La empresa alemana Bosch rompe la semana laboral de 35 horas en Francia
La plantilla acepta reducir costes para evitar que la sociedad se traslade a Chequia
La plantilla de una de las f¨¢bricas francesas de la empresa alemana Robert Bosch ha aceptado romper la semana laboral de 35 horas, a?adi¨¦ndole una hora extraordinaria sin compensaci¨®n salarial alguna, y bajo la amenaza de trasladar su producci¨®n a Chequia. La empresa alemana es la primera que aplica en Francia esta medida llevada a cabo en compa?¨ªas de su pa¨ªs, como Siemens, para ampliar el n¨²mero de horas trabajadas. Lo sucedido tiene valor de prueba en Francia, sometido a fuertes pol¨¦micas sobre si ha hecho bien o mal en implantar la jornada de 35 horas.
Esta es la primera vez que se ampl¨ªa la jornada sin contrapartidas y por consenso casi total de una plantilla francesa. El hecho se produce en coincidencia con las cr¨ªticas constantes del Gobierno actual a la izquierda por haber introducido las 35 horas a finales de los a?os noventa, que ha hecho de Francia el pa¨ªs de la OCDE en el que se trabajan menos horas por persona y a?o, de los 30 que componen esa organizaci¨®n.
Para conseguirlo, la empresa alemana comunic¨® a los sindicatos que estaba dispuesta a llevarse parte de la producci¨®n a la Rep¨²blica Checa, si no se aceptaba el conjunto de su plan al menos por el 90% de la plantilla. La respuesta, mayor de la esperada, implica la modificaci¨®n de los contratos de trabajo de todos los empleados. El 98% de ellos vot¨® mediante carta personal a favor del paso a las 36 horas, en el marco de un plan que pretende reducir en un 12% los costes salariales globales.
Despidos
De los 820 asalariados de Bosch en V¨¦nissieux (en la periferia de Ly¨®n), s¨®lo 18 se negaron a aceptar el cambio de sus contratos y previsiblemente ser¨¢n despedidos. Los dem¨¢s aceptaron el preacuerdo al que hab¨ªan llegado la direcci¨®n y los sindicatos mayoritarios en la empresa (aunque minoritarios en el conjunto del pa¨ªs), para que ¨¦sta invierta 12 millones de euros en la modernizaci¨®n de la factor¨ªa.
Esta inversi¨®n pretende salvar 190 de los 300 empleos amenazados por la fabricaci¨®n tradicional del sistema de inyecci¨®n de los motores di¨¦sel, que ya no responde a las normas medioambientales europeas y s¨®lo tiene salida hacia los pa¨ªses menos avanzados.
La fabricaci¨®n deb¨ªa empezar a detenerse a partir de 2005. Bosch hab¨ªa proyectado invertir en la fabricaci¨®n de bombas distribuidoras de alta presi¨®n en la Rep¨²blica Checa, a lo cual ha renunciado tras la respuesta de la plantilla francesa. A¨²n as¨ª, 110 trabajadores se ver¨¢n excluidos de la nueva instalaci¨®n, aunque tendr¨¢n propuestas de traslado a otras f¨¢bricas de la empresa o bajas negociadas.
La Confederaci¨®n General de Trabajadores (CGT), que es el sindicato m¨¢s importante de Francia, mostr¨® ayer su alarma absoluta ante la situaci¨®n creada. Una generalizaci¨®n de medidas similares terminar¨¢ rompiendo el poder de los sindicatos franceses, que no tienen muchos afiliados, pero han mantenido una gran fuerza hasta ahora.
La CGT fracas¨® en el intento de desencadenar el rechazo de los empleados al acuerdo con la empresa Bosch y ahora, tanto esta central como Force Ouvri¨¨re (tambi¨¦n importante en el conjunto del pa¨ªs, pero no en la empresa afectada) denuncian "el chantaje" de la empresa y el del Gobierno.
Cr¨ªticas al Gobierno
A juicio de la secretaria general de este sindicato, el Gobierno franc¨¦s es "totalmente c¨®mplice" de obligar a los empleados a modificar las condiciones de trabajo. El presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, asegur¨® el 14 de julio que la jornada laboral de 35 horas seguir¨¢ vigente; pero este sindicato descubre que las facilidades legales para permitir horas extraordinarias (hasta ahora, retribuidas) y dar m¨¢s libertad al di¨¢logo social en las empresas "abre v¨ªas nuevas a las empresas para chantajear a sus trabajadores".
Tales pr¨¢cticas invitan a los empresarios, seg¨²n la CGT, a "utilizar sistem¨¢ticamente el chantaje de la deslocalizaci¨®n o de la reestructuraci¨®n, para obligar a los asalariados a aceptar modificaciones de su estatuto social". El Gobierno de Par¨ªs guard¨® un silencio casi total.
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