Una ciudad con muchas tablas
La historia del teatro espa?ol late en esta villa de Ciudad Real, famosa por su anciano Corral de Comedias
Muy diferente de esas ciudades que sobreact¨²an, que engolan la voz al hablar de su pasado, Almagro es un lugar de monumentalidad sosegada, donde conviven sin estridencias arquitecturas cultas como el claustro de la Asunci¨®n o los palacios del Barrio Noble con casas de inspiraci¨®n popular: muros de tapial encalados con portadas de ladrillo o canter¨ªa, al exterior, y patios manchegos con corredores de madera, en rojo almagre, al interior. Es tal la armon¨ªa que cuesta distinguir unas de otras, y hay quien llama palacio de los F¨²cares -los banqueros alemanes Fugger que vinieron a cobrarse las deudas de Carlos V en mercurio de las cercanas minas de Almad¨¦n- a lo que era un almac¨¦n.
"Es rectangular y presenta dos flancos de soportales con 85 columnas toscanas"
La que no guarda proporci¨®n es la plaza Mayor, que parece concebida para concentraciones muy superiores a los 8.600 habitantes de Almagro. Es rectangular y presenta dos largu¨ªsimos flancos de soportales con 85 columnas toscanas de piedra, entre las que exhiben su g¨¦nero los comercios de encajes. En un extremo cabalga Diego de Almagro, que fue a Per¨² con Pizarro, pero al final en Per¨² s¨®lo hab¨ªa sitio para uno y el extreme?o lo ejecut¨®. Sus huesos, con el cr¨¢neo aparte, reposan en la iglesia de la Merced, en Cuzco. Dicen que era peque?o, feo y tuerto de resultas de un flechazo que le dieron. La estatua no le hace justicia.
En la misma plaza, en el flanco sur, abre sus puertas desde el siglo XVII el Corral de Comedias, c¨¦lebre por ser el ¨²nico teatro de su especie que a¨²n funciona en Europa. Consta de dos plantas sostenidas por 54 pilastras de madera y de varios espacios bien definidos: la alojer¨ªa, bar donde anta?o se despachaba aloja -refresco de agua, miel, canela y pimienta blanca- y vino bajo mano; el patio de los Mosqueteros, reservado para la bulliciosa plebe; los corredores, equivalentes a los palcos de ahora; la cazuela, donde se sentaban por separado las mujeres, y, por ¨²ltimo, los aposentos privados, situados en los laterales del escenario y cerrados con celos¨ªas, para ver sin ser vistos. Porque en Almagro se ven¨ªa y se viene a ver dos obras: la del escenario y la de la vida.
Inaugurado en 1629 en lo que era patio del mes¨®n del Toro, el Corral de Comedias entretuvo al respetable hasta finales del siglo XVIII, cuando los ilustrados repudiaron estos espacios por inc¨®modos, sucios e inseguros, retornando el de Almagro a su uso como mes¨®n y posada. As¨ª hasta que, en 1950, durante unas obras en el inmueble, apareci¨® una baraja pintada a mano, recuper¨¢ndose gracias a esta pista la memoria, el aspecto y la funci¨®n de un lugar que, en la actualidad, es sede del Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de Almagro y atrae a m¨¢s de 30.000 espectadores al a?o.
Al otro lado de la plaza, en la calle del Gran Maestre, est¨¢ el Museo Nacional del Teatro, donde se exhiben documentos sobre la actividad teatral en Espa?a desde el siglo XVIII hasta nuestros d¨ªas: retratos de actores y escenas de teatros firmados por Madrazo, Anselmo Miguel Nieto, Zamacois, Romero...; maquetas, trajes, bocetos de escenograf¨ªas y figurines, carteles, manuscritos y varias esculturas de Benlliure. Y, no muy lejos, en la calle de San Agust¨ªn, se alza el Teatro Municipal, bombonera decimon¨®nica que en julio acoge parte del mentado festival.
Alrededor de Almagro se extiende la comarca del Campo de Calatrava, un vasto escenario en el que despleg¨® todo su poder¨ªo esa m¨¢quina de dar le?a al moro que fue la orden militar de Calatrava, de la que ha quedado como impresionante testimonio el castillo roquero de Calatrava la Nueva, en Aldea del Rey. Y un escenario, tambi¨¦n, de vida salvaje: Las Tablas de Daimiel, casi 2.000 hect¨¢reas de charcas rebosantes de p¨¢jaros que recuerdan los d¨ªas en que toda La Mancha era un para¨ªso lacustre y que demuestran que a la naturaleza, como decoradora, no la gana nadie.
Cocina manchega
- C¨®mo ir. Almagro dista 200 kil¨®metros de Madrid yendo por la autov¨ªa de Andaluc¨ªa (A-4) hasta Manzanares y luego por la CM-4124.
- Qu¨¦ ver. Corral de Comedias (plaza Mayor, 18; tel.: 926 86 15 39; entrada, 2 euros, v¨¢lida tambi¨¦n para el Teatro Municipal). Museo Nacional de Teatro (Gran Maestre, 2; tel.: 926 26 10 14; entrada, 2,40 euros). Convento de la Asunci¨®n (Ejido de Calatrava s/n; tel.: 926 86 03 50; entrada, 1,50 euros). Almac¨¦n de los F¨²cares (Arzobispo Ca?izares, 6; tel.: 926 86 10 88; entrada gratuita).
- Alrededores. En Daimiel (a 30 km.): Parque Nacional de Las Tablas. En Aldea del Rey (a 26 km.): castillo de Calatrava la Nueva.
- Restaurantes. Calatrava (tel.: 926 86 13 53): especializado en la perdiz escabechada; precio medio, 15 euros. La Cazuela (tel.: 926 86 00 11): pisto manchego, migas de pastor, gachas y asadillo; 20 euros. El Corregidor (tel.: 926 86 06 48): platos manchegos, algunas recetas modernas y una cuidada bodega; 30 euros.
- Alojamientos. La Posada de Almagro (tel.: 926 26 12 01): a un paso de la plaza Mayor, t¨ªpica casa manchega con portal¨®n para carros y estancias que dan a un corral con galer¨ªas de madera; doble, 58 euros. Casa del Rector (tel.: 926 26 12 59): vivienda del siglo XVIII rehabilitada con primor; 85 euros. Parador de Almagro (tel.: 926 86 01 00): en el antiguo convento de Santa Catalina, del siglo XVI, para un p¨²blico de gustos cl¨¢sicos; 113 euros.
- Compras. Forja: Hijos de Faustino Mart¨ªn (Ram¨®n y Cajal, 1; tel.: 926 86 03 19) y Morcillo (Ronda de San Francisco, 21; tel.: 926 86 09 59). Encaje: tiendas de la plaza Mayor y calles adyacentes. Productos gastron¨®micos: vinos en la Bodega Galiana (San Agust¨ªn, 4) y queso de oveja en Corral de Almagro (Feria, 2).
- M¨¢s informaci¨®n. Oficina de Turismo de Almagro (plaza Mayor, 1; tel.: 926 86 07 17). En Internet: www.ciudad-almagro.com.
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