Los sindicatos alemanes creen que Schr?der ha fracasado
Los socialdem¨®cratas echan la culpa a las centrales de los malos resultados electorales
Los dirigentes sindicales alemanes han desenterrado el hacha de guerra contra el canciller federal socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der, y su programa de reformas. Lo consideran desde "fracasado" hasta una "traici¨®n a los valores b¨¢sicos de la socialdemocracia". Schr?der, su Gobierno de coalici¨®n SPD-Verdes y su partido socialdem¨®crata no atraviesan buenos tiempos: derrota tras derrota en las urnas, ca¨ªda en picado en la intenci¨®n de voto en los sondeos y deserciones masivas de militantes que devuelven sus carn¨¦s.
A los sindicatos alemanes tampoco les va mejor obligados a tragarse los sapos de acuerdos salariales parciales que amenazan con echar abajo uno de los tab¨²es m¨¢s sagrados de las relaciones laborales en Alemania: la negociaci¨®n de convenios colectivos v¨¢lidos para una rama laboral y toda una regi¨®n. A esto se a?ade, como en el SPD, una ca¨ªda vertiginosa del n¨²mero de afiliados.
En este contexto y desde estas posiciones de partida, la pelea entre los sindicatos y el SPD ha estallado desde el pasado fin de semana con especial virulencia. En una aut¨¦ntica escalada verbal, los dirigentes m¨¢s fuertes de la Confederaci¨®n Alemana de Sindicatos (DGB) han llamado de todo a Schr?der por su empecinamiento en defender su programa de reformas Agenda 2010.
Las reformas de Schr?der suponen en realidad recortar las prestaciones de los seguros de enfermedad, paro, jubilaci¨®n y de dependencia para los ancianos que no se pueden valer por s¨ª mismos. Estos recortes resultan inevitables para salvar todo el sistema de seguridad social, carcomido por las tremendas cifras de la evoluci¨®n de la demograf¨ªa, con cada d¨ªa menos alemanes y cada vez m¨¢s viejos, m¨¢s la ca¨ªda de ingresos ante el enorme n¨²mero de 4,5 millones de parados, que no cotizan y viven a costa del sistema colectivo de solidaridad. Schr?der lo ha dejado claro: su suerte va unida a las reformas de la Agencia 2010 y no est¨¢ dispuesto a admitir recortes en lo ya aprobado.
El electorado tradicional del SPD considera que el partido ha abandonado una de sus bases y signos de identidad: la justicia social. Lo mismo piensan los sindicatos, que todav¨ªa albergan una remota esperanza de conseguir suavizar alguna de las leyes m¨¢s duras que entrar¨¢n en vigor el a?o que viene y que obligan a los desempleados a aceptar cualquier trabajo y equiparan a los parados de larga duraci¨®n con los perceptores de la asistencia social.
En la direcci¨®n del SPD se echa a los sindicatos parte de la culpa de los malos resultados electorales. De hecho, la santa alianza entre sindicatos y socialdemocracia si todav¨ªa no se ha roto del todo se puede considerar como muy deteriorada. As¨ª se advierte en las contundentes declaraciones del jefe del sindicato de servicios Verdi, Frank Bsirske: "Medido por su pretensi¨®n de crear empleo, bajar el paro y levantar la coyuntura econ¨®mica, Schr?der hasta ahora ha fracasado". Para Bsirske est¨¢ claro que la pol¨ªtica de Schr?der ha llevado a "los desastres electorales por la p¨¦rdida de la propia identidad". El presidente del sindicato de la construcci¨®n, Klaus Wiesenh¨¹gel, antiguo diputado del SPD, afirma: "Quien baja los impuestos y al mismo tiempo recorta las prestaciones sociales a los m¨¢s d¨¦biles no puede esperar de nosotros la menor aprobaci¨®n. El problema es que el SPD ha traicionado sus valores b¨¢sicos".
Derrotas electorales
El canciller declar¨® al semanario Der Spiegel: "Los sindicatos tienen que alejarse de sus consideraciones abstractas y enfrentarse a las cuestiones concretas de las empresas". En una larga cr¨®nica titulada La desavenencia, el semanario relata el conflicto SPD- Sindicatos y lo resume: "Tras las recientes derrotas electorales del SPD, destacados dirigentes sindicales abandonan la coalici¨®n . Quieren fortalecer a¨²n m¨¢s la lucha contra la Agenda 2010 de Schr?der. Su objetivo principal: conservar la propia credibilidad para la lucha contra una posible canciller reformadora [la dirigente democristiana Angela] Merkel".
Seg¨²n Der Spiegel, "parece alcanzado el punto m¨¢s bajo de una dif¨ªcil relaci¨®n en la que la socialdemocracia y los sindicatos en sus m¨¢s de 140 a?os de historia com¨²n se han distanciado el uno del otro como un viejo matrimonio".
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