Pena de muerte
La forma en que se hace la entrega de Sadam para que le maten los suyos, mientras sus carceleros son los soldados de ocupaci¨®n americana, que a su vez son ya colaboradores de un Gobierno de Irak puesto por ellos, es muestra de que el "todo vale" que ha ido imponi¨¦ndose en este p¨¢rvulo siglo est¨¢ sustituy¨¦ndose por una corriente legaloide: papeles, firmas, actos solemnes. Nunca dir¨¦ que Sadam merece la pena de muerte porque mi creencia es la de que ninguna sociedad se merece envilecerse y ensangrentarse con la pena de muerte. Probablemente sociedad ninguna se merece, tampoco, un juicio tan dudoso. No dudo de la personalidad tir¨¢nica y asesina del individuo capturado mediante una operaci¨®n tir¨¢nica y asesina como la de Bush, de la que dice que el n¨²mero de muertos pasa de diez mil. Sumados a los que caus¨® su padre con la ayuda de Powell, con la gran ductilidad de estos reg¨ªmenes y estos elegidos por los dioses para cambiar el reparto entre los actores de la misma compa?¨ªa parece, tambi¨¦n, una confirmaci¨®n de que las democracias din¨¢sticas tienen sistemas muy similares a los de las autocracias tir¨¢nicas. Los hijos de Sadam tuvieron peor suerte: les mataron los yanquis en el lugar donde se escond¨ªan ("yanqui" decimos a todo estadounidense desde la guerra de Cuba, que nos ganaron en 1898; les odi¨¢bamos por eso y mil cosas m¨¢s, pero ahora les amamos porque Fidel Castro les expuls¨® de Cuba. Y porque desde que Eisenhower vino a ver a Franco nos sentimos muy halagados).
La verdad no depende mucho de la l¨®gica. Ni siquiera de s¨ª misma. La verdad es generalmente aquello que es obligatorio aceptar, e incluso proclamar, y que no podemos evitar. Es verdad, en ese aspecto, que Estados Unidos ha liberado Irak de un s¨¢trapa acus¨¢ndole de terrorista y poseedor de armas; como no era m¨¢s que s¨¢trapa, se lo entregan en un papel, pero no en persona, a los nuevos dem¨®cratas, que pronto tendr¨¢n una Constituci¨®n y unas elecciones generales: o sea, la felicidad. Pero: aunque el juicio fuera leal, aunque su maldad haya sido absoluta, no vale la pena de muerte que acaban de promulgar s¨®lo para ¨¦l. Toda Europa la ha abolido. Tambi¨¦n se sustituye por actos de Estado clandestinos. En el nuevo lenguaje, Sharon hace la aportaci¨®n de "asesinatos selectivos". Otra cosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Irak
- Opini¨®n
- Ariel Sharon
- Sadam Husein
- Pena muerte
- Estados Unidos
- Sentencias condenatorias
- Represi¨®n pol¨ªtica
- Territorios palestinos
- Pol¨ªtica exterior
- Israel
- Sentencias
- Oriente pr¨®ximo
- Conflicto ¨¢rabe-israel¨ª
- Geopol¨ªtica
- Gente
- Sanciones
- Asia
- Relaciones exteriores
- Conflictos
- Juicios
- Proceso judicial
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Justicia