Una complicada salida a Bolsa
Postbank reduce su banda de precios y sus t¨ªtulos ofertados para evitar el fracaso de la OPV
No hay forma de constatarlo, pero lo m¨¢s probable es que Klaus Zumwinkel seguir¨¢ so?ando por mucho tiempo con la Ley de Murphy. El presidente del Deutsche Post, antiguos Correos alemanes, ha colocado en Bolsa hasta un 50% menos una acci¨®n del Postbank -equivalente en Alemania a lo que en Espa?a fue la Caja Postal de Ahorros- y, aun as¨ª, en retrospectiva, todo lo que pudo salir mal, sali¨® mal. S¨®lo gracias a una modificaci¨®n de ¨²ltima hora en la banda de precios y a una reducci¨®n de la oferta, la operaci¨®n pudo salir adelante el pasado mi¨¦rcoles, con las acciones cotiz¨¢ndose levemente por encima de su precio de emisi¨®n, de 28,50 euros.
Gracias a los bonos convertibles, que sustituyen a 25 millones de acciones ofertadas, Deutsche Post ingresar¨¢ unos 2.600 millones de euros
Tres a?os llevaba esperando el mercado financiero alem¨¢n a que alguien volviera a atreverse a sacar a Bolsa una gran empresa o entidad. Con sus 11,5 millones de peque?os ahorradores que lo convierten en el mayor banco privado en Alemania, el Postbank lo es. En un mercado financiero muy fragmentado, con 489 cajas de ahorro que controlan un 47% de los dep¨®sitos de dinero, semejante stock de clientes es un activo invaluable. Adem¨¢s, a diferencia de los cuatro grandes bancos privados (Deutsche, Hypovereins, Commerz y Dresdner Bank), sus negocios, incluso en los dif¨ªciles ejercicios de 2002 y 2003, marcharon razonablemente bien, con 352 millones de euros en beneficios netos el a?o pasado y activos acumulados de 132.620 millones de euros. La matriz, Deutsche Post, a¨²n pertenece en m¨¢s del 60% al Estado alem¨¢n.
Los problemas comenzaron en mayo, un mes antes de la salida a Bolsa, que hab¨ªa sido fijada para el 21 de junio. Tuvieron nombres, apellidos y cargos: Gerhard Schr?der, canciller federal, y Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank. A Schr?der se le ha metido entre ceja y ceja que hay que reordenar el mercado bancario alem¨¢n antes de que alguien lo intente desde fuera con una oferta p¨²blica de adquisici¨®n (OPA). Y ¨¦ste es precisamente el dilema que enfrenta el Deutsche Bank, una entidad puntera a escala mundial en sectores como la banca de inversi¨®n, pero con regular desempe?o en Bolsa y relativamente pocos ahorradores en su mercado de origen. Se ignora a qui¨¦n se le ocurri¨® primero -hay quien sostiene que fue Schr?der quien llam¨® por tel¨¦fono a Ackermann-, pero el caso es que ambos comenzaron a urdir que la OPV se cancelara y el Deutsche Bank tomara el control del Postbank.
Pero hab¨ªa una dificultad: junto a Morgan Stanley, el Deutsche Bank era ya l¨ªder del consorcio de 19 entidades financieras que en esos mismos d¨ªas ultimaban la salida a Bolsa del Postbank. ?Puede un banco que est¨¦ preparando una oferta p¨²blica de venta (OPV) y, por ello, ha tenido acceso a las informaciones m¨¢s confidenciales de su apoderado comprar ¨¦l mismo esta entidad? No s¨®lo el sentido com¨²n, sino tambi¨¦n la ¨¦tica empresarial indican que no, como r¨¢pidamente comenzaron a se?alar aquellos competidores, como el Commerzbank, que tambi¨¦n estaban interesados en el Postbank.
Sin embargo, no fue ¨¦sta la consideraci¨®n que tras una ca¨®tica semana de rumores, insinuaciones y desmentidos hizo desistir a Ackermann de intentar crear por esta v¨ªa el "campe¨®n bancario" soliticitado por Schr?der. Todo indica que el principal escollo result¨® ser el precio exigido por Deutsche Post: entre 6.000 millones y 8.000 millones de euros por el 100% de la antigua caja postal. El Deutsche Bank, por el contrario, s¨®lo valoraba el Postbank entre 4.400 millones y 5.300 millones de euros, seg¨²n un memorando interno que, para completar el desastre, se filtr¨® a la prensa d¨ªas despu¨¦s.
Demanda insuficiente
Contra viento y marea, Zumwinkel decidi¨® seguir adelante y fij¨® entre 31,5 y 36,5 euros por acci¨®n la banda de precios, lo que supon¨ªa una valoraci¨®n de entre 5.200 millones y 6.000 millones de euros. Comenz¨® a correr el plazo de suscripci¨®n y pronto qued¨® en claro que s¨®lo una minor¨ªa de los grandes fondos de inversi¨®n estaba dispuesto a apuntarse a este precio, demasiado alto tambi¨¦n en la comparaci¨®n internacional. Cuando el pasado viernes 18 de junio se cerraron los libros, qued¨® en claro que no hab¨ªa suficiente demanda para los casi 82 millones de acciones.
Una artima?a de ¨²ltima hora evit¨® el descalabro total. El s¨¢bado 19, Deutsche Post decidi¨® reducir a entre 28 y 32 euros la banda de precios y recortar paralelamente en un tercio la oferta: 25 millones de acciones fueron sustituidos por bonos convertibles. La modificaci¨®n hizo necesario prorrogar durante otros dos d¨ªas el plazo de suscripci¨®n, pero finalmente permiti¨® lo que a estas alturas ya parec¨ªa un milagro: el mi¨¦rcoles pasado, el Postbank finalmente sali¨® a Bolsa, a 28,50 euros la acci¨®n. En el transcurso de la jornada incluso cotiz¨® al alza, rozando los 29 euros. Peor hubiera sido nada. Gracias a los bonos convertibles, Deutsche Post ingresar¨¢ en torno a 2.600 millones de euros. El conjunto del Postbank acab¨® valorado en cerca de 4.700 millones de euros. Deutsche Bank dixit.
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