Mejor fuera que dentro
La econom¨ªa alemana se recupera, pero las incertidumbres en torno a las reformas laborales imponen cautela
Buenas noticias, por fin: todo indica que la econom¨ªa alemana est¨¢ afianzando su recuperaci¨®n. Al igual que en el resto de Europa, la mejora se anunciaba desde finales del a?o pasado, pero hasta el momento no hab¨ªa dejado m¨¢s que desilusiones. Ahora, uno tras otro, los institutos econ¨®micos y los bancos privados est¨¢n revisando al alza sus previsiones.
El creciente optimismo alem¨¢n se basa en indicadores como los pedidos y la producci¨®n industrial y los ¨ªndices de confianza empresarial
Los expertos del instituto Ifo en M¨²nich, por ejemplo, ahora apuestan por un 1,7% de crecimiento para 2004, cuando hace apenas unos meses hab¨ªan hecho lo contrario, revisando a la baja su previsi¨®n, hasta el 1,5%. El Instituto de Econom¨ªa Mundial de Kiel (IfW), entretanto, se apunta a un 1,8%, mientras que el Commerzbank y la Asociaci¨®n de Bancos Privados alemanes incluso creen posible un 2%.
No son grandes saltos, desde luego, pero cada d¨¦cima cuenta en un pa¨ªs cuya econom¨ªa se contrajo un 0,1% el a?o pasado. Para 2005, los expertos pronostican un ritmo de crecimiento similar, entre el 1,7% y el 2%. El hecho de que no se prevea una ulterior aceleraci¨®n puede parecer decepcionante, pero tiene que ver con que el pr¨®ximo a?o aumentar¨¢n en Alemania los festivos que caen en d¨ªas laborales. Descontando estos efectos de calendario, el crecimiento se situar¨¢ en un 1,2%, en 2004, y en un 1,9%, en 2005, seg¨²n las cuentas del Ifo.
El creciente optimismo se basa en indicadores como los pedidos y la producci¨®n industrial y en la estabilizaci¨®n de los ¨ªndices de confianza recopilados entre analistas financieros. Los empresarios, en cambio, a¨²n se declaran esc¨¦pticos, como muestra la sorpresiva ca¨ªda del indice Ifo correspondiente a junio. El caso, sin embargo, es que Alemania, incluso en tiempos de crisis, suele exportar a toda m¨¢quina y, hoy por hoy, se est¨¢ beneficiando fuertemente tanto de la pujanza de los mercados asi¨¢ticos como de la generalizada reactivaci¨®n en la Uni¨®n Europea, a la que se han sumado ahora los din¨¢micos pa¨ªses de Europa del Este.
Exportaciones arriba
En lo que se refiere a las exportaciones a EE UU, la apreciaci¨®n del euro ha moderado la din¨¢mica exportadora, pero el efecto ha sido menor de lo que se tem¨ªa en un primer momento. A favor de Alemania juegan tanto las bajas tasas de inflaci¨®n como la moderaci¨®n salarial que han imperado en los ¨²ltimos a?os. "Frente a sus socios en la Eurozona, la econom¨ªa alemana, desde el inicio de la uni¨®n monetaria, ha ganado continuamente en competitividad", destaca el Bundesbank.
La soga al cuello de la econom¨ªa alemana, sin embargo, sigue siendo la demanda interna. Gracias a la mejora de las perspectivas, las empresas t¨ªmidamente est¨¢n volviendo a invertir en bienes de equipo -el correspondiente gasto aumentar¨¢ un 1,3% en 2004, tras haberse contra¨ªdo un 1,1% el a?o pasado, seg¨²n estimaciones del IfW-, pero al mismo tiempo la construcci¨®n seguir¨¢ en m¨ªnimos debido a factores como la sobreoferta de viviendas y la fuerte contracci¨®n del gasto p¨²blico. Sobre todo, los alemanes contin¨²an reacios a gastarse cualquier euro de m¨¢s. Estancado desde hace a?os, el consumo privado tambi¨¦n en este a?o a duras penas aumentar¨¢, en un 0,2%, seg¨²n el IfW, y en un 0,5%, seg¨²n el Ifo. Apenas para 2005 ambos institutos prev¨¦n un aumento m¨¢s sustancial, por encima del 1%.
La receta gubernamental de estimular el consumo privado con sucesivas reducciones del IRPF no ha tenido ¨¦xito. En 2004, un alivio fiscal cercano a los 10.000 millones de euros acab¨® siendo rebanado en cerca de la mitad por la paralela eliminaci¨®n de diversos subsidios y posibilidades de desgravaci¨®n fiscal, la congelaci¨®n de las pensiones y una reforma sanitaria que, por vez primera en Alemania, pasa factura a los pacientes de una parte de los costes del tratamiento. Otro tanto para desincentivar el consumo ha sido el aumento de los precios de la gasolina esta primavera.
"Mientras los salarios se sigan estancando o incluso se reduzcan, y mientras no disminuya masivamente el temor a quedarse en el paro, los alemanes ni gastar¨¢n su ¨²ltimo c¨¦ntimo, ni se endeudar¨¢n adicionalmente. Otros pueblos tampoco lo har¨ªan", observa Heiner Flassbeck, keynesiano declarado que, a finales de los a?os noventa, fue secretario de Estado de Finanzas bajo el pol¨¦mico l¨ªder socialdem¨®crata Oskar Lafontaine. Aun sin alcanzar los m¨¢ximos registrados a inicios de los a?os noventa, el nivel de ahorro sigue aumentando: debido tambi¨¦n al apoyo estatal a los planes privados de pensiones, los alemanes decidieron guardarse en 2003 un 10,8% de sus ingresos, seg¨²n datos de la Oficina Federal de Estad¨ªsticas.
La situaci¨®n, sencillamente, no est¨¢ para tirar la casa por la ventana. La tenue reactivaci¨®n a¨²n no ha tenido ning¨²n efecto sobre el empleo y el paro incluso contin¨²a aumentando. "El mercado laboral sigue en un estado desolador", constata Hans-Werner Sinn. El presidente del Ifo resalta que la reactivaci¨®n de las inversiones empresariales hasta ahora se ha traducido sobre todo en procesos de racionalizaci¨®n y deslocalizaci¨®n; p¨¦rdida de puestos de trabajo, en otras palabras.
Al menos hasta la fecha, tampoco han surtido mayor efecto las reformas estructurales del mercado laboral impulsadas por el Gobierno. Un ejemplo es el renovado apoyo a la creaci¨®n de empleos de baja retribuci¨®n -sueldos de hasta 400 euros que cotizan a la Seguridad Social-, que permiti¨® la creaci¨®n de m¨¢s de 200.000 puestos de trabajo en 2003. No est¨¢ mal, pero sucede que esta modalidad, con frecuencia, ha desplazado los contratos laborales estables y ha beneficiado, ante todo, a estudiantes y amas de casa que buscan ganarse un dinero extra.
Reactivaci¨®n del empleo
Seg¨²n las previsiones, el empleo se podr¨ªa reactivar a partir del pr¨®ximo a?o. Para entonces, sin embargo, deber¨¢ entrar en vigor la mayor y m¨¢s arriesgada de las reformas rojiverdes: la fusi¨®n de los pagos de ayudas sociales (hasta ahora administrados por los municipios) con los subsidios de desempleo (a cargo de la Agencia Federal de Empleo). En torno a 2,6 millones de personas se ver¨¢n afectados por esta operaci¨®n, y muchos de ellos sufrir¨¢n una sensible reducci¨®n de sus ingresos.
El cambio deber¨¢ entrar en vigor el 1 de enero de 2005, aunque por las m¨²ltiples dificultades ya se est¨¢ discutiendo una pr¨®rroga de al menos seis meses. Sobre el papel, la idea es volver m¨¢s eficiente todo el sistema, ahorrar costes y tambi¨¦n forzar el regreso al mercado laboral de aquellos parados que, antes que buscarse un trabajo, prefieren el subsidio por desempleo, hoy por hoy con frecuencia levemente superior a un empleo de baja retribuci¨®n. En la pr¨¢ctica, no obstante, se anuncia un sustancial aumento del n¨²mero de desempleados -hasta m¨¢s all¨¢ de los cinco millones-, por el sencillo hecho de que hasta ahora se exclu¨ªan de las estad¨ªsticas aquellos que s¨®lo percib¨ªan la ayuda social. El impacto sobre la econom¨ªa dom¨¦stica de cientos de miles de hogares alemanes ser¨¢ violento. As¨ª, dif¨ªcilmente cabe esperar un est¨ªmulo al consumo privado.
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