Al Qaeda amenaza de muerte a trav¨¦s de Internet al primer ministro de Irak

Las fuerzas estadounidenses en Irak bombardearon la noche del martes otra casa en Faluya como respuesta a la decapitaci¨®n horas antes del surcoreano Kim Sun-il. Un alto mando militar asegur¨® que la vivienda serv¨ªa de refugio a asociados de Abu Musab al Zarqaui, supuesto jefe de Al Qaeda en Irak, que se hab¨ªan responsabilizado del secuestro de Kim. Seg¨²n este mando, una veintena de combatientes extranjeros resultaron muertos. Pero en un nuevo acto de desaf¨ªo, una web islamista difundi¨® ayer una grabaci¨®n en la que una voz atribuida a Al Zarqaui amenaza de muerte al primer ministro iraqu¨ª, Ayad Alaui, como "s¨ªmbolo del mal y fuente de todos los traidores".

La insurgencia que desde el pasado verano mantiene en jaque a las fuerzas ocupantes en Irak no ha degenerado en una guerra civil tal como tem¨ªan muchos. La mayor¨ªa de los iraqu¨ªes, agotados y decepcionados, se mantienen al margen de una lucha de poder que est¨¢ desangrando su pa¨ªs. Sin embargo, la violencia y la crueldad de los m¨¦todos empleados, est¨¢ forzando al l¨ªmite el aguante y la tolerancia de muchos ciudadanos. La decapitaci¨®n de Kim, un traductor secuestrado cinco d¨ªas antes, no provoc¨® una reacci¨®n visible, pero los efectos de este deterioro se pagar¨¢n m¨¢s tarde o temprano.

"C¨®mo no van a odiarnos y tenernos miedo en Europa cuando ven que gente que se declara musulmana ejecuta tales atrocidades", admit¨ªa dolido un iraqu¨ª de clase media y que se considera un nacionalista. Este hombre, cr¨ªtico con la actitud de EE UU en su pa¨ªs, se opone a las acciones de gente como Zarqaui. Pero "?qu¨¦ podemos hacer?", pregunta.

Desde el anonimato de las p¨¢ginas web, una grabaci¨®n sonora de 16 minutos atribuida a Zarqaui daba algunas pistas sobre lo que los fan¨¢ticos esperan de los iraqu¨ªes. "Llevaremos a cabo nuestra guerra santa contra los infieles occidentales y los ap¨®statas ¨¢rabes hasta que se restablezca el gobierno isl¨¢mico sobre la tierra", aseguraba la voz. Y a la cabeza de todos ellos, el nuevo primer ministro que debe hacerse cargo del Gobierno del pa¨ªs el pr¨®ximo 1 de julio cuando concluya la ocupaci¨®n. "En cuanto a ti, Alaui -perd¨®n, el primer ministro democr¨¢ticamente elegido-, te hemos encontrado un veneno adecuado y una espada segura", amenaza la voz con cierto retint¨ªn. "Has sobrevivido a las trampas que te hemos tendido hasta ahora, pero no vamos a cejar hasta que te hagamos beber del mismo vaso que ya prob¨® Ezed¨ªn Salem", advierte en referencia al asesinato el pasado 18 del pen¨²ltimo presidente del ahora disuelto Consejo de Gobierno.

Alaui desestim¨® la amenaza. "No van a hacernos cambiar de parecer", asegur¨® Hamid al Kifai, un portavoz de la oficina del primer ministro. "Continuaremos con la reconstrucci¨®n de Irak y trabajando por la libertad, la democracia, la justicia y la paz. Los iraqu¨ªes se han enfrentado a estas amenazas con anterioridad", a?adi¨®. Al Kifai record¨® que Alaui ya fue objeto de un atentado hace 25 a?os en Londres, lo que no le ha impedido seguir defendiendo sus ideas. En aquella ocasi¨®n, supuestos agentes de Sadam mataron a su esposa y a ¨¦l le enviaron al hospital durante casi un a?o.

Desde su designaci¨®n a primeros de junio, Alaui se ha mostrado muy en¨¦rgico y decidido en su voluntad de combatir la violencia pol¨ªtica y el terrorismo que han ahondado las divisiones en su pa¨ªs durante este ¨²ltimo a?o. El pasado domingo, el primer ministro anunci¨® la reorganizaci¨®n de todas las fuerzas de seguridad y se coloc¨® a la cabeza de todas ellas como m¨¢ximo responsable, con el objetivo de concentrar todos los esfuerzos en esa lucha.

Concentraci¨®n de poder

La medida ha suscitado cr¨ªticas de medios pol¨ªticos y diplom¨¢ticos, que ven en esa concentraci¨®n de poder un primer paso hacia la declaraci¨®n del estado de emergencia y la suspensi¨®n de las libertades fundamentales. Sin embargo, en la calle, Alaui cuenta con la aprobaci¨®n de la mayor¨ªa.

Por otro lado, la batalla pol¨ªtica entre Adn¨¢n Pachachi y Ahmed Chalabi est¨¢ alcanzando cotas peligrosas. "La gente de los Emiratos ?rabes Unidos y sus m¨¢s altas instancias han apoyado a Pachachi y a los terroristas de Faluya y del sur de Bagdad con millones de d¨®lares", denuncia Mithal al Alusi, miembro de la ejecutiva del Congreso Nacional Iraqu¨ª (INC), el partido de Chalabi. La acusaci¨®n, durante una entrevista con esta enviada, huele a pataleta despu¨¦s de que la milicia de Chalabi haya sido acusada de v¨ªnculos con la insurgencia. "No hablo por hablar", insiste Alusi. ?Tiene pruebas? "Por supuesto", afirma dando a entender que quien tiene amistades peligrosas es el hombre que a principios de este mes renunci¨® a la presidencia de Irak y no su jefe. Chalabi perdi¨® el respaldo de EE UU despu¨¦s de que Washington descubriera que el hombre al que el Pent¨¢gono quer¨ªa convertir en l¨ªder de Irak no s¨®lo no era popular entre los iraqu¨ªes, sino que hab¨ªa pasado informaci¨®n a Ir¨¢n y donando dinero a un cl¨¦rigo cercano a M¨²qtada al S¨¢der.