Un lugar para el saber
Una maestra dona m¨¢s de 400 libros de pedagog¨ªa vanguardista a un colegio de Almer¨ªa
Es dif¨ªcil encontrar alg¨²n ¨ªntimo amigo de Mar¨ªa Dolores Gonz¨¢lez Jim¨¦nez (Esc¨²llar, Almer¨ªa, 1947) que no tenga en una de las estanter¨ªas de su casa el libro de Gianni Rodari Gram¨¢tica de la fantas¨ªa. Lo ha regalado en infinidad de ocasiones a su "gente" m¨¢s allegada. Ahora este libro suyo, que tanto la fascin¨® y marc¨® su personalidad como educadora para ense?ar desde los juegos, ya no est¨¢ siquiera entre las estanter¨ªas de su propia casa. Como tampoco podr¨¢ encontrar el Libro de las im¨¢genes imaginables, de Fernando Hoyos, que tanta influencia dej¨® en la maestra al expresar toda una filosof¨ªa de vida y ayudar a plantear una pedagog¨ªa. Mar¨ªa Dolores tampoco podr¨¢ revivir las situaciones c¨®micas planteadas por Francesco Tonucci en C¨®mo ser ni?o (1989), ni podr¨¢ re¨ªrse de los tipos de educaci¨®n descritos con sarcasmo por el autor italiano, ni de su brillante cap¨ªtulo que versa sobre la reivindicaci¨®n de los derechos del ni?o. Crecer y pensar, de Juan Delval, "todo un manual de pedagog¨ªa de todos los tiempos", ser¨¢ otra de las grandes ausencias en su hogar.
Todos estos libros de pedagog¨ªa vanguardista, junto con enciclopedias, cuentos de todo tipo y literatura infantil en general -en total, m¨¢s de 400 vol¨²menes- han sido donados por esta maestra al colegio p¨²blico Rafael Alberti de la capital almeriense.
Mar¨ªa Dolores, en comisi¨®n de servicio desde 1989, ha tenido mucho tiempo para pensar en el vac¨ªo f¨ªsico y emocional que dejar¨¢n los libros en su casa. "Eso mismo me lo pregunt¨® un compa?ero el otro d¨ªa. Mi planteamiento ha sido que esto tenga utilidad. Yo ahora estoy en un fase en que estos libros me traen recuerdos fant¨¢sticos pero ante todo me planteo la utilidad porque los libros est¨¢n para leerse", reflexiona la maestra.
El director del centro que ha recibido la biblioteca particular, Pedro Aybar Cabrero, muestra su satisfacci¨®n por la generosidad de la maestra. "Ella es profesora de este centro aunque est¨¦ en comisi¨®n de servicio desde que se abri¨®. Lo ins¨®lito de su gesto es que se suelen dar libros pero no tantos. Nuestra funci¨®n a partir de ahora ser¨¢ catalogarlos y sumarlos a los 3.000 vol¨²menes que tenemos en la biblioteca general. Nuestra ilusi¨®n ser¨ªa abrir la sala a todo el p¨²blico alg¨²n d¨ªa, por qu¨¦ no, y convertir el colegio en centro de lectura", se?ala el director. El material donado gira en torno a la l¨ªnea pedag¨®gica del constructivismo. "Aprender a ser de una determinada forma tiene siempre que construirse en unas ideas previas. Buscando los entornos adecuados se construye el conocimiento. Yo lo entiendo as¨ª", apunta Mar¨ªa Dolores. La maestra se enorgullece de que en sus clases de lengua, all¨¢ por el curso 1987-1988, ninguno de sus alumnos llevara jam¨¢s un libro. "Yo les llevaba tebeos y cuentos porque lo que quer¨ªa era que leyeran. He explotado poemas de Miguel Hern¨¢ndez -tambi¨¦n en la remesa donada- de Lorca o Alberti que yo misma les adaptaba", confiesa.
Entre todos los vol¨²menes existe uno, Breve historia de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, de Antonio Jim¨¦nez-Landi, que la maestra ha donado con un poco de trampa. "Tengo que reconocer que este libro lo he dado porque tengo otro. Para mi significa mucho: en la Segunda Rep¨²blica las ideas que creemos tener m¨¢s avanzadas ya exist¨ªan", remacha.
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