El Llanero de Caracas
Si el alma de Venezuela hiciera canciones, ser¨ªan como las de Sim¨®n D¨ªaz. El autor de temas como Caballo viejo, Sabana, Mi querencia y Tonada de luna llena act¨²a por vez primera en Espa?a, acompa?ado por algunos de los int¨¦rpretes que han internacionalizado su m¨²sica.
Aseguran que es el venezolano m¨¢s querido por sus compatriotas, que le consideran una figura paternal por encima de ideolog¨ªas. Que conste que Sim¨®n D¨ªaz (Barbacoas, 8 de octubre de 1928) tambi¨¦n es admirado fuera de su tierra. Urge recordar que los Gipsy Kings universalizaron su Caballo viejo bajo el t¨ªtulo de Bamboleo, Caetano Veloso grab¨® su exquisita Tonada de luna llena, que precisamente canta en La flor de mi secreto, la pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var. La core¨®grafa Pina Bausch incluy¨® su cuatro y su falsete en Nur du. El reciente disco de homenaje, Gracias, Sim¨®n, moviliz¨® a salseros -Cheo Feliciano, Gilberto Santa Rosa- junto a figuras brasile?as -Ivan Lins, Joyce- y Joan Manuel Serrat.
"Claro, Joan Manuel es un amigo. Cuando viene a Caracas, siempre me invita a cantar y luego se viene a mi casa y le preparo unas costillas de res, dice que son las mejores del mundo". Sim¨®n, el T¨ªo Sim¨®n, puede vivir en Caracas pero ejerce de llanero, campesino noble y sabio, dentro y fuera del escenario. No es una forma de hablar: en alg¨²n teatro, ha sacado una vaca para orde?arla ante los asombrados espectadores mientras cantaba: "muchas de mis tonadas se corresponden con labores de los llaneros. Es la fuente eterna de mi inspiraci¨®n. Por ejemplo, La pena del becerrero se refiere a mi primer amor. A los 12 a?os trabajaba de becerrero
[asistente del capataz] en una finca, me enamor¨¦ de la hija del amo. Dec¨ªa el amo que yo era el mejor becerrero del pa¨ªs pero, cuando lo supo, me bot¨®".
Tambi¨¦n Caballo viejo est¨¢ basado en experiencias del coraz¨®n: "Ten¨ªa unos 50 a?os y hac¨ªa programas de televisi¨®n donde cantaba joropos, tonadas, guasas, valses. Nos fuimos a Carutal y ped¨ª que nos trajeran a un grupo folcl¨®rico de la zona. All¨ª estaba Emilia, una muchacha hermos¨ªsima, de 19 a?os, y hubo, por mi parte, un enamoramiento inmediato, bonito. Al d¨ªa siguiente se present¨® con un jovencito y comenzamos a improvisar versos, a contrapuntear. Yo piropeaba a la muchacha y ¨¦l me respondi¨® llam¨¢ndome 'caballo viejo', apto s¨®lo para ser abandonado en la sabana. Esa misma noche, bajo una mata de mango, termin¨¦ de componerla. Quer¨ªa que Caballo viejo rompiera el t¨®pico del viejo verde, que reivindicara el afirmar los sentimientos a cualquier edad".
Cuentan que Sim¨®n no fue muy cauto con sus derechos de autor y que apenas ha visto una fracci¨®n de los millones devengados por Caballo viejo, ya con m¨¢s de trescientas versiones. De todos modos, lleva una existencia confortable gracias a la publicidad: "He sido la imagen de Banco Uni¨®n durante treinta a?os, he anunciado queso, caf¨¦, aceite, leche, maizena, camiones. Ya s¨¦ que eso suena raro en Espa?a pero resulta muy com¨²n en Venezuela. Aunque yo limito mis apariciones: no publicito ni licor ni tabaco ni loter¨ªas. Soy un poco como mi padre, un todero. Mi padre era maestro pero tambi¨¦n m¨²sico, barbero, secretario del juzgado, vendedor de alpargatas, todo lo que fuera necesario para mantener a diez hijos".
En "infinidad de ocasiones", ha recibido ofertas de partidos pol¨ªticos pero "yo no puedo apoyar una opci¨®n frente a otra, aspiro a representar a todos los venezolanos. S¨®lo me he manifestado, en estos tiempos convulsos, por el sistema democr¨¢tico y de libertades". Seg¨²n ¨¦l, "Venezuela todav¨ªa tiene mucho de pueblo. El petr¨®leo hizo que mucha gente fuera a las ciudades pero todav¨ªa queda la nostalgia por una vida m¨¢s sencilla, por una Venezuela sin enfrentamientos fraticidas".
Sim¨®n D¨ªaz act¨²a hoy en el Palacio de Congresos de Madrid.
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