Morgan Stanley elude el juicio al pagar 43 millones por discriminar a 300 empleadas
El banco de inversiones Morgan Stanley lleg¨® ayer a un acuerdo por sorpresa, al margen de los tribunales, para zanjar el expediente que ten¨ªa abierto desde hace seis a?os por discriminaci¨®n sexual. El arreglo extrajudicial se produjo el mismo d¨ªa en que estaba previsto que comenzara, en la corte federal de Manhattan, el juicio en el que m¨¢s de 300 empleadas acusan al banco de haber recibido un trato discriminatorio en salario y promociones frente a sus compa?eros varones. El gigante de Wall Street pagar¨¢ 54 millones de d¨®lares (43,5 millones de euros) para compensar a las mujeres afectadas.
El juicio promet¨ªa un verano agitado en los juzgados de Nueva York, ante la eventualidad de que pudiera desatarse una oleada de nuevas denuncias en otras firmas de Wall Street. El desenlace del caso recuerda al que en 1997 afect¨® a Smith Barney (hoy Citigroup) o al arreglo al que, al margen de los tribunales, lleg¨® recientemente Merrill Lynch con algunas de sus empleadas que le acusaban de discriminaci¨®n sexual. Pero Morgan Stanley, como en los otros casos, evit¨® de esta manera una condena que le podr¨ªa haber costado el desembolso de varias decenas de millones de d¨®lares por su conducta.
Aplicaci¨®n de medidas
A cambio, opt¨® por pagar 54 millones de d¨®lares a la Comisi¨®n Estatal de Igualdad de Oportunidades, para que los reparta entre las empleadas v¨ªctimas de la discriminaci¨®n. Adem¨¢s, la firma pondr¨¢ en pr¨¢ctica las medidas necesarias para evitar episodios similares. Los abogados de las mujeres se mostraron satisfechos con el arreglo, mientras el prestigioso banco de inversiones insiste en que en sus oficinas se da un trato igual a hombres y mujeres. "Al final, es todo dinero", coment¨® un experto legal.
El expediente contra Morgan Stanley data de 1998, a ra¨ªz de la denuncia presentada por una de sus agentes burs¨¢tiles, Allison Schieffelin, a la que se le neg¨® el ascenso a un puesto de direcci¨®n por su condici¨®n de mujer. Las afectadas insist¨ªan en su denuncia en haber estado sujetas a un doble rasero en sueldos y promociones que califican de "inaceptable". Las quejas de las empleadas no se quedaban ah¨ª, y mencionan que fueron objeto de "toqueteos y palmaditas en el culo" por parte de sus compa?eros, y relatan los striptease o las tartas de cumplea?os con mujeres en topless como sorpresa que ten¨ªan lugar en las oficinas.
El mayor problema al que ten¨ªan que enfrentarse los abogados de las mujeres afectadas por esta conducta era que las pruebas estad¨ªsticas sobre salarios y promociones no eran suficientes para demostrar que los hechos que denunciaban eran una pr¨¢ctica establecida en la firma. El ejemplo es Zoe Cruz -responsable de Operaciones Globales-, una de las ejecutivas mejor pagadas con 16 millones de d¨®lares al a?o.
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