Me quito la faja
UN MACHOTE es un t¨ªo con la autoestima por las nubes. El machote tiene la autoestima tan gorrrrda que no va a las manifestaciones gays porque piensa que en cualquier momento pueden pillarle desprevenido mirando a Zamora y picarle el billete. Hay machotes de todas las tendencias y colores. De derechas y de izquierdas. ?Qu¨¦ piensa un machote cuando se est¨¢ cambiando en los vestuarios de una piscina p¨²blica? Que hay que ir con el culillo bien apretado y arrimado a la pared. El machote en realidad se cree irresistible. Y hay machotes que son feos de solemnidad, pero se ve que su madre los quiso mucho y les alab¨® el tama?o de su miembro cuando eran peque?os. No miento. Yo he sido testiga, cuando iba a recoger al ni?o a la guarder¨ªa, de conversaciones de madres en las que siempre hab¨ªa alguna que presum¨ªa del tama?o de la cola de su ni?o. El ni?o sol¨ªa ser ligeramente monstruoso, de esos ni?os que te los encuentras de noche en un pasillo y se te pone el pelo blanco del susto, pero hay madres que piensan que la belleza, qu¨¦ caramba, est¨¢ en lo que no se ve. Hay mucha madre porno suelta. El machote en realidad es un paranoico del mariconismo, piensa que todo el mariconer¨ªo le quiere picar el billete. Si un machote se enterara de que ning¨²n t¨ªo se lo quiere merendar se llevar¨ªa una decepci¨®n enorme. Todo esta te¨®rica no la he desarrollado al buen tunt¨²n, tengo mis asesores; por ejemplo, los del Club deportivo Halegatos, que es un club de gays y lesbianas. Ellos me cuentan que cuando compiten con otros clubes deportivos, y ganan, sus contrincantes vuelven a casa con el rabo entre las piernas, pensando: "?Y con qu¨¦ cara digo yo ahora en casa que nos ha ganado un equipo de maricas?". Estos d¨ªas se han celebrado en Madrid los Juegos del Sol, segundos juegos ol¨ªmpicos gays internacionales. En los primeros actu¨® de padrino Pedro Zerolo, pero como Zerolo est¨¢ con los preparativos de su hist¨®rica boda (la verdadera boda del a?o), pues este a?o s¨®lo va en calidad de concejal de Moratalaz (de Moratalaz, qu¨¦ fuerrrrte) y para ver c¨®mo juega su novio. La madrina este a?o, no es por nada, soy yo. La madrina de los juegos, aunque tambi¨¦n espero serlo de Zerolo y ponerme peineta de doble teja. Se la pedir¨¦ prestada a la Reina. En total, que el otro d¨ªa estuve en la presentaci¨®n de dichos juegos y al verme rodeada de aquellos maromos musculosos me sent¨ª un poco como Esperanza Roy cuando cantaba Yo soy la vedete y dec¨ªa aquello de: "Tengo m¨¢s plumas que nadie..." mientras se?alaba a los boys. Desde aqu¨ª te lo digo, Esperanza: eras ¨²nica en el reino del mariconismo. ?Miento! Hay que dejarle un sitio de honor a la Jurado. El otro d¨ªa, perm¨ªtanme que me desv¨ªe de mi habitual discurso intelectual y entre de lleno en el mundo del coraz¨®n; el otro d¨ªa, digo, le preguntaron a Ortega Cano por qu¨¦ estaba tan enamorado de Roc¨ªo, y Ortega, con ese verbo tan expresivo que le caracteriza, mir¨® a los ojos a ese pedazo de jaca de Chipiona y contest¨®: "Porque es una mujer muy comprensible". Yo lo entiendo porque m¨ª me pasa lo mismo con mi santo: lo encuentro supercomprensible. A la hora de la siesta se me cuaja en el sof¨¢ y me mira con los mismos ojillos implorantes que me pone Chiquit¨ªn cuando me pide pienso. Yo voy al mueble bar (soy como una gheisha) y le pongo su whiskito. Lo que yo digo: a Chiquit¨ªn s¨®lo le falta hablar y a mi santo no le hace falta hablar. Porque es muy comprensible, como Roc¨ªo. A la Jurado le dieron el premio de la revista Shangay y se arranc¨® con una copla que el mundo del mariconismo tuvo un orgasmo simult¨¢neo. Y all¨ª estaba otra reina de mariconismo en todo su esplendor: Loles Le¨®n, que llevaba una camiseta que se hab¨ªa recortado ella misma con las tijeras por el escote y dejaba entrever esos pechos que llegan media hora antes que ella a todos los estrenos. A Loles la tengo que llamar para decirle que por fin he salido del armario: no pod¨ªa ocultar por m¨¢s tiempo un hecho esencial en mi vida: veo la serie "Aqu¨ª no hay quien viva". O sea, contribuyo al enriquecimiento de Jos¨¦ Luis Moreno, y eso duele. Empec¨¦ por casualidad, una noche estaba haciendo un zapping desesperado, y t¨ªa, que me qued¨¦ enganchada. Y ah¨ª est¨¢ mi Loles, de vecina hist¨¦rica. Desde aqu¨ª te lo digo, Loles: est¨¢s marcando tendencia. Y ese Fernando Tejero que es para llev¨¢rtelo a casa. Deb¨ªa dar gloria ir a la pescader¨ªa en la que trabajaba Tejero antes de ser actor de ¨¦xito. Yo tengo a ese t¨ªo de pescatero y me vuelvo japonesa de tanto comer sushi. Y yo dici¨¦ndome para mis propios adentros: ?Ser¨¢ posible que me est¨¦ riendo como con Betty la Fea? Me contaba Ana Mar¨ªa Moix que Terenci llegaba tarde a la sesi¨®n de quimioterapia y las enfermeras le dec¨ªan al m¨¦dico: que el se?or Terenci se retrasar¨¢ porque dice que no quiere perderse el serial. Qu¨¦ divino, no me digas... Hasta hace unos d¨ªas yo ve¨ªa Aqu¨ª no hay quien viva sin hacerlo p¨²blico, porque yo era una t¨ªa muy arrogante hasta hace unos d¨ªas. Pero el pasado mi¨¦rcoles, harta de re¨ªrme en silencio, llam¨¦ a Miguel Albaladejo y se lo confes¨¦, aun a riesgo de que mermara el alto concepto que tiene de m¨ª. Y va el t¨ªo y me dice que ¨¦l tambi¨¦n la ve. Y ya los dos, fuera del armario, estuvimos ri¨¦ndonos recordando los mejores momentos del serial. Y mira, como lo siento lo digo, me qued¨¦ superancha. Como cuando te quitas la faja, pos igual.
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