Donde despegaban los Spitfire
En los ¨²ltimos tiempos, cada a?o, cuando llega el Gran Premio de Gran Breta?a, que se celebra en el circuito de Silverstone, el supremo Bernie Ecclestone se irrita y amenaza a los organizadores con quitarles la carrera si no arreglan de una vez por todas los accesos al circuito y dan m¨¢s brillo y esplendor al pit lane. Es cierto que se forman largas colas de aficionados entre barrizales, pero tambi¨¦n lo es que a la jet-set londinense no le preocupa demasiado esta incomodidad. Durante este fin de semana de julio, el peque?o aeropuerto local se convierte en el de mayor tr¨¢fico del Reino Unido. Quien no disponga de un objeto volador no es nadie en la city. Pero la carrera se sigue celebrando cada a?o en Silverstone y ni siquiera la largamente anunciada re?forma de Brands Hatch -el otro gran circuito brit¨¢nico- ha conseguido moverla.
Probablemente el peso de la tradici¨®n tenga algo que ver con ello. A finales de 1945, tras la rendici¨®n de la Alemania nazi, los aer¨®dromos que se hab¨ªan construido para albergar las escuadrillas de Spitfire, Mustang P-51 y Hurricane, o de los pesados B-29 que alfombraban Alemania con bombas siguiendo las ¨®rdenes del mariscal Arthur Harris, quedaron vac¨ªos. En poco tiempo, las inclemencias del tiempo, la frondosa vegetaci¨®n y el abandono acabaron con aquellas pistas. Con todas excepto con una situada en el condado de Northamptonshire, que fue adoptada por una generaci¨®n de locos del motor, probablemente los mismos pilotos y mec¨¢nicos que se dedicaban a deribar Stukas y Messerschmitt durante la Batalla de Inglaterra.
Las largas rectas de las pistas de despegue y las rampas de acceso eran una tentaci¨®n para aquellos j¨®venes, que las convirtieron en improvisado circuito automovil¨ªstico. Dice la tradici¨®n que la primera carrera se acab¨® antes de lo esperado cuando los b¨®lidos se encontraron con un reba?o de ovejas lanudas, pero tan s¨®lo tres a?os despu¨¦s, en 1948, la pista tom¨® forma mediante neum¨¢ticos apilados y balas de paja, y permiti¨® que se celebrara el Gran Premio de Gran Breta?a que gan¨® Gigi Villoresi con un Maserati.
En 1950, Silverstone fue elegido para ser la sede del primer Gran Premio de Gran Breta?a de la reci¨¦n creada f¨®rmula 1. La carrera fue dominada por los Alfa Romeo, que coparon las tres primeras plazas: Giuseppe Farina, Luigi Fagioli y el h¨¦roe local Reg Parnell, por este orden. Desde entonces han pasado muchos a?os y muchas carreras. Silverstone cedi¨® su plaza a Brands Hatch durante los a?os sesenta y luego, durante mucho tiempo, se turnaron las dos pistas m¨¢s emblem¨¢ticas de Inglaterra para acoger a los cada vez m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s sofisticados b¨®lidos de la f¨®rmula 1. En 1985, el finland¨¦s Keke Rosberg, con un Williams-Honda turbo, dio la vuelta r¨¢pida a una media de 259 kil¨®metros por hora, una velocidad tal vez excesiva que llev¨® finalmente a una reforma del circuito.
Pero los mec¨¢nicos de aquellos aviones mitol¨®gicos que salvaron a Europa del delirio hitleriano no s¨®lo crearon un circuito, sino que tambi¨¦n desarrollaron una efervescente industria automovil¨ªstica de alta tecnolog¨ªa, enfocada a la competici¨®n, que ha supuesto finalmente que la gran mayor¨ªa de las escuder¨ªas de f¨®rmula 1 tengan su sede en esta parte de la Inglaterra central, en torno a Northampton, Oxford y Bedford.
S¨®lo Ferrari, Minardi y Sauber escapan a la norma. Para todos los dem¨¢s, Silverstone es la referencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.