?M¨¦xico lindo?
Mi hijo derrib¨® a quien lo ten¨ªa apuntado, la pistola del delincuente cay¨® lejos, pero el otro maldito vino por atr¨¢s con otra y le mat¨® en el acto". Su madre, Raquel Gulias, lo recuerda v¨ªvidamente. El asesinato de Jaime M¨¦ndez Gulias, de 27 a?os, administrador de hotel, mexicano-espa?ol, ocurri¨® al atardecer del d¨ªa 25 de noviembre del a?o 2001, despu¨¦s de que hubiera jugado un partido de f¨²tbol en el Centro Gallego. Jaime esperaba en un coche, acompa?ado por su compa?ero de trabajo Benjam¨ªn, a que un sem¨¢foro del cintur¨®n perif¨¦rico de Ciudad de M¨¦xico se pusiera en verde. "Dos individuos, uno a cada lado, les apuntaron con pistolas. Abrieron las puertas del coche y les dijeron: '?P¨¢sense para atr¨¢s, esto es un secuestro!".
Apenas se denuncia el 20% de los secuestros. Estad¨ªsticas del a?o 2001 indican que quedaron sin ejecutar 250.000 ¨®rdenes de detenci¨®n
Los hermanos Guti¨¦rrez Moreno, ingenieros de origen c¨¢ntabro, de 27 y 26 a?os, aparecieron con un tiro en la cabeza, el 24 de mayo, en un basurero
Benjam¨ªn se movi¨® para pasar a la parte de atr¨¢s del veh¨ªculo, un utilitario del mont¨®n, pero Jaime, no: derrib¨® a quien le apuntaba y le cost¨® la vida. "No s¨¦ qu¨¦ le pas¨® a mi hijo en ese momento". Lo que le pas¨® fue que reaccion¨® con la temeraria valent¨ªa de un joven decente.
El asesinato, el pasado mes de mayo, de los hermanos Vicente y Sebasti¨¢n Guti¨¦rrez Moreno, ingenieros de origen c¨¢ntabro, de 27 y 26 a?os, despu¨¦s de que su familia hubiera pagado medio mill¨®n de d¨®lares de rescate, colm¨® la paciencia de la ciudadan¨ªa. Apoyada por 80 organizaciones, desde empresariales y civiles, se manifestar¨¢ hoy en Ciudad de M¨¦xico contra el secuestro y la impunidad.
Jos¨¦ Manuel Maz¨®n, Pedro Ferro Janeiro y Rafael Ruiz Mijares, con doble nacionalidad, fueron asesinados en los ¨²ltimos tres meses. Los dos primeros cuando intentaron evitar su secuestro, y el tercero, de 62 a?os, durante un cautiverio de 40 d¨ªas. Los hermanos Guti¨¦rrez Moreno, con derecho a la nacionalidad espa?ola, aparecieron con un tiro en la cabeza, el 24 de mayo, en un basurero. Las declaraciones a la prensa de la embajadora espa?ola, Cristina Barrios, instando a la colonia a extremar las precauciones, disgustaron a las autoridades mexicanas, que le aconsejaron a "utilizar los canales diplom¨¢ticos" para exponer sus preocupaciones. El ministro de Exteriores, Luis Ernesto Derbez, telefone¨® a su hom¨®logo Miguel ?ngel Moratinos para que la instruyera en ese sentido. "Cristina Barrios no quiere entrar en pol¨¦mica, pero fue muy prudente en lo que dijo. Lo que ocurre es que las sensibilidades de todo tipo est¨¢n a flor de piel", dijeron las fuentes consultadas.
La diplom¨¢tica espa?ola no hizo sino referirse a una realidad que agobia a los mexicanos, acechados por un hampa que filma las mutilaciones y torturas de sus v¨ªctimas para apremiar el pago de rescate. M¨¦xico, concretamente su capital y algunos Estados, exhibi¨® el mayor n¨²mero de secuestros del mundo en el a?o 2003, cerca de 3.000, despu¨¦s de Colombia, seg¨²n el c¨¢lculo de varias empresas de seguridad. Oficialmente se reconocen 532.
Empresas de protecci¨®n
No sorprende, por tanto, que proliferen las empresas de protecci¨®n: 5.140 seg¨²n el Registro Nacional de Empresas de Seguridad Privada. Fuentes oficiales subrayan que las autorizadas no llegan a 300. El objetivo es evitar ser secuestrado porque la liberaci¨®n no es f¨¢cil. Los negociadores privados llegan a cobrar hasta el 20% del rescate. Y algunos de los polic¨ªas que investigaron en serio fueron, a su vez, asesinados, entre ellos el comandante Juan Fern¨¢ndez Jim¨¦nez, encargado de perseguir a los asesinos de los hermanos Guti¨¦rrez. Pero la tragedia de los deudos no termina en el velorio. Los padres de los hermanos fueron asaltados cuando acud¨ªan a sus funerales, y Raquel Gulias, de 48 a?os, padeci¨® un calvario compartido por la mayor¨ªa de los parientes de los 160 mexicanos secuestrados y asesinados en los ¨²ltimos tres a?os: el desconsuelo de la impunidad.
"La investigaci¨®n fue terror¨ªfica. Porque no hubo ayuda de ning¨²n lado. Fue una cosa burocr¨¢tica totalmente. Un comandante de la polic¨ªa judicial del Distrito Federal me dijo que ten¨ªa mucho trabajo, que no pod¨ªan volcarse en un solo caso y que hallar a los culpables era como buscar una aguja en un pajar", recuerda Raquel, empleada en la Universidad de Puebla. Su relato es el de otros. El funcionario supuestamente encargado de esclarecer el asesinato de Jaime M¨¦ndez riz¨® el rizo de la crueldad al comunicar a su madre que si quer¨ªa "coadyuvar", pues que muy bien, que adelante. "?Y qu¨¦ es coadyuvar?", pregunt¨® la madre.
"Era que yo buscara al asesino. F¨ªjese, que lo buscara yo misma". De haberse topado con el criminal, se hubiera lanzado a la yugular, pero, adem¨¢s, c¨®mo iba a meterse a buscar al homicida de su hijo en el distrito capitalino de Iztapalapa, "que es un nido de asesinos, de ladrones y malvivientes". Quebrada emocionalmente, hasta pens¨® hacerlo: dejar el trabajo y mezclarse con la delincuencia de la barriada y poner la oreja. Al principio hab¨ªa confiado en la polic¨ªa. De nada sirvi¨®. El caso qued¨® cerrado por "falta de pistas". Nadie encontr¨® a los asesinos de Jaime, que cumpli¨® el servicio militar en Astorga y descansa en el cementerio de San Justo de Avi¨®n, en Ourense, junto a su abuelo.
Por todo eso, apenas se denuncia el 20% de los secuestros. Estad¨ªsticas del a?o 2001 indican que quedaron sin ejecutar 250.000 ¨®rdenes de detenci¨®n. Raquel, nacida en Uruguay, de padres espa?oles emigrantes, con su hija Carmen, de 23 a?os, viviendo en Espa?a, trabaja en Puebla y ten¨ªa que viajar frecuentemente a la capital para interesarse por el caso de Jaime. Propuso a la polic¨ªa judicial comunicarse por el correo de Internet. "Pero no ten¨ªa ni Internet, ni juego de huellas para cotejar". Tambi¨¦n les propuso recurrir a los archivos del Ifer (Instituto Federal Electoral), pero nada. Ofreci¨® el retrato hablado de los asesinos, pero todo eran pegas. "El caso era no investigar. Al d¨ªa de hoy todav¨ªa no han reconstruido los hechos. Resumiendo: no hubo investigaci¨®n".
Polic¨ªas corruptos
Raquel Gulias vivi¨® muchos a?os en el Distrito Federal, regido por la alcald¨ªa de Ciudad de M¨¦xico, y frecuentaba la colonia gallega. "Aquello era entrar a asaltar y matar o lesionar. El maleante sabe que en la colonia espa?ola (80.000 personas en los registros del consulado espa?ol) hay dinero, que es pr¨®spera". Los secuestradores, distribuidos en decenas de bandas, eligen a quien tiene dinero: mexicano, espa?ol, mexicano-espa?ol, japon¨¦s o marciano. Y manejan informaci¨®n precisa porque, frecuentemente, trabajan con polic¨ªas corruptos. El 4% de los secuestradores detenidos desde el a?o 2001 lo era, seg¨²n un informe de la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR, Fiscal¨ªa General). Un total de 3.927 fueron sancionados en los ¨²ltimos a?os por complicidad con el delito.
Excomuni¨®n y 1.000 millones de d¨®lares en seguridad
LA CONFERENCIA EPISCOPAL MEXICANA (CEM) eval¨²a los efectos de la excomuni¨®n de los secuestradores y c¨®mplices, tal como se hizo en el Estado de Morelos hace seis a?os, para decidir si esa pena moral se deber¨ªa aplicar en todo el pa¨ªs. "Realmente ser¨ªa interesante descubrir si la medida ha dado alg¨²n resultado", declar¨® el presidente de la CEM, Jos¨¦ Guadalupe Mart¨ªn. La seguridad privada parece haberlos dado, porque el n¨²mero de empresas y gabinetes de prevenci¨®n de riesgos, contratadas por consorcios y particulares, se ha duplicado. El negocio del miedo mueve en M¨¦xico cerca de 1.000 millones de d¨®lares al a?o, seg¨²n la consultora Kroll Inc. El fomento de los valores morales y ciudadanos, las reformas legales y acciones eficaces contra el delito parecen ser, a largo plazo, las claves para erradicar una delincuencia hasta ahora imbatible. El endurecimiento de las penas, la reforma integral de todo el sistema de justicia y seguridad p¨²blica, iniciativas propuestas por el Gobierno al Congreso, discurren en esa direcci¨®n. Su aplicaci¨®n, sin embargo, ser¨ªa sumamente compleja en un pa¨ªs federal, con 31 Estados y el Distrito Federal, que tiene sus propias competencias y m¨¢s de 25 millones de habitantes. Habr¨ªa que purgar la judicatura, los cuerpos de seguridad y adiestrar a los polic¨ªas. "La mayor parte usa la fuerza bruta, pero no la inteligencia en el combate contra el crimen", seg¨²n sostiene Miguel Carbonell, miembro del Instituto de Investigaciones Jur¨ªdicas de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).
Poco importan al hampa los sucesivos programas contra el delito y la preparaci¨®n de la polic¨ªa. "?Qu¨¦ nos importa la polic¨ªa? Nosotros hacemos trabajos a la polic¨ªa", le espetaron sus secuestradores a un empresario hotelero mexicano-espa?ol, secuestrado en Ciudad de M¨¦xico y liberado el pasado mes de abril despu¨¦s de pagar una millonada. "Bloquearon mi veh¨ªculo cuatro coches con 16 personas y armas largas, incluidos fusiles de asalto AK-47. Poco se puede hacer contra una demostraci¨®n de fuerza y atrevimiento de esas caracter¨ªsticas".
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