Expertos en Irak piden tropas de pa¨ªses ¨¢rabes
Poco tienen que ver las im¨¢genes del Irak de hoy a las de los soldados de las tropas norteamericanas y brit¨¢nicas jugando a f¨²tbol con j¨®venes de Bagdad. Los ciudadanos que manten¨ªan la esperanza de que el escenario pol¨ªtico y econ¨®mico de su pa¨ªs mejorara tras la guerra, han desistido pronto. Y ahora lo ¨²nico que esperan es que las tropas norteamericanas abandonen la regi¨®n. Dos expertos en Irak, el ex coordinador de ayuda humanitaria de Naciones Unidas Hans von Sponeck y el director del Grupo para las Crisis Internacionales, Joost Hilterman, se?alaron la que, en su opini¨®n, es la ¨²nica salida al conflicto: la sustituci¨®n de las tropas actuales por otras multilaterales compuestas sobre todo por soldados de estados ¨¢rabes y musulmanes.
Si los ciudadanos de Bagdad que salieron a saludar a los norteamericanos hoy les dan la espalda es por todos los errores que los ej¨¦rcitos de Estados Unidos han cometido desde que empezaron a justificar la guerra. As¨ª lo consider¨® Hilterman, quien incluso esboz¨® un dec¨¢logo de los fallos cometidos por el pa¨ªs que gobierna George W. Bush. El m¨¢s grave, sostuvo el experto, fue partir de argumentos falsos, como la existencia de las armas de destrucci¨®n masiva, las supuestas relaciones del r¨¦gimen de Sadam Hussein con Al Qaeda y el objetivo de liberar el pa¨ªs de la dictadura. "Los iraqu¨ªes sospecharon que tras tantas mentiras se escond¨ªa la intenci¨®n de ir tras el petr¨®leo y defender los intereses de Israel", asegur¨® Hilterman.
La democracia que defend¨ªan los estadounidenses, a?adi¨®, result¨® quedar vac¨ªa al desechar la experiencia en procesos de transici¨®n que pod¨ªa aportar la ONU y, adem¨¢s, al otorgar la soberan¨ªa del pa¨ªs a exiliados que nada ten¨ªan que ver ya con la realidad del pa¨ªs. Tampoco se llev¨® bien la planificaci¨®n, y el Pent¨¢gono no traslad¨® los recursos suficientes para proteger los intereses de Irak. Prueba de ello es la p¨¦rdida de la herencia cultural del pa¨ªs tras los saqueos de la Biblioteca de Bagdad y el Museo Nacional. Los servicios p¨²blicos tambi¨¦n se han visto mermados, y la nueva Administraci¨®n no ha contratado los 250.000 empleados previstos, sino s¨®lo 50.000, de los que buena parte proceden del extranjero.
"Para rematarlo todo, hemos visto estos d¨ªas las im¨¢genes de las torturas que se han cometido en las c¨¢rceles y tampoco se ha tratado bien a los ciudadanos. Y no ha habido capacidad de comunicaci¨®n", a?adi¨® Hilterman.
La guerra ha creado un escenario para el que parece imposible hallar respuesta. "?Tras haber creado tal caos, se pueden retirar las tropas de Estados Unidos?", se cuestionaron los expertos. "Lo ideal ser¨ªa que se crease una autoridad con la capacidad de ordenar a Estados Unidos que se quede en sus bases. O bien pedir ayuda internacional. Deber¨ªa formarse un cuerpo de polic¨ªa estatal y, de forma paralela, sustituir las tropas de la coalici¨®n por una fuerza bajo mandato de la ONU. Claro, todo esto es bastante imposible", se?al¨® Von Sponeck.
Ahora, concluyeron, las oportunidades para establecer la paz tras una guerra que suscit¨® la oposici¨®n de buena parte de los ciudadanos del mundo parecen haberse esfumado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.