En brazos del silencio
Agua viva, cuya primera edici¨®n data de 1973, es el libro de Clarice Lispector en que su peculiar estilo est¨¢ menos atado a un argumento. Aqu¨ª la voz narradora fluye abasteci¨¦ndose de s¨ª misma, sin sujeci¨®n a ninguna historia, pr¨¢cticamente inmovilizada, aunque en constante introspecci¨®n de su propio decir. En esta sucesi¨®n de apuntes, reconocemos en esa voz a una mujer, una pintora que tiene "necesidad de palabras", para quien la "verdadera palabra est¨¢ hasta ahora intacta", dirigi¨¦ndose a un interlocutor ausente del que s¨®lo sabemos que escucha. Puede ser cualquiera, inventado o real, a quien se apela para generar el simulacro de un di¨¢logo. El lector se siente interpelado, como si ¨¦l fuera el destinatario no del todo adecuado de una carta ¨ªntima que se proyecta, a veces, reclamando auxilio, y otras desentendi¨¦ndose de ser o¨ªda: "Esc¨²chame, escucha el silencio. Lo que te digo nunca es lo que te digo y s¨ª otra cosa". Esa otra cosa nunca sabremos qu¨¦ es. El texto ronda ese n¨²cleo indecible, lo que la autora llama el it, centro de lo vivo, en una suerte de improvisaci¨®n que se sumerge en el misterio, pero no consigue establecer ninguna certidumbre, de modo que la novela, por decirlo as¨ª, se escabulle de todo sentido y se propone como lugar de imposible conciliaci¨®n: "Capta esa cosa que se me escapa y sin embargo vivo de ella sobre su brillante oscuridad. Un instante me lleva a otro y el tema atem¨¢tico se va desarrollando sin plan pero geom¨¦trico, como las figuras sucesivas de un calidoscopio". Y m¨¢s adelante: "No me gusta lo que acabo de escribir; pero estoy obligada a aceptar todo el p¨¢rrafo porque ¨¦l me ha ocurrido. Mi esencia es inconsciente de s¨ª misma y por eso me obedezco ciegamente".
REVELACI?N DE UN MUNDO
Clarice Lispector
Traducci¨®n de Amalia Sato
Adriana Hidalgo
Buenos Aires, 2004
330 p¨¢ginas. 8,71 euros
AGUA VIVA
Clarice Lispector
Traducci¨®n de Elena Losada
Siruela. Madrid, 2004
100 p¨¢ginas. 13,50 euros
Escrito, sin duda, con una li-
bertad nada com¨²n que halla en esa libertad su propia calamidad, Agua viva es el libro m¨¢s abstruso de Clarice Lispector; quiebra los pactos de racionalidad y se abandona al delirio autista. El lector tiene la punzante impresi¨®n de que ha sido compuesto a requerimiento de una falsa necesidad. Aunque aqu¨ª y all¨¢ brillan con extraordinario fulgor sus perturbaciones on¨ªricas y en ocasiones la fuerza de su estilo mantiene su poderosa imantaci¨®n, esa voz que se vac¨ªa m¨¢s que se construye termina siendo una pulsi¨®n angustiosa demasiado ensimismada como para participar de su dolor.Pero si en Agua viva la escritura de Lispector se abandona al peligro del manierismo que la amenaza, en Revelaci¨®n de un mundo, selecci¨®n de cr¨®nicas publicadas en el Jornal do Brasil entre 1967 y 1973, la carga personal, tan caracter¨ªstica de la autora, encuentra una sorprendente fusi¨®n entre vida cotidiana y reflexi¨®n metaf¨ªsica que convierte sus textos period¨ªsticos en confesiones emocionales, y nos permite acceder a los mecanismos de su taller literario. Algunas de estas cr¨®nicas pasaban despu¨¦s a sus libros. La lectura sucesiva de ambos libros proporciona algunas coincidencias curiosas, como el diccionario bot¨¢nico, recogido en Agua viva sin apenas alteraciones. Lo que hace interesant¨ªsimas estas cr¨®nicas, sin embargo, es que son la exposici¨®n de una transparencia, la exhibici¨®n de un esp¨ªritu que necesita oponerse a la trivialidad apelando al misterio. Lispector se muestra compacta en su temblor, irrebatible en sus dudas, siempre heterodoxa respecto al g¨¦nero period¨ªstico, al que se somete de un modo lateral, insufl¨¢ndole el aire enrarecido de los interrogantes que provocan respuestas insuficientes. Sus cr¨®nicas no difieren de sus novelas, simplemente est¨¢n tocadas por la levedad del g¨¦nero, y se dir¨ªa que para ella son un campo de pruebas, un modo de tantear la naturaleza de la escritura. Lo cierto es que predominan los textos reflexivos sobre el escribir y confidencias sobre prop¨®sitos de novelas, junto con el compromiso de ir "escribiendo al correr del pensamiento".
Ahora bien, en estas colaboraciones ocasionales, que Lispector escrib¨ªa por necesidad econ¨®mica, las reflexiones de la autora que renov¨® las letras brasile?as con su sorprendente Cerca del coraz¨®n salvaje (1943), y que escribi¨® una de las novelas m¨¢s perturbadoras e inquietantes del siglo XX, La pasi¨®n seg¨²n G.H. (1964), tienen una fuerte dosis de franqueza, atravesada por una extra?a candidez; nos cuenta sus sue?os, sus angustias, sus di¨¢logos con los taxistas, su relaci¨®n con el f¨²tbol, su mayor pereza para leer que para escribir, "su lev¨ªsima alegr¨ªa cuando logra en una frase decir algo sobre la vida humana o animal". Contra lo que cabr¨ªa esperar, no dibujan un personaje preciso, pese a que la mayor¨ªa de sus art¨ªculos tienen como ¨²nico tema su persona. Hay escritores que, cuanto m¨¢s hablan de s¨ª mismos, menos sabemos de ellos. Revelaci¨®n de un mundo suscita este desconcierto. Y as¨ª, quien tantas veces defendi¨® el silencio, permanece protegida en su silencio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.