Castillos
Como cada uno explica la vida con los conceptos que tiene a mano, yo le saco partido a una famosa distinci¨®n que hizo el poeta Pedro Salinas entre leedores y lectores. Si los leedores se deslizan o resbalan sobre las p¨¢ginas del libro dej¨¢ndose llevar por el viento de la prisa, sin darse cuenta de lo que ponen en juego las palabras, los lectores clavan sus ojos en el sentido ¨²ltimo de las frases, porque suelen comprender que las historias cobran peso bajo las superficies. Acostumbrado a distinguir entre votadores y votantes, politiqueros y pol¨ªticos..., o viajadores y viajeros, no dud¨¦ un momento en aplicarme la categor¨ªa de viajador al leer un libro de Juan Eslava Gal¨¢n, El Para¨ªso disputado (El Pa¨ªs Aguilar, 2004), que se centra en la ruta de los castillos y las batallas trazada por la frontera de los moros y los cristianos. Cruzo dos veces por semana las provincias de Ciudad Real, Ja¨¦n y Granada, paso por las rocas de Despe?aperros, dejo a un lado en la autov¨ªa los nombres de Calatrava, Santa Elena, Navas de Tolosa, Ba?os de la Encina, Bail¨¦n, Alcal¨¢ la Real, y acarreo una prisa de viajador que no me hace vivir m¨¢s, ni ver m¨¢s cosas, ni conocer mejor los lugares en donde estoy. Llegar m¨¢s pronto a las ciudades de destino casi nunca significa apurar m¨¢s la existencia. Y ocurre lo mismo con los excesos de familiaridad, con la presencia cotidiana de pueblos como Arjona, Arjonilla, Martos, Alcaudete, Mocl¨ªn, Pinos Puente, Montefr¨ªo, Illora o Alomartes, que rodean muchas an¨¦cdotas de mis viajes y recuerdos infantiles igual que hace siglos rodearon la frontera movediza del Reino de Granada. Hay costumbres que presuponen un conocimiento en realidad inexistente.
El libro de Eslava Gal¨¢n merece el inter¨¦s no s¨®lo de los lectores lejanos, dispuestos a acercarse a la historia y los paisajes de estas rutas andaluzas, sino tambi¨¦n del lector familiarizado, pero viajador, que puede detener el paso y abrir los ojos como se abre un tesoro o una caja de sorpresas. En forma de novela, este libro de viajes est¨¢ protagonizado por dos amigos, un profesor de historia medieval y un militar escoc¨¦s, que deciden recordar viejos tiempos y pasar unos d¨ªas juntos, visitando castillos, iglesias, yacimientos arqueol¨®gicos y antiguos campos de batalla. Se conocieron en M¨¦xico, cuando el espa?ol soportaba el exilio y el ingl¨¦s cumpl¨ªa funciones de agregado militar. Ninguno de los dos tiene edad para confundir la prisa con las ganas de vivir, y por eso se acercan al paisaje con ojos de lectores o viajeros, y convierten su conversaci¨®n en un argumento capaz de sorprender a los leedores o viajadores de dentro y de fuera de Andaluc¨ªa. El pulso narrativo de Eslava Gal¨¢n sabe unir la explicaci¨®n hist¨®rica, las descripciones art¨ªsticas, los recuerdos legendarios, los apuntes propios de la literatura de viajes y las nostalgias y sentimientos personales en un mismo marco novelesco. Escribi¨® Rafael Alberti en Sobre los ¨¢ngeles que "para ir al infierno no hace falta cambiar de sitio ni postura". Para llegar al para¨ªso tampoco, si sabemos leer aquello que tenemos al lado. Y eso es lo que est¨¢ consiguiendo demostrar la Diputaci¨®n de Ja¨¦n con la campa?a abanderada por el lema Para¨ªso interior. As¨ª lo confirma El para¨ªso disputado de Juan Eslava Gal¨¢n.
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