El trasvase se acab¨®, el espect¨¢culo contin¨²a
El autor cree que la derogaci¨®n del PHN, "una grave amenaza", permite corregir las irregularidades cometidas en el plan del J¨²car
La Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua considera que la cancelaci¨®n del trasvase del Ebro constituye una magn¨ªfica noticia para el Pa¨ªs Valenciano: elimina una grave amenaza para el equilibrio hidrol¨®gico del Pa¨ªs, y ofrece la posibilidad de realizar una verdadera pol¨ªtica del agua, inexistente desde hace a?os.
El trasvase del Ebro no iba a resolver nada. El agua del Ebro es muy abundante en a?os como el actual, en el que ha llovido mucho y hay agua suficiente en toda la vertiente mediterr¨¢nea. Pero es escasa en los a?os secos, que es cuando hace falta el agua. El Ebro es un r¨ªo mediterr¨¢neo, y sus ciclos secos coinciden con los del resto de la regi¨®n. Por ejemplo, en el a?o hidrol¨®gico 2001-2002, en el que hubo un breve ciclo seco, si el trasvase hubiera estado construido, el Ebro no hubiera podido aportar ni el 12% del agua prevista.
"Con el agua del Ebro iban a viajar hacia Valencia el mejill¨®n cebra y otras plagas"
Y la falta de garant¨ªa no era quiz¨¢ lo peor. La calidad del agua en la desembocadura del Ebro es deficiente, y con la ampliaci¨®n de regad¨ªos y otros usos en la cuenca, se va a deteriorar a¨²n m¨¢s, seg¨²n reconoci¨® el Gobierno espa?ol por escrito a la Comisi¨®n Europea a finales de 2002. Agua de mala calidad, con abundantes cloruros y sulfatos, es lo que menos necesitan los suelos agr¨ªcolas valencianos, siempre amenazados por la salinizaci¨®n. Y al sector tur¨ªstico se le iba a ofrecer agua que no cumpl¨ªa la normativa europea de aguas prepotables. Adem¨¢s, con el agua del Ebro iban a viajar hacia Valencia el mejill¨®n cebra y otras plagas, que hubieran infligido cuantiosos da?os a los sistemas de riego.
Precisamente los costes constitu¨ªan el mayor problema del trasvase del Ebro. Desde el punto de vista econ¨®mico, el proyecto resultaba ruinoso, como pusieron de manifiesto reiteradamente los economistas de la Uni¨®n Europea. Aunque las cuentas oficiales hablaban de 0,35 euros/m3, el coste real no hubiera bajado de 0,90 euros/m3, esto es, el doble que la desalaci¨®n. Y como en 2003 entr¨® en vigor la Directiva Marco del Agua, que obliga a avanzar hacia la plena recuperaci¨®n de costes, los precios se tendr¨ªan que ir aproximando a?o a a?o a los costes reales. No hab¨ªa escapatoria posible, porque hubiera o no financiaci¨®n europea -algo cada vez m¨¢s dudoso-, en el preceptivo informe del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se habr¨ªan establecido los verdaderos costes. As¨ª ocurri¨® en la aprobaci¨®n condicionada del trasvase J¨²car-Vinalop¨®: el BEI calcul¨® el coste real en 0,47 euros/m3, m¨¢s del doble del coste oficial. Si se culmina la ejecuci¨®n de ese trasvase, los usuarios del Vinalop¨® tendr¨¢n que ir asumiendo paulatinamente ese coste.
Los impactos ambientales del trasvase del Ebro eran inasumibles, como la Comisi¨®n Europea se encarg¨® de hacerle ver al Gobierno espa?ol durante m¨¢s de dos a?os. Adem¨¢s de los efectos sobre el Delta del Ebro, y los problemas ya citados de calidad del agua y traslocaci¨®n de especies, los costes energ¨¦ticos supon¨ªan una pesada carga sobre la muy complicada posici¨®n espa?ola respecto al protocolo de Kioto. S¨®lo la energ¨ªa necesaria para bombear el agua al sur de Tous ya era superior a la consumida en la desalaci¨®n. Luego hab¨ªa que sumar los costes energ¨¦ticos de la construcci¨®n del trasvase, tan gigantescos como la obra en s¨ª, y que se iban a acumular justo en los a?os previos al horizonte de Kioto. Y tambi¨¦n la energ¨ªa imputable a las p¨¦rdidas y al tratamiento del agua para usos urbanos. En suma, el trasvase era un desastre desde el punto de vista energ¨¦tico. Esta constataci¨®n parece haber pesado notablemente en la juiciosa decisi¨®n de cancelar el proyecto.
Con los datos anteriores, cabe preguntarse por qu¨¦ el PP valenciano defendi¨® el trasvase con tanto ah¨ªnco desde un principio. Al margen de los conocidos intereses constructivos, hab¨ªa una imperiosa raz¨®n de fondo. En Valencia, el trasvase del Ebro ven¨ªa a encubrir el mayor expolio h¨ªdrico que ha padecido el Pa¨ªs Valenciano en toda su historia: la cesi¨®n a Castilla-La Mancha de m¨¢s de 300 hect¨®metros c¨²bicos de agua del J¨²car, acordada por Zaplana y Bono en agosto de 1997, a cambio del apoyo de Castilla-La Mancha al PHN de Aznar. Con esta cesi¨®n, el bajo J¨²car y la Albufera se quedaban sin caudales ambientales. La ley del PHN de 2001 "aportaba" al Pa¨ªs Valenciano m¨¢s o menos la misma cantidad de agua que le hab¨ªa sido sustra¨ªda cuatro a?os antes, pero con una diferencia importante: el agua del J¨²car entregada era de buena calidad, mientras que el agua del Ebro prometida era de calidad deficiente, y con tendencia a empeorar.
El propio Jos¨¦ Bono, en su intervenci¨®n ante las Cortes de Castilla-La Mancha el 5 de septiembre de 1997, para dar cuenta del Pacto del Agua, describ¨ªa lo sucedido con total claridad: "389 hect¨®metros c¨²bicos es lo que nos ofrec¨ªa [la ministra Isabel Tocino] en ese momento como el m¨¢ximo posible. La diferencia hasta 743 es lo que hemos arrancado". Y en el mismo discurso, el Presidente Bono recriminaba al PP de Castilla-La Mancha por su d¨¦bil defensa de los intereses regionales: "?C¨®mo pueden explicar ustedes que piden 600 hect¨®metros c¨²bicos... -hablo de su petici¨®n m¨¢s alta, porque hasta para pedir daban margen, de 550 a 600 dec¨ªan- cuando el Gobierno de Castilla-La Mancha consigui¨® 743? ?C¨®mo van a explicar a quienes les votan que ped¨ªan menos de lo que consigui¨® Bono?".
Ahora, sin la tapadera del trasvase del Ebro, las irregularidades cometidas en la planificaci¨®n de la cuenca del J¨²car en los ¨²ltimos a?os van a ir saliendo a la luz. Los datos t¨¦cnicos fueron elaborados para justificar asignaciones de agua sobre caudales ficticios, y no s¨®lo a Castilla-La Mancha, sino tambi¨¦n al Vinalop¨®, Alacant¨ª y Marina Baja, zonas estas ¨²ltimas de especial inter¨¦s para los c¨ªrculos de Zaplana. Un solo dato es suficientemente revelador: mientras el Plan Hidrol¨®gico de la Cuenca del J¨²car, aprobado en 1998, evaluaba en 1.577 hect¨®metros c¨²bicos anuales las aportaciones medias del J¨²car en Tous, la Confederaci¨®n del J¨²car acaba de publicar en su p¨¢gina web un estudio que reduce esa cifra a 1.339. La diferencia es un agua que no existe, pero que est¨¢ asignada al trasvase J¨²car-Vinalop¨® y a los riegos de Albacete, todos ellos aguas arriba de Valencia.
A la nueva administraci¨®n del agua le espera la ardua tarea de poner en limpio las cuentas del agua en el J¨²car. No va a ser f¨¢cil. ?C¨®mo se les dice a algunos usuarios que el agua que tienen asignada no existe, que era una invenci¨®n para encubrir pactos y acuerdos pol¨ªticos a varias bandas, donde lo que menos importaba era el agua?. ?C¨®mo van a continuar las obras del trasvase J¨²car-Vinalop¨®, o de la consolidaci¨®n de regad¨ªos de la Mancha Oriental, cuando en los pr¨®ximos meses se va a hacer p¨²blica la insuficiencia de los recursos del bajo J¨²car y L'Albufera, en una cuenca que ha sido designada cuenca piloto para la aplicaci¨®n de la Directiva Marco del Agua? Sin el remedio universal, aunque fuera ficticio, del trasvase del Ebro, la inaplazable revisi¨®n del Plan de Cuenca del J¨²car tendr¨¢ que poner todo esto en claro, ajustando los usos del agua a los recursos reales, y cumpliendo las obligaciones ambientales que el anterior gobierno hab¨ªa decidido ignorar.
En estas condiciones es comprensible que el Consell prefiera organizar un esc¨¢ndalo lo m¨¢s grande posible en torno al decreto de derogaci¨®n del trasvase del Ebro, antes que sentarse a discutir sobre la situaci¨®n real del agua en el Pa¨ªs Valenciano. Tiene demasiados muertos en el armario como para abrirlo a la mirada p¨²blica. Pero a los fontaneros del PP se les ha ido la mano en la dosificaci¨®n de la propaganda, y han hecho decir tales cosas a las m¨¢s altas magistraturas auton¨®micas, que han desacreditado a las instituciones valencianas en los ambientes t¨¦cnicos y cient¨ªficos del agua.
Un solo bot¨®n de muestra: varios dignatarios del PP han profetizado la muerte del Mediterr¨¢neo a manos de la desalaci¨®n. El Mare Nostrum tiene m¨¢s de 3.700 millones de hect¨®metros c¨²bicos de agua, pero los 621 (dos diezmillon¨¦simas partes) que extraer¨ªan cada a?o las desaladoras de la ministra Narbona lo salar¨ªan irremediablemente, convirti¨¦ndolo en un Mar Muerto... Perlas de este calibre han sido prodigadas en las ¨²ltimas semanas por la plana mayor del gobierno valenciano, con especial protagonismo de los consejeros de Territorio e Infraestrucuras y, por supuesto, del presidente del Consell.
Si, como todo indica, el PP valenciano se ha convencido de que cuanto m¨¢s grandes sean los disparates, m¨¢s votos proporcionan, qui¨¦n sabe lo que puede estar cocinando para administrarlo de aqu¨ª al 2007. Cuando parec¨ªa terminada la serie, el culebr¨®n del PHN nos ofrece una segunda entrega de duraci¨®n ilimitada y contenidos imprevisibles. Siendo, como va a ser, puro g¨¦nero de ficci¨®n, pues el trasvase ya s¨®lo existe en la mente de Camps, no habr¨¢ l¨ªmite alguno para la imaginaci¨®n del guionista.
Antonio Estevan es miembro de la Fundaci¨®n Nueva Cultura del Agua. El lector puede comprobar y ampliar los datos aportados en www.xarxadelaiguaclara.org
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