El jefe del Ej¨¦rcito se despide denunciando "deslealtades, celos, venganzas y mentiras"

"Si a¨²n quedaba alguna duda sobre lo acertado de relevarlo, su comportamiento la ha despejado". ?ste fue el comentario de un alto responsable del Ministerio de Defensa tras el portazo con que el jefe del Ej¨¦rcito de Tierra, Luis Alejandre, se despidi¨® ayer del cargo. Alejandre plant¨® al ministro Jos¨¦ Bono en el acto de juramento de los tres nuevos miembros de la c¨²pula militar. Posteriormente, en la ceremonia de relevo con su sucesor, el general Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, en el Cuartel General del Ej¨¦rcito, denunci¨® "deslealtades, celos, mentiras interesadas y manipulaciones informativas".

Alejandre prefiri¨® ser "esclavo de sus palabras" m¨¢s que "propietario de sus silencios", seg¨²n su expresi¨®n, y convirti¨® el ¨²ltimo acto oficial como jefe del Ej¨¦rcito en un desahogo. Era el m¨¢s reciente de los miembros de la anterior c¨²pula militar, a la que se incorpor¨® hace menos de a?o y medio, y se le consideraba el candidato mejor situado para convertirse en el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, que correspond¨ªa ocupar por turno a un general de Tierra.

Sin embargo, Bono le comunic¨® el jueves por la tarde que no s¨®lo no ascender¨ªa a n¨²mero uno de las Fuerzas Armadas sino que ser¨ªa relevado al frente del Ej¨¦rcito. Su cese coincidi¨®, adem¨¢s, con la difusi¨®n de los resultados de las pruebas de ADN a las que se sometieron familiares de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42, que demuestran grav¨ªsimos errores en la identificaci¨®n de los cad¨¢veres, aunque el ministro asegur¨® que no hay "relaci¨®n directa" entre ambos hechos.

La ausencia injustificada del general Alejandre en la jura de los nuevos jefes de Estado Mayor de la Defensa, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n; del Ej¨¦rcito de Tierra, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Gonz¨¢lez; y del Ej¨¦rcito del Aire, Francisco Jos¨¦ Garc¨ªa de la Vega, celebrada a primera hora de la ma?ana en la sede del ministerio, no presagiaba nada bueno.

Como es habitual, Bono dedic¨® palabras de elogio y agradecimiento a los cesantes, incluido Alejandre, de quien destac¨® su "experiencia" y "vitalidad", aunque ¨¦ste no pudo escucharle. Su presencia, una hora y media despu¨¦s, en la ceremonia de relevo del mando en el Cuartel General del Ej¨¦rcito confirm¨® que nada, salvo su prop¨®sito de hacer patente su malestar, le hab¨ªa impedido acudir a Defensa.

Pero Alejandre no se par¨® ah¨ª. Emocionado, ley¨® un discurso de tres folios, escrito de madrugada, en el que recordaba c¨®mo se hizo cargo del Ej¨¦rcito "en otras circunstancias" y desde entonces ha tenido que enfrentarse a "pruebas duras [...] por los accidentes, las tensiones pol¨ªticas o la brutal reaparici¨®n del terrorismo [...] No nos temblaba el pulso cuando prepar¨¢bamos alternativas de incrementar" el contingente espa?ol en Irak, dijo, "y no nos tembl¨® cuando recibimos la orden de repliegue".

Cit¨® a S¨¦neca -"no hay viento favorable para quien no sabe ad¨®nde va"- y a Kipling -"si te acosa el enga?o y en ti no deja huella, si eres blanco del odio y al odio no das paso"-, pero la frase m¨¢s dura sali¨® de su pluma: "De los salvadore?os aprend¨ª a detectar los terremotos segundos antes de desencadenarse [...] No voy a negar que he vuelto a sentir estos d¨ªas el temblor incierto de ciertas deslealtades, de las venganzas, de los celos, de las mentiras interesadas, de las manipulaciones informativas".

"Nada ni nadie", concluy¨®, "me arrebatar¨¢ el honor de haberos servido, de haberos mandado". Sus palabras fueron seguidas de un prolongado aplauso de los generales y jefes que abarrotaban el sal¨®n de Embajadores del Palacio de Buenavista. Alejandre no quiso hablar con los periodistas, por lo que no se le pudo preguntar qui¨¦nes eran los destinatarios de sus acusaciones. S¨®lo dej¨® claro que no se refer¨ªa a su sucesor y hasta ahora n¨²mero dos en el Estado Mayor del Ej¨¦rcito, a quien ofreci¨® "respaldo y apoyo". Garc¨ªa Gonz¨¢lez, que antes de o¨ªrlo desconoc¨ªa el discurso de su hasta ahora jefe, le rest¨® importancia y se mostr¨® partidario de "mirar hacia delante".

El eco de las palabras del sustituido jefe del Ej¨¦rcito lleg¨® de inmediato a Defensa donde, tras analizarlas, llegaron a la conclusi¨®n de que no constitu¨ªan materia disciplinaria aunque s¨ª una prueba a?adida de lo acertado del relevo. La reacci¨®n de Alejandre sorprendi¨® m¨¢s porque no se trata de un general ultramontano, sino de vasta cultura, que dirigi¨® entre 1997 y 2000 los gabinetes de los ministros Eduardo Serra y Federico Trillo y que sab¨ªa que la jefatura del Ej¨¦rcito no es un puesto de m¨¦rito, sino de confianza pol¨ªtica.

Malestar entre generales

M¨¢s all¨¢ del desahogo personal, era patente ayer el malestar de una parte del generalato por la forma en que se produjo el relevo. Nadie cuestiona el prestigio y capacidad profesional del nuevo jefe de la c¨²pula militar, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, pero se le considera m¨¢s un hombre del ministerio que del Ej¨¦rcito de Tierra, del que hace a?os que est¨¢ desvinculado.

Peor a¨²n ha sentado la coincidencia del cambio de la c¨²pula militar con el esc¨¢ndalo del Yak-42, en la medida en que proyecta la idea de que los destituidos tuvieron alguna responsabilidad en el desastre. Pero fue el propio Alejandre quien, con unas declaraciones gratuitas e hirientes para las familias de los fallecidos -"Nosotros no organizamos viajes de novios a Canc¨²n", dijo- se coloc¨® en su punto de mira. Distintas fuentes militares coinciden en que el nombramiento de Garc¨ªa Gonz¨¢lez, uno de los pilares del Estado Mayor del Ej¨¦rcito desde hace a?os, ayudar¨¢ a que los ¨¢nimos se remansen con rapidez.