.
Posiblemente estos delincuentes de poca monta no sab¨ªan que en el m¨®vil que robaban estaba el n¨²mero de tel¨¦fono personal del hombre que gobierna el mundo, hace y deshace con los pa¨ªses lo que quiere. O quiz¨¢s si, y pretend¨ªan llamarlo a altas horas de la madrugada para felicitar a la familia Bush por el ochenta cumplea?os del abuelo. Lo que est¨¢ claro es que ver de frente el ca?¨®n de un arma tan grande y portada por seres con tan poca credibilidad (b¨²squese Guant¨¢namo en el diccionario) debe ser un trago dif¨ªcil de olvidar.
No s¨¦ que se har¨¢ al respecto, si los agentes procedieron de manera correcta, si se detuvo a los asaltantes o se les prest¨® apoyo psicol¨®gico por la impresi¨®n, no s¨¦ si la jurisdicci¨®n de estos sheriffs de Texas llega hasta Tarifa, pero me da la impresi¨®n de una cosa, o la base de Rota la han ampliado, o estos se tomaron ciertas confianzas con lo del Tratado de las Azores.
En cualquier caso, decirle a esta amistosa y bienvenida secreta excursi¨®n que en Almer¨ªa tienen un desierto (porque a ellos le van los desiertos) y todo el espacio para sacar armas, disparar y hasta un poblado a su medida por si quieren rodar otra intr¨¦pida escena, ah¨ª si que va a salir bien y por favor, d¨¦jense de faltar a la memoria de Guzm¨¢n el Bueno.
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