La contaminaci¨®n del agua con herbicidas obliga a 20.000 vecinos de Ja¨¦n a abastecerse con cisternas

Unos 20.000 vecinos de siete pueblos de la comarca jiennense de El Condado se abastecen desde ayer con camiones cisterna tras decretar la Delegaci¨®n de Salud, la noche anterior, no apta para el consumo humano el agua procedente del pantano del Da?ador por la presencia de un herbicida usado en la cura de los cultivos agr¨ªcolas. Se trata de un nuevo corte en el suministro en una comarca con problemas estructurales en el abastecimiento y el tercero que se produce en la provincia de Ja¨¦n en apenas dos a?os debido a la contaminaci¨®n por herbicidas.

Seg¨²n inform¨® la empresa Aguas Ja¨¦n, que gestiona el suministro de la red de agua en baja a El Condado, la contaminaci¨®n se origin¨® en el entorno agr¨ªcola del pantano del Rumblar. Los an¨¢lisis realizados han confirmado la presencia de terbutilazina, un herbicida aplicado al olivar, en niveles superiores a los permitidos.

La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir (CHG), responsable de llevar el agua desde el pantano del Da?ador a los dep¨®sitos municipales, ha empezado a aplicar un tratamiento dosificador de carbono activo para eliminar los niveles de contaminaci¨®n. Si ese m¨¦todo falla, la Confederaci¨®n se plantea realizar un trasvase de agua desde el embalse del Guadalmena, en la Sierra de Segura, a la red de distribuci¨®n de El Condado.

El corte del suministro afecta a los municipios de Castellar, Navas de San Juan, Santisteban del Puerto, Montiz¨®n, Chiclana de Segura, Sorihuela del Guadalimar y Arquillos, que suman una poblaci¨®n cercana a los 20.000 habitantes. En todos ellos, la empresa Aguas Ja¨¦n inici¨® ayer el reparto de agua a trav¨¦s de seis camiones cisterna con capacidad para 30.000 litros cada uno. No obstante, tambi¨¦n se ha disparado el consumo de agua embotellada.

Los municipios que forman parte del consorcio de aguas de El Condado no descartaron ayer, en el transcurso de una reuni¨®n mantenida en Santisteban, acudir a la v¨ªa judicial para denunciar el uso indebido de los herbicidas por agricultores que no han sido identificados.

Este episodio de contaminaci¨®n no es el primero. En diciembre de 2002, 84.000 vecinos de la comarca de And¨²jar estuvieron varios d¨ªas sin agua tras detectarse unos niveles altos de simazina y terbutilazina, dos plaguicidas usados en las tareas agr¨ªcolas. Las organizaciones agrarias eludieron entonces cualquier responsabilidad y aseguraron que los plaguicidas detectados ya no estaban a la venta. La Junta de Andaluc¨ªa y la Diputaci¨®n llevaron a cabo poco despu¨¦s una obra de emergencia para eliminar este tipo de filtraciones a la red de consumo humano. Con anterioridad, tambi¨¦n la comarca de la Sierra Sur hab¨ªa vivido una situaci¨®n similar.