Los ni?os de la calle
Jorge Amado (1912-2001) fue el autor brasile?o m¨¢s universal (¨¦l, que era tan bahiano) del pasado siglo. Nunca obtuvo el N¨®bel, probablemente por causas pol¨ªticas: fue premio Stalin, y eso estorba. Escritor de inventiva torrencial, de lenguaje oce¨¢nico, resulta poco prudente sistematizar un panorama de su copios¨ªsima obra, pero sin duda este libro marc¨® un hito en la literatura social latinoamericana, y desde luego se sit¨²a entre lo mejor de un autor que produjo t¨ªtulos como Gabriela clavo y canela o Do?a Flor y sus dos maridos.
Los "capitanes" son lo que hoy conocemos como "ni?os de la calle". La dictadura populista de Get?lio Vargas quem¨® la primera edici¨®n de la obra de 1937 (el caudillo no pod¨ªa tolerar que los destellos de su pol¨ªtica presuntamente social quedaran desnudos), pero la miseria estructural result¨® invencible y tambi¨¦n fue imparable la denuncia de esa situaci¨®n. Amado hab¨ªa acertado a pintar el rev¨¦s del jard¨ªn brasile?o, hab¨ªa osado sacar a la luz la inocencia traicionada de los ni?os indefensos y peligrosos. Escritores y pol¨ªticos cerraron filas en torno a un modo de novelar que part¨ªa de la verdad que todo el mundo sab¨ªa en Brasil y pocos dec¨ªan.
CAPITANES DE LA ARENA
Jorge Amado
Traducci¨®n de Dante Hermo
El Aleph. Barcelona, 2004
315 p¨¢ginas. 20,19 euros
Un hilo coherente une, por consiguiente, a ese Amado con Ciudad de Dios, de Paulo Lins: no s¨®lo la tem¨¢tica, sino sobre todo el hecho de que ambos persiguen un estilo propio, ¨²nico, que se le haga inolvidable al lector. En Jorge Amado, el di¨¢logo, la peripecia, la tragedia, la ternura se despliegan generosamente, con la sencillez con que Amado trazaba a fuego, con gran econom¨ªa, la telara?a de cien personajes, y que va a construir a lo largo de su carrera un enorme monumento literario. Pertenece a la estirpe de autores poderosos como Mahfuz, Narayan, Baroja.
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