El presidente Toledo afronta su primera huelga general
Los sindicatos exigen un cambio pol¨ªtico y econ¨®mico radical en Per¨²
El presidente peruano, Alejandro Toledo, con un ¨ªndice de aceptaci¨®n popular bajo m¨ªnimos (8%), afronta hoy la primera huelga general convocada desde que lleg¨® al Gobierno, hace casi tres a?os. La Confederaci¨®n General de Trabajadores de Per¨² (CGTP), patrocinadora del paro, ha lanzado un ultim¨¢tum: o cambia de pol¨ªtica o los d¨ªas del presidente est¨¢n contados. El APRA, principal partido de oposici¨®n, que lidera el ex presidente Alan Garc¨ªa, apoya la huelga, aunque con una lista propia de reivindicaciones.
La jornada de protesta llega precedida de estallidos de violencia registrados las ¨²ltimas semanas en varios puntos del pa¨ªs, producto del malestar de la poblaci¨®n pobre y abandonada por un Estado ineficiente. Por su parte, quienes critican la huelga, como el ex alcalde de Lima Alberto Andrade, sostienen que no es momento de paralizar el pa¨ªs y dar una mala imagen hacia el exterior, cuando Per¨² ha iniciado la segunda ronda de negociaciones del tratado de libre comercio con EE UU, y cuando han llegado 30.000 turistas para presenciar la Copa Am¨¦rica de f¨²tbol.
"La huelga es contra el Gobierno de Toledo y no contra la Copa Am¨¦rica", replica Mario Huam¨¢n, presidente de la CGTP. "Es el primer paro general contra el Gobierno, la corrupci¨®n y contra la traici¨®n de Toledo al pueblo peruano por no cumplir los compromisos electorales adquiridos, ni los cambios que ofreci¨® en pol¨ªtica econ¨®mica, laboral y social", precisa el sindicalista.
La convocatoria parte de la principal organizaci¨®n sindical de Per¨² y cuenta con el respaldo de otras centrales, movimientos regionales y sociales, a los que se han sumado el APRA y diversos partidos y grup¨²sculos de izquierda y extrema izquierda. La lista de reivindicaciones de la CGTP es infinita, lo que le confiere altas dosis de utop¨ªa. Las demandas incluidas en la denominada "plataforma de lucha" son tan dispares como una "reforma tributaria integral", desconocimiento de "la deuda externa inmoral", descentralizaci¨®n y desarrollo de las regiones, no privatizaci¨®n de empresas estrat¨¦gicas, aumento del canon petrolero, convocatoria a una Asamblea Constituyente "para elaborar una Constituci¨®n que siente las bases para una nueva Rep¨²blica democr¨¢tica, social y descentralista, acabando con la Constituci¨®n fujimorista de 1993" y convoque elecciones; destituci¨®n inmediata de los funcionarios corruptos; integraci¨®n latinoamericana; rechazo del Tratado de Libre Comercio de las Am¨¦ricas y de los acuerdos de libre comercio con EE UU; difusi¨®n y cumplimiento de las conclusiones y recomendaciones de la Comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n, y retirada de las tropas de Irak. Los convocantes de la huelga reclaman tambi¨¦n la restituci¨®n de derechos laborales.
La huelga adquiere m¨¢s relieve al contar con el apoyo del poderoso partido aprista, que plantea reivindicaciones propias, que no incluyen las m¨¢ximas demandas de la CGTP, como el cambio de pol¨ªtica econ¨®mica y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
La jornada se presenta agitada. Unos y otros no han dado el brazo a torcer y el Gobierno ha anunciado que las Fuerzas Armadas colaborar¨¢n con los 93.000 polic¨ªas en estado de alerta en todo el pa¨ªs. "Es una provocaci¨®n inconstitucional", responde el presidente de la CGTP, y lanza una amenaza: "Si Toledo sigue con su pol¨ªtica de intimidaci¨®n social, la poblaci¨®n responder¨¢ despu¨¦s del 14 de julio con mayores medidas de lucha".
Seg¨²n varios observadores, la huelga busca preparar el terreno para tumbar al Gobierno e impedir que Toledo concluya el mandato dentro de dos a?os. "Si el se?or Toledo mantiene una actitud intransigente, sin escuchar el clamor popular, ¨¦l estar¨¢ creando las condiciones para dejar el cargo", sentencia el presidente de la CGTP.
A las acusaciones de que los huelguistas pretenden provocar desmanes, el sindicalista Huam¨¢n replica: "El que genera violencia es el Gobierno: saca a las Fuerzas Armadas a la calle, organiza operativos psicosociales, hostiliza a los dirigentes con las fuerzas policiales, y a m¨ª me env¨ªa una granada de guerra camuflada a mi casa". El l¨ªder de la CGTP ha pedido a sus seguidores que vayan a la huelga de manera pac¨ªfica. La realidad ha contradicho sus buenos prop¨®sitos en convocatorias anteriores.
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