La mujer que hizo actor a Rocco

Hace cuatro a?os lleg¨® a las carteleras espa?olas una pel¨ªcula que se anunciaba como el debut de la estrella del porno Rocco Siffredi en el cine convencional. Se titulaba Romance X y su directora, Catherine Breillat (Bressuire, Francia, 1948), era poco menos que una desconocida para el p¨²blico espa?ol. Aquel filme, el ¨²nico de Breillat que ha visto la luz en nuestro pa¨ªs, confirm¨® a Rocco como un actor capaz de afrontar papeles dram¨¢ticos, m¨¢s all¨¢ del gimn¨¢stico ejercicio del cine X, o, en palabras de la directora francesa "se convirti¨® en actor pues, como ¨¦l mismo dice, en el porno no se act¨²a, se hace el amor para que los hombres se masturben, mientras que en la ficci¨®n se interpreta para que la gente se pueda proyectar en los personajes que ve en la pantalla".

Breillat no s¨®lo hizo actor a Rocco Siffredi, sino que lo convirti¨® en un fetiche. "Es el ¨²nico actor con el que he repetido colaboraci¨®n porque yo, que como mujer siempre he tenido dificultades para trabajar con hombres, a ¨¦l lo considero material en bruto, al que puedo modelar, pues no ha de demostrarme su masculinidad en cada momento, como hacen los dem¨¢s actores". Para corroborarlo, Breillat volver¨ªa a contar con Rocco en Anatomie de l'enfer, su ¨²ltima cinta, que se proyect¨® ayer despu¨¦s del homenaje que Cinema Jove tribut¨® a la cineasta gala, de la que el festival ha ofrecido una completa retrospectiva de todos sus filmes.

Pero la personalidad de Catherine Breillat abarca mucho m¨¢s que su encuentro con el semental italiano. Novelista precoz, Breillat public¨® a los 17 a?os una pol¨¦mica novela, L'homme facile, que, ir¨®nicamente, fue prohibida en Francia a los menores de 18 a?os, "lo que significaba que a la propia autora se le prohib¨ªa leer su libro", seg¨²n sus palabras. Poco despu¨¦s tuvo una ef¨ªmera carrera como actriz, cuyo principal hito fue un peque?o papel en El ¨²ltimo tango en Par¨ªs, de Bernardo Bertolucci, "que fue la ¨²ltima pel¨ªcula en la que la mujer aparec¨ªa s¨®lo como objeto de deseo", en su apreciaci¨®n. Mas Breillat nunca pretendi¨® ser actriz, sino escritora y, sobre todo, directora de cine desde que, con 12 a?os de edad, vio Viridiana, "la historia de una joven que vive en un mundo de pureza pero que, en realidad, est¨¢ atravesada por el deseo". Tendr¨ªan que pasar 15 a?os hasta que consigui¨® financiaci¨®n para dirigir Une vraie jeune fille y otros 12 para que su trabajo fuera reconocido por la cr¨ªtica y el p¨²blico, a partir del ¨¦xito de 36 fillette, su tercer filme, en los festivales internacionales.

Desde entonces Breillat ha realizado un cine muy personal, basado en retratos de mujeres y que, en su opini¨®n, "es mucho menos acorde con la moral dominante que el porno". Un cine que, pese a contener en muchos casos sexo expl¨ªcito, no asimila a la pornograf¨ªa, sino a la pornocracia, "un concepto que viene de los griegos y que consiste en que la mujer ejerza el poder a trav¨¦s de su papel de cortesana, pero no en el sentido de prostituta, sino en el de seductora". Con su obra, que oscila entre la transgresi¨®n y una provocaci¨®n que ella misma considera "inocente", la directora francesa espera que las mujeres "se vean reflejadas" en los personajes que crea.

Catherine Breillat fue la gran estrella de la pen¨²ltima jornada de Cinema Jove, que ayer cerr¨® su secci¨®n oficial con la presentaci¨®n de la pel¨ªcula francesa Le dernier des immobiles, de Nicola Sornaga, un interesante, aunque algo reiterativo, intento de hacer cine po¨¦tico a medio camino entre lo burlesco y lo sublime que se erigi¨® como la propuesta m¨¢s arriesgada de una competici¨®n que hoy conocer¨¢ el filme que se adjudicar¨¢ la Lluna de Val¨¨ncia al mejor largometraje.