Juan Fres¨¢n, un artista genial
Juan Fres¨¢n, de 68 a?os, un genial artista que se neg¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa de su vida a ser considerado como tal -"porque no tengo nada que expresar, ni que decir, ni que opinar, yo trabajo por encargo"-, muri¨® el s¨¢bado 10 de julio, de pulmon¨ªa, en el peque?o apartamento de un ambiente que ocupaba a unos pasos de la plaza San Mart¨ªn, del centro de Buenos Aires, donde seguramente se repartir¨¢ su cuerpo en cenizas para cumplir con su voluntad.
Muri¨® solo, ignorado, tal como deseaba. Su hermana y los pocos amigos que recib¨ªa avisaron a Norma, su ex esposa y a sus hijos, el escritor Rodrigo, residente en Barcelona, y el publicista Diego, en Caracas. Su cuerpo yac¨ªa en medio de un cuarto modesto en el que cab¨ªan un escritorio y una cama, pero estaba atestado de obra, de objetos, de ideas, de imaginaci¨®n.
En la biblioteca ten¨ªa ejemplares ¨²nicos de su versi¨®n sobre los siete relatos de Historia universal de la infamia, de Jorge Luis Borges, que despedaz¨® y volvi¨® a pegar hasta descubrir que con el mismo texto se pod¨ªa construir un octavo relato donde se contaba la vida del propio Borges. En su momento, cuando le llev¨® el libro nuevamente compuesto, Borges se indign¨®: "Yo no soy ning¨²n infame", le dijo. Despu¨¦s tom¨® Casa Tomada, de Julio Cort¨¢zar, y lo reconvirti¨® en un juego ¨®ptico donde el lector se sent¨ªa tomado por el texto. En los ochenta, sin conocer la ciudad, hizo un libro con im¨¢genes de Nueva York en el que uni¨® a las torres gemelas con una venda a la altura exacta de donde veinte a?os m¨¢s tarde golpear¨ªan los aviones del atentado.
En 1992, seg¨²n prueban los peri¨®dicos de la ¨¦poca, su muestra Spanish Souvenir fue uno de los acontecimientos destacados en Espa?a durante la conmemoraci¨®n del 5? Centenario de la llegada de Cristobal Col¨®n a Am¨¦rica. La iron¨ªa y la originalidad con que Fres¨¢n recre¨® los t¨®picos espa?oles permitir¨¢n, todav¨ªa hoy iconos, imprimirlos en millones de camisetas o remeras
Naci¨® en Viedma, sobre el Atl¨¢ntico, al sur del pa¨ªs. Su esp¨ªritu y su imaginaci¨®n transmit¨ªan esa dimensi¨®n oce¨¢nica, patag¨®nica, desmesurada de la vida. Era hijo de un vasco culto y callado, librero de profesi¨®n, un padre con el que recordaba haber hablado una sola vez en su vida. Lleg¨® a Buenos Aires a los 18 a?os con la excusa de estudiar en una universidad a la que nunca ingres¨® porque descubri¨® en la ciudad la bohemia de los sesenta. Se encontr¨® con Ram¨®n G¨®mez de la Serna, Borges, Rodolfo Walsh, ?lvaro Rodr¨ªguez, Paco Urondo, los pataf¨ªsicos, el Instituto Di Tella, la intelligentzia porte?a, el cine, Bergman, aventuras, el descubrimiento del amor, de la noche, del placer, del arte.
Pero se hart¨® y se march¨® de Buenos Aires por primera vez a los 21 a?os, vag¨® tres a?os sin destino, naufrag¨® en el Caribe, lleg¨® a Cuba en plena revoluci¨®n, escribi¨® para la agencia castrista Prensa Latina. Trabaj¨® como publicista, le pagaron fortunas, pero nunca tuvo su propia agencia. Prefiri¨® siempre cobrar, renunciar, partir y gastar antes de volver a trabajar. So?¨® un diario y lo dise?¨® junto con Garc¨ªa M¨¢rquez y Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez en Caracas. All¨ª instal¨® su "Cl¨ªnica creativa del doctor Fres¨¢n: An¨¢lisis, diagn¨®sticos y soluciones creativas" y llev¨® de la mano a un desconocido Jaime Lusinchi a ser presidente de Venezuela.
En los ¨²timos d¨ªas trabajaba sobre el gui¨®n de una pel¨ªcula en la que quedar¨ªa registrado el odio que Juan sent¨ªa por la ¨¦lite culturosa de la ciudad. La pulmon¨ªa y el cigarrillo ya lo estaban consumiendo, pero ¨¦l parec¨ªa feliz: "Cuando termine la pel¨ªcula nunca m¨¢s hablar¨¦ mal de Buenos Aires y de los argentinos porque ya habr¨¦ dicho todo lo que quer¨ªa decir, me callar¨¦ para siempre".-
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