La mili de los esclavos
El viernes 25 de junio pudimos ver una situaci¨®n poco habitual en el Parlamento vasco. Todos los grupos de la oposici¨®n votaban a favor de una proposici¨®n no de ley en relaci¨®n con las v¨ªctimas del franquismo. Votaron en el mismo sentido el PP, UA, SA y los proponentes, el PSE. Este prodigio de la pol¨ªtica vasca, unir a partidos tan dispares, se debe a uno de los pol¨ªticos m¨¢s h¨¢biles de nuestro pa¨ªs, el consejero Javier Madrazo.
El lehendakari lleva a?os buscando el consenso en aras de impulsar el autogobierno y todav¨ªa no se ha dado cuenta que debe ceder su sill¨®n al consejero de Vivienda y Asuntos Sociales para conseguir el amplio consenso necesario para aprobar el mismo. ?Madrazo, lehendakari! Con don Javier en Ajuria Enea el plan Ibarretxe, la ampliaci¨®n de la Ertzaintza, el problema del Cupo, etc. se resuelven en una semana con el apoyo de toda la oposici¨®n. Otegi, L¨®pez, San Gil y Benito se convertir¨ªan en miembros de un gobierno heptapartito.
El 'lehendakari' debe ceder su sill¨®n al consejero Madrazo, para conseguir el amplio consenso necesario
Pero todos nos preguntamos a qu¨¦ se debe este prodigio de la pol¨ªtica, si somos incapaces de ponernos de acuerdo en pr¨¢cticamente nada. La raz¨®n es muy simple, ¨²nicamente se debe a la ineficacia en la gesti¨®n de la consejer¨ªa dirigida por el se?or Madrazo.
El Gobierno vasco public¨® en noviembre de 2002 un decreto de compensaci¨®n a las v¨ªctimas del franquismo. La intencionalidad del decreto era positiva y supon¨ªa un avance importante en el reconocimiento a las v¨ªctimas y en la recuperaci¨®n de nuestra memoria. Pero los problemas se plantearon con la resoluci¨®n de las solicitudes.
La opini¨®n generalizada, pero equivocada, es que la consejer¨ªa se encontr¨® con unos problemas que no hab¨ªa previsto. Esto no es as¨ª. La consejer¨ªa solicit¨® un informe a un grupo de historiadores, que elaboraron un amplio y documentado trabajo que planteaba algunas de las cuestiones cruciales que han provocado la situaci¨®n actual. En primer lugar hablaba de un amplio n¨²mero de solicitudes, unas 10.000 (p¨¢gina 67 del informe). Tambi¨¦n informaba de "la dificultad para conseguir y acreditar la documentaci¨®n requerida" (p. 104), algo que ha resultado evidente a ra¨ªz de los resultados. Y por ¨²ltimo, informaba sobre el n¨²mero de archivos a consultar, y no s¨®lo el Archivo General Militar de Guadalajara (pp. 136-141), que es el ¨²nico al que ha acudido el Gobierno.
Con todo ello concluimos que la consejer¨ªa conoc¨ªa perfectamente el problema al que se enfrentaba y que si nos encontramos en la situaci¨®n actual se debe a la ineficacia demostrada por las personas encargadas de la gesti¨®n de este asunto y, en definitiva, por la incapacidad del responsable pol¨ªtico de la misma, el se?or consejero.
Todo ello ha producido como resultado una negaci¨®n masiva de las solicitudes (el 70%) debido a estos problemas, a la falta de una revisi¨®n concienzuda de los documentos aportados y al discutible concepto del servicio militar del se?or Madrazo que supone un insulto a la memoria de los muertos y a los supervivientes de la represi¨®n. En relaci¨®n con este ¨²ltimo grupo recordaremos que 1.038 de las solicitudes acreditan la privaci¨®n de libertad por su permanencia en los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores creados por las autoridades franquistas a partir de 1940. En ellos se encuadraron a personas que, al ser consideradas desafectas al r¨¦gimen, fueron obligadas a formar parte de estos batallones durante el periodo de la II Guerra Mundial. Con ello, la dictadura buscaba impedir la formaci¨®n de una red de apoyo a una posible intervenci¨®n aliada en Espa?a y, por otra, conseguir mano de obra gratuita para diversas obras p¨²blicas. La ficci¨®n que utiliz¨® Franco, y que Madrazo acepta, fue inscribir a estos prisioneros en las cajas de reclutas. De este modo, los prisioneros dejaban de serlo y se convert¨ªan en soldados trabajadores, produciendo la reducci¨®n del n¨²mero legal de represaliados. Aunque el n¨²mero real segu¨ªa siendo el mismo.
Pero, para cualquier persona con un m¨ªnimo conocimiento hist¨®rico esta consideraci¨®n de soldados resulta una aberraci¨®n. Estas personas no portaban armas y estaban vigiladas por soldados armados, realizaban trabajos forzados y en muchos casos las lamentables condiciones de sus alojamientos, alimentaci¨®n, etc. llevaba a su fallecimiento.
Si acudimos a un s¨ªmil hist¨®rico, podemos pensar que los esclavos del nazismo, utilizados como mano de obra gratuita por el Estado alem¨¢n y por sus industriales eran simples trabajadores, o simplemente podemos afrontar la verdad, consider¨¢ndolos prisioneros condenados a trabajos forzados. Aunque, fruto de la resoluci¨®n de este decreto, podr¨ªa ser que el se?or Madrazo nos ayudase a rescribir este cap¨ªtulo de la historia de las represiones franquista y nazi.
Pero hay m¨¢s. Muchas de estas personas, despu¨¦s de combatir en la Guerra Civil, pasar por campos de concentraci¨®n, y prisiones, a partir de 1942 tuvieron que cumplir el servicio militar, en unidades militares de verdad. ?C¨®mo es posible que hiciesen la mili dos veces?
Si los representantes de IU en las instituciones europeas exponen estos criterios en el Parlamento Europeo puede que tengan que inscribirse en el mismo grupo parlamentario que el austriaco Haider, porque es uno de los pocos que comparte estos criterios.
Por tanto, se?or Ibarretxe, si no quiere ceder su sill¨®n, creo que ser¨ªa un acierto realizar un cambio de las responsabilidades. Encargue al se?or Madrazo la gesti¨®n de todos los asuntos conflictivos que tiene su Gabinete en cartera para que consiga la unanimidad de la oposici¨®n y confiera la resoluci¨®n del problema de las v¨ªctimas del franquismo al se?or Amann, que ha demostrado la capacidad suficiente para encauzar el dif¨ªcil problema de la Y vasca y que estar¨¢ a la altura para solucionar un problema de bastante menor complicaci¨®n como el que nos ocupa.
Mikel Urquijo Goitia es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la UPV-EHU.
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