Globo contra los incendios

El viento, la humedad y la pendiente del terreno. La conjunci¨®n de estos tres factores hace que una chispa en el campo pueda ser un simple conato o un gran incendio, como el que arras¨® la semana pasada 800 hect¨¢reas en Huelva y Sevilla. Los integrantes de las brigadas de Refuerzos Forestales de la Comunidad Aut¨®noma de Andaluc¨ªa (Brica) son los encargados de controlar estos tres factores, cuando se desencadena un incendio, y de intentar apagarlo.

El proceso casi siempre es igual. En el Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Madro?alejo (Aznalc¨®llar, Sevilla), uno de los 20 que est¨¢n repartidos por toda la comunidad, se recibe una llamada de alerta. R¨¢pidamente, los miembros de la Brica cogen sus herramientas y se lanzan al interior del Bel-412. Juan Leal, el comandante del helic¨®ptero, es el encargado de transportar a la brigada: "Lo m¨¢s complicado es llevar a los hombres hasta el incendio, posar el aparato". Poca visibilidad, cerca de 50 grados de temperatura y, en muchos casos, terrenos m¨¢s que escarpados.

Vuelos de extinci¨®n

Pero aqu¨ª no acaba el trabajo del comandante Leal. Una vez que ha dejado a los componentes de la Brica -hasta 12 pueden viajar en este aparato con dos horas de autonom¨ªa- vuelve a remontar el vuelo. Esta vez, lo hace con una cesta en la que se pueden cargar hasta 1.300 litros de agua mezclada con un l¨ªquido retardante. Despu¨¦s de localizar el pantano m¨¢s cercano, el aparato realiza una y otra vez la misma maniobra. Se abastece de agua, se posiciona unos pocos metros por encima del incendio y suelta el agua. "Lo peor son las turbulencias fuertes, aunque nosotros volamos a poca altura y los cables tambi¨¦n son peligrosos", explica Leal, quien lleva cinco a?os dedicado a la extinci¨®n de incendios y ya ha trabajado en Castilla y Le¨®n, Valencia, Extremadura...

Mientras el helic¨®ptero hace su trabajo en el aire, en tierra, en la vanguardia, los miembros de la Brica intentan que las llamas no se extiendan. Con el apoyo de los camiones autobomba intentan parar el fuego a golpe de rastrillos, mangueras y explosivos. Las bombas controladas crean zonas por las que es dif¨ªcil que el fuego avance.

Ayer, en el Centro de Defensa Forestal de Madro?alejo, que se ocupa, sobre todo, de la zona occidental de Andaluc¨ªa, algunos de los Brica realizaron una simulaci¨®n ante el delegado del Gobierno andaluz en Sevilla, Jos¨¦ del Valle. Tambi¨¦n asistieron el resto de integrantes del Consejo Asesor del Plan Infoca 2004. El plan de este a?o est¨¢ compuesto por casi 4.000 hombres y mujeres, 109 veh¨ªculos autobomba, diez aviones y 23 helic¨®pteros. Adem¨¢s, cuentan con el apoyo de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa

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Despu¨¦s de la exhibici¨®n, Jos¨¦ del Valle elogi¨® el Cedefo de Aznalc¨®llar: "?ste es uno de los centros punteros junto al de El Pedroso (...) Tiene un nivel profesional muy alto y los medios t¨¦cnicos m¨¢s avanzados".

En el Cedefo de Madro?alejo trabajan a diario casi 100 personas -entre brigadistas, retenes de especialistas y t¨¦cnicos-. Adem¨¢s, dispone de dos camiones autobomba, dos helic¨®pteros y un veh¨ªculo que se encarga de las comunicaciones y el seguimiento de las condiciones meteorol¨®gicas en la zona del incendio. Andr¨¦s Frechella, el encargado de este veh¨ªculo, cuenta que esta es una de las piezas claves en la extinci¨®n porque es "el enlace para todo el equipo que est¨¢ trabajando". Adem¨¢s, gracias a la tecnolog¨ªa, se puede estimar qu¨¦ direcci¨®n puede tomar las llamas, algo que resulta fundamental a la hora de ubicar los cortafuegos que realizan los miembros de la Brica, la vanguardia de la extinci¨®n de incendios.