Reforma universitaria

Uno de los compromisos formulados por el PSOE fue la reforma de la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU). Ahora la Conferencia de Rectores urge al Gobierno socialista a reformar r¨¢pidamente algunos de los aspectos m¨¢s controvertidos de la ley, en particular la selecci¨®n del profesorado y las pruebas de acceso a la Universidad. La LOU derog¨® el sistema de selecci¨®n del profesorado previsto en la legislaci¨®n precedente e instaur¨® las pruebas de habilitaci¨®n nacional. Se pretend¨ªa as¨ª eliminar la llamada endogamia, poniendo la responsabilidad de la selecci¨®n en manos de comisiones de ¨¢mbito nacional y dejando que las universidades escogieran a sus profesores entre los habilitados.

La experiencia acumulada durante el a?o y medio de vigencia de esta reforma ha puesto de manifiesto numerosos problemas de aplicaci¨®n, no siendo el menor de ellos la desproporci¨®n entre los recursos movilizados y el escaso n¨²mero de plazas resueltas. Las universidades, por su parte, han utilizado sus posibilidades de decidir qu¨¦ plazas vacantes salen a habilitaci¨®n para proteger su autonom¨ªa, en el mejor de los casos, o en defensa corporativa de grupos o individuos, en muchos otros.

La reforma es urgente sin renunciar, por ello, a alg¨²n tipo de control nacional sobre el nivel y el perfil de los potenciales profesores universitarios. Los rectores proponen volver a los concursos en cada universidad para plazas concretas, pero s¨®lo entre candidatos que hayan obtenido una acreditaci¨®n por m¨¦ritos basada en criterios comunes para todas las universidades espa?olas. Se tratar¨ªa as¨ª de recuperar el papel central de los concursos por plaza, pero subordinados a una acreditaci¨®n previa no tan engorrosa ni limitada como la habilitaci¨®n.

En cuanto al acceso a la Universidad, los rectores proponen sustituir la no nata rev¨¢lida al final del bachillerato, m¨¢s pruebas de acceso por centros y universidades, cuya dif¨ªcil organizaci¨®n nunca se concret¨®, por una ¨²nica prueba para toda Espa?a. Es decir, algo no muy distinto de la actual selectividad porque, aunque sean necesarias reformas, no hay demasiadas alternativas si se quiere asegurar al mismo tiempo la valoraci¨®n del conjunto de los estudios de secun

daria, una supervisi¨®n externa a los centros de bachillerato que homogenice las exigencias del nivel requerido para acceder a la Universidad y una organizaci¨®n simple y viable de las pruebas de acceso que no complique innecesariamente la vida a los estudiantes.