El Tribunal para la ex Yugoslavia revisar¨¢ el proceso a Milosevic ante su mala salud
El ex l¨ªder serbio critica a los jueces por obligarle a comparecer con una gran hipertensi¨®n
La mala salud de Slobodan Milosevic oblig¨® a aplazar otra vez ayer el juicio en su contra por genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). El ex presidente serbio deb¨ªa comenzar su propia defensa, pero los informes m¨¦dicos recomendaron descanso. Debido a ello, Patrick Robinson, nuevo presidente de la sala, anunci¨® una revisi¨®n completa del proceso para que no haya m¨¢s retrasos. La acusaci¨®n ha pedido que se le asigne a Milosevic un letrado, cosa que ¨¦l rechaza al no reconocer la autoridad del tribunal.
La comparecencia de Milosevic ante los jueces fue corta. Con aspecto congestionado y de mal humor, critic¨® a los jueces por impedirle descansar y obligarle a cumplir "plazos legales que le producen estr¨¦s" y agravan la hipertensi¨®n que padece. "Los m¨¦dicos me han dicho esta misma ma?ana que no deb¨ªa venir aqu¨ª", dijo. Ese ¨²ltimo parte de los especialistas no lleg¨® a tiempo a manos de Robinson. Ante la nueva situaci¨®n, el juez anunci¨® que el proceso ser¨ªa revisado de forma "radical". Fue un pulso fugaz, el primero entre ambos personajes, pero record¨® la tensa relaci¨®n mantenida por Milosevic con el fallecido Richard May, el jurista brit¨¢nico que presidi¨® la primera parte del juicio.
Como s¨®lo las enfermedades mentales que mermen las facultades del encausado hasta impedirle comprender el juicio mismo pueden servir para archivar un caso, y enviar al reo a un psiqui¨¢trico, el TPIY tiene varias posibilidades para seguir juzgando a Milosevic. Ayer se barajaba, por ejemplo, darle permiso para llevar una "v¨ªdeo defensa" sin moverse de su celda.
Tambi¨¦n se le podr¨ªa nombrar un letrado, aunque ¨¦l se ha negado hasta ahora a ponerse en manos de nadie. Sus asesores legales trabajan desde fuera del tribunal y los Amigos de la Curia, el otro grupo de letrados que s¨ª est¨¢ sentado en la sala, s¨®lo interceden ante los jueces. Una de sus peticiones m¨¢s significativas ha sido la de retirar el cargo de genocidio, el de mayor peso en este proceso, por considerar que no pod¨ªa probarse. Dicha solicitud fue desestimada. Reci¨¦n estrenado en su cargo de presidente de la sala, el juez Robinson deber¨¢ arbitrar ahora una soluci¨®n para resolver esta especie de obstrucci¨®n procesal explicada por la mala salud del acusado.
A Milosevic, no le parece tan complicado. Seg¨²n dijo ayer en tono airado no estar¨¢ en condiciones de defenderse hasta el mes que viene. Antes de la truncada sesi¨®n de ayer, ya hab¨ªa se?alado, adem¨¢s, que no le bastan los 150 d¨ªas previstos por el TPIY para que interrogue a sus testigos. La fiscal¨ªa dispuso de 300 jornadas y quiere que se le asigne un n¨²mero igual. Su lista de testigos ronda los 1.400 y los que no puedan acudir por falta de tiempo presentar¨¢n sus declaraciones por escrito. Todo ello sin olvidar que los m¨¦dicos han reducido sus comparecencias a tres d¨ªas a la semana para evitarle congestiones.
Con todos estos retrasos y en espera de que el TPIY anuncie la f¨®rmula adoptada para seguir adelante, el caso de Milosevic podr¨ªa prolongarse hasta 2006. Una fecha con la que nadie contaba al abrirse el proceso en febrero de 2002. En ese momento, el ex l¨ªder serbio presentaba un aspecto firme y centraba sus energ¨ªas en intentar descalificar lo que considera una "farsa pol¨ªtica orquestada por los verdaderos criminales", las potencias occidentales que se entrometieron en los asuntos internos de la extinta Yugoslavia.
Acusado de cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad en Kosovo (1999) y en Croacia (1991-1992) y de genocidio por la actuaci¨®n de las fuerzas serbias en Bosnia (1992-1995), Milosevic justifica los primeros y niega el segundo. Seg¨²n su versi¨®n, la persecuci¨®n de los albaneses de Kosovo pretend¨ªa proteger a la minor¨ªa serbia de la provincia. En cuanto a las atrocidades cometidas por los soldados serbios en Croacia y Bosnia, incluida la matanza de musulmanes en Srebrenica, afirma que nunca tuvo atribuciones pol¨ªticas para controlar a esas tropas.
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