Maquetas contra la explotaci¨®n
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Maquetas de ni?os de arcilla trabajando en el campo, otros, de papel, acarreando carretillas. En el escenario, una performance de siete chavales que de escolares normales se transforman en recogedores de basura pele¨¢ndose por el ¨²ltimo trozo de papel. Fueron varios trabajos que los j¨®venes del tercer Campamento de la Paz del F¨®rum expusieron ayer en el Speaker's Corner.
En los dos campamentos anteriores tambi¨¦n realizaron peque?as exposiciones sobre otras cuestiones, como la educaci¨®n. Sin embargo, la peculiaridad de abordar el problema de la explotaci¨®n laboral infantil era que algunos de los ni?os que ayer hablaron lo hicieron con la voz de la experiencia propia, como algunos del grupo de Delhi (India) o de Maputo (Mozambique). "En mi pa¨ªs, el 40% de la poblaci¨®n es infantil y muchos ni?os trabajamos en lo que podemos. Nos ayudan algunas organizaciones para evitar la explotaci¨®n y facilitarnos algunas cosas", explicaba un chaval de 12 a?os. La acompa?ante del grupo puntualizaba que para muchos ni?os de la India el trabajo es algo asumido con naturalidad.
Los ni?os del tercer Campamento de la Paz explican su visi¨®n y experiencia propia del trabajo infantil
La extracci¨®n social de los ni?os que han integrado el tercer campamento ha sido m¨¢s variada que en los anteriores. El primer grupo de Delhi lo formaban escolares de familias con un buen nivel econ¨®mico. En cambio, bastantes de los ni?os del grupo de esa misma ciudad del tercer campamento -que se acaba el pr¨®ximo jueves- no eran escolares, sino chavales que trabajan recogiendo lo aprovechable entre la basura y para quienes el viaje a Barcelona ha sido toda una experiencia, como dijo el ni?o que ayer habl¨® en el Speaker's corner.
Las monitoras del campamento que ayudaron a los chicos a preparar la exposici¨®n explicaban, por ejemplo, que mientras que para los ni?os de Delhi trabajar era algo normal, para otros era una injusticia y una vulneraci¨®n de sus derechos. Para los ni?os de la India, de acuerdo con sus explicaciones, el trabajo forma parte del proceso de emancipaci¨®n de unas familias con escasos recursos en las que los menores empiezan a trabajar para ayudar al sustento com¨²n, pero inmediatamente despu¨¦s para buscarse la vida.
No eran los ¨²nicos en esa situaci¨®n. Otros del grupo de Montevideo (Uruguay) tambi¨¦n trabajan en sus ciudades. Sin tener que trabajar, pero en situaci¨®n de riesgo -viviendo en centros de acogida- se encuentran algunos de los ni?os de la expedici¨®n de Argelia y de Maputo. Estas ciudades, como Delhi y Shanghai, ser¨¢n fijas en los campamentos del F¨®rum. Otras, en cambio, ser¨¢n rotativas.
"En China no hay trabajo infantil y no deber¨ªa existir en ninguna parte del mundo porque los ni?os tienen que estudiar, formarse y jugar", dijo de forma resolutiva el portavoz de Shanghai. Una de las cosas que ya ha quedado clara en los campamentos es que los muchachos son muy conscientes de que representan a sus pa¨ªses. Por ejemplo, un adolescente argelino del primer campamento aprovech¨® la oportunidad de hablar en el Speaker's corner para lanzar un discurso contra el concepto de terrorismo isl¨¢mico que, en su opini¨®n, se estaba extendiendo en los pa¨ªses occidentales.
Trabajos y exposiciones aparte, los integrantes del tercer campamento -ya han estado en ¨¦l cerca de 400 chicos de entre 12 y 14 a?os- han pasado los ocho d¨ªas de estancia en el F¨®rum efectuando una combinaci¨®n de actividades dentro del recinto y de visitas a Barcelona y al ¨¢rea metropolitana.
"La experiencia es inolvidable para todos. Muchos de ellos es la primera vez que salen de sus pa¨ªses. La convivencia es muy intensa, son preadolescentes y todo lo que est¨¢n viendo es casi un descubrimiento. Pero no hay que pensar que eso s¨®lo ocurre con los que proceden de pa¨ªses lejanos. Entre los espa?oles, por ejemplo, para algunos de los muchachos de Ciudad Real venir al F¨®rum ha representado ver el mar por primera vez en su vida", comentaba una monitora. Porque el Campamento de la Paz tiene playa.
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